(Minghui.org) (Continúa de Parte 3)
Como practicantes de Falun Dafa, somos realmente afortunados de haber firmado un acuerdo con el Maestro Li. A través de dicho contrato, prometimos venir a este mundo y ayudar al Maestro durante la rectificación del Fa, despertar el entendimiento de los seres conscientes y cumplir nuestros votos. Esta preciosa oportunidad de cultivarse en Dafa, de una manera recta, solo se presenta una vez en la historia del universo.
Entrar a la clandestinidad: escapar de casa
En el otoño de 2004, sonó mi teléfono mientras estaba en mi hora de almuerzo. Un hombre dijo: "Hola. ¿Eres fulano de tal?". Asentí y él continuó: "Levántate y vete ahora. La policía está yendo por ti". Colgó. No sabía quién era el que llamaba, pero creí lo que dijo.
Le dije a mi supervisor que me iba y me marché directamente a casa. Mi esposa estaba allí. Cuando le dije lo que había pasado, tomé mi copia de Zhuan Falun y algunos otros libros de Dafa y me fui.
Tan pronto como llegué a la autopista, vi un coche de policía dirigiéndose hacia mi pueblo. Más tarde, un compañero de trabajo me dijo que la policía llegó tan pronto como me fui, y registraron toda la fábrica antes de irse. Mi esposa también confirmó que la policía apareció tan pronto como me marché.
Seguí andando por un tiempo y finalmente me detuve. Intenté aclarar mi mente y pensé en lo que acababa de pasar. La tremenda presión de otra dimensión me causó todo tipo de imágenes mentales, incluyendo ser arrestado y torturado. Le pedí al Maestro que me fortaleciera y juré no seguir nunca los arreglos del mal. Envié pensamientos rectos para eliminar todo el mal que me perseguía e intentaba poner en peligro los lugares de producción de material.
Sentí que la policía podía aparecer en cualquier momento. Fui a nuestro sitio de materiales después de que oscureció, era el único lugar que se me ocurrió para pasar la noche. Me fui temprano a la mañana siguiente y vagué por las calles.
Fue un momento tan difícil, y nunca me había sentido tan solo. No tenía a nadie con quien hablar las cosas, y nadie podía ayudarme. No podía decirle a nadie sobre mi paradero, ya que necesitaba mantener en secreto la ubicación del sitio de materiales, y no quería causar problemas a nadie.
Esa tarde, abatido, me eché a lllorar a un lado de la carretera, sin saber qué hacer. Le pregunté al Maestro: "¿A dónde debo ir? ¿Qué debo hacer?". De pronto, sobrevino un chispazo de intuición: tenía el plan perfecto.
Abriendo un restaurante
A la mañana siguiente, me levanté temprano y visité a un tío abuelo en un pueblo lejano. Le dije a mi tío que quería abrir un pequeño restaurante allí y le pedí que me ayudara a encontrar un local. No le llevó mucho tiempo encontrar un lugar, pero aún estaba en construcción y estaría listo en una semana. En un pequeño pueblo a medio camino entre mi pueblo y el de mi tío, contraté a un camionero para que me ayudara a mudarme al día siguiente.
Luego volví al sitio de materiales y preparé todo para la mudanza. La cama en la que dormía estaba hecha para esconder la impresora, con mucho espacio extra para almacenamiento. Metí la impresora, el papel, los suministros y las herramientas dentro de la estructura de la cama y la aseguré por todos los lados. Era pesada.
El camionero llegó temprano a la mañana siguiente. La cama era demasiado pesada para que la cargáramos los dos, así que el dueño del establecimiento de bebidas de enfrente nos echó una mano. Los dos cargaron un lado, y yo cargué el otro solo. Como si tuviera una fuerza sobrenatural, levanté la cama con facilidad. Luché por contener mis lágrimas, ya que sabía que el Maestro me ayudaba y protegía. Cargamos el resto de los muebles, y agradecí al dueño de la tienda de licores antes de ir a la ciudad de mi tío.
Fue muy amable el propietario dejarme usar un cuarto libre en el patio trasero para guardar mis muebles, antes de que la tienda estuviera lista para mudarse. Después de dejar todos los muebles en casa del propietario, me registré en un motel cercano. Con la presentación de mi tío, el dueño del motel me registró sin comprobar mi identificación. Me instalé y me sentí aliviado de que mi plan estuviera funcionando.
El propietario me dijo: "Tomará unos días más para que el espacio esté listo. ¿Por qué no te vas a casa?". Le dije: "Necesito quedarme para asegurarme de que termines a tiempo para poder abrir mi restaurante". El casero no sabía que no tenía ningún sitio al que ir.
Llevaba menos de 100 yuanes cuando me fui de casa. Con las donaciones para suministros de los practicantes, tenía menos de 1.000 yuanes. Ya había gastado 100 yuanes para contratar al camionero y no me quedaba mucho. También necesitaba comprar equipos y suministros para mi restaurante. El dinero era escaso. Pagué cinco yuanes al día por la habitación del motel y comí lo menos posible para ahorrar dinero.
Una vez compré un tazón de arroz al vapor para el almuerzo. Pero no me llenó, así que le pedí al dueño si podía venderme medio tazón. Me dijo que no vendía medias porciones de arroz.
Luego visité a un amigo no practicante que vivía en un pueblo a 60 kilómetros de distancia y le pedí prestado 300 yuanes, lo suficiente para mantenerme. Pronto, el espacio de venta al público estaba listo. Estiré cada centavo y compré lo mínimo para la gran inauguración. No gastaba dinero a menos que fuera absolutamente necesario.
Mi esposa se queda a cargo
Ya era la temporada de cosecha, y todo el trabajo de campo cayó sobre la espalda de mi esposa. No pude ayudarla, los niños eran todavía pequeños, y mi anciano padre tampoco pudo ayudar mucho. No teníamos una cosechadora en ese entonces, y todo se hacía manualmente.
Teníamos un pequeño terreno de menos de 1,5 acres. Un tercio era de algodón y el resto de maíz. Mi esposa recogió el algodón durante el día y volvió al campo al anochecer para cortar las cañas de maíz. Cosechó el maíz de las cañas al día siguiente y lo llevó en su espalda al lado del camino. Luego cargó el maíz en una carretilla y la empujó hasta la casa.
Regresó al campo para atar las cañas de maíz y las llevó a una zanja cercana. Las cañas cortadas estaban afiladas, lo que hacía peligroso trabajar en el campo de maíz después de la noche. Trabajó día y noche hasta quedar agotada.
Quiero agradecer a mi esposa por quedarse a cargo durante los años que estuve fuera. No solo tuvo que ser una buena madre para nuestras hijas y una buena nuera para mi padre, sino que también tuvo que ser un hijo y un padre cuando yo no estuve cerca. Ella asumió el doble de responsabilidad y me apoyó incondicionalmente.
Somos marido y mujer, y también somos practicantes de Dafa. Nivel tras nivel, descendimos a este mundo humano para poder obtener el Fa y despertar a los seres conscientes. Ahora que el tiempo más difícil ha pasado, espero que sigamos siendo diligentes.
Dirigir un restaurante de día y un sitio de materiales de noche
Finalmente abrí mi restaurante. Era más bien un bar de aperitivos, y vendía alimentos tradicionales como leche de soja, masa frita, sopa de tofu y gachas de mijo por las mañanas, y pan plano, bolas de masa y fideos fritos para el almuerzo y la cena.
Algunas personas comentaron que yo era talentoso y me daba maña para todo. De hecho, el Maestro hizo arreglos para que tuviéramos muchas vidas y experiencias diferentes para que adquiriéramos las habilidades necesarias para la rectificación del Fa. Dafa nos da cualquier talento que necesitemos para nuestra misión. Todo lo que sé viene de Dafa.
Antes de tener el restaurante, no sabía cómo hacer leche de soja, sopa de tofu o gachas de mijo. Sin embargo, el Maestro arregló para que yo conociera a alguien que tuviera esas habilidades. Aprendí a hacer estos populares alimentos para el desayuno menos de una semana antes de la gran inauguración. También recordé los procedimientos después de verlos solo una vez... fue increíble.
Aunque mi restaurante era pequeño, la carga de trabajo era enorme, especialmente al principio. Necesitaba ayuda, pero no podía permitírmela. Ni siquiera sabía si ganaría algo de dinero. ¿Qué pasa si no gano lo suficiente para pagar a la persona a la que le pedí prestado dinero? Pero el Maestro arregló que mi amable casero se levantara muy temprano cada mañana para ayudarme hasta que el restaurante empezara a ganar dinero.
Para reducir el costo de mi vida, guardaba las sobras de mis clientes y las comía cuando no había nadie. Los tiempos eran duros, pero yo estaba feliz porque tenía al Maestro.
El sitio de materiales reanudó su funcionamiento tan pronto como abrí el restaurante. El negocio no tenía mucho movimiento por la tarde, así que cerraba temprano. Dormía unas horas antes de levantarme a las 11 p. m. para hacer folletos y volantes de aclaración de la verdad. La tienda estaba en una calle muy transitada, y el tráfico de afuera enmascaraba el ruido de la impresora. Imprimía hasta las 4 a. m. y luego me preparaba para atender el negocio durante el día.
Ya estaba avanzado el otoño y hacía mucho frío. Todavía llevaba la ropa liviana que tenía puesta cuando salí de casa. Pronto volví a ponerme en contacto con los practicantes locales. Cuando se enteraron de mi situación, me donaron chaquetas de invierno, sudaderas, pantalones, y otras prendas. Algunos incluso donaron dinero. Escribí cada donación en detalle para poder pagar a los practicantes, pero perdí el cuaderno durante mi mudanza.
Poco a poco, las cosas mejoraron. Una vez que los practicantes averiguaron dónde estaba, muchos ayudaron en el sitio de materiales. Quiero agradecerles a todos ellos por su ayuda y apoyo.
Adquiriendo nuevas habilidades
Todos los practicantes que dirigían un sitio de materiales a principios del 2000 enfrentaban problemas de mantenimiento técnico. En ese momento, el funcionamiento de un sitio de materiales tenía que ser un secreto absoluto. Si llevábamos una impresora al servicio técnico, se revelaba el enorme número de copias que habíamos hecho en la máquina, lo que podía causar sospechas y llevar a problemas de seguridad.
Para resolver el problema de mantenimiento, se me ocurrió un plan audaz. Una vez, mientras compraba papel en la tienda, entablé conversación con el viejo técnico que nos ayudó cuando compramos la impresora. Lo seguí fuera de la tienda y le pregunté si podía comprarle el papel directamente a él. No dijo ni sí ni no, sino que contestó: "Hablemos de ello durante la hora del almuerzo". Estaba siendo cuidadoso.
Esperé al técnico fuera de la tienda. Salió a la hora del almuerzo y caminó directamente hacia mí. Después de intercambiar los números de teléfono, dijo: "Llámame antes de que necesites comprar, y me aseguraré de tenerlo para ti". Asentí con la cabeza: "Perfecto. Gracias". Desde entonces, le he comprado papel por la mitad del precio que pagaba en la tienda. Estaba muy feliz por eso.
Después de comprarle unas cuantas veces, nos hicimos amigos. La siguiente vez que lo vi, fui directo con él. "Soy un practicante de Falun Gong y no es conveniente transportar la impresora de un lado a otro", dije. "¿Podría venir a mi casa y ayudar a solucionar un problema?". Me miró y le sonreí.
Después de un rato, dijo: "Sé que ustedes [los practicantes de Falun Gong] son todas buenas personas. Pero no pueden decirle a nadie que los estoy ayudando". Le aseguré: "Señor, no tiene que preocuparse. No le diré a nadie". Encontré a mi persona de mantenimiento.
El técnico fue de gran ayuda. Cobraba de forma justa por cada trabajo que hacía y me proporcionaba papel y un mantenimiento fiable. Cuando trabajaba en la impresora, lo observaba cuidadosamente, trataba de recordar lo que hacía y analizaba por qué lo hacía. Pronto, tuve una mejor comprensión de la máquina y pude arreglar cosas simples.
Había tenido acceso a varias impresoras a lo largo de los años y había ayudado a establecer algunos otros sitios de materiales en la región. Descubrí otra tienda que vendía la misma impresora más barata y me conecté con los técnicos que trabajaban allí. Incluso me consiguieron una copia de su manual de servicio.
Cultivándome
Durante ese tiempo, visité mi hogar dos veces por semana. Era para obtener los diseños para la impresión y para compartir experiencias con los practicantes locales. Nuestro grupo de estudio del Fa ha estado reuniéndose desde 2002 y ha formado un poderoso cuerpo. Cada miembro jugaba un papel único y tenía un conjunto de habilidades diferentes.
Mi segunda visita fue para entregar materiales de aclaración de la verdad. El viaje fue de más de cien kilómetros. Para estar seguro, le dije a cada practicante que siempre me esperaran en el mismo lugar, el mismo día y a la misma hora de la semana. Les pedí que fueran puntuales y que estaría allí sin importar lo que pasara. Nunca rompí mi promesa, y tampoco lo hicieron los practicantes. Aunque es un pequeño detalle, muestra nuestra confianza mutua y la seriedad con la que nos tomamos la cultivación de Dafa.
Las diferencias en el clima y la temperatura se desvanecieron según acumulaba kilómetros en la camioneta y hacía mis dos viajes cada semana. Ya no tenía el concepto del tiempo. Todo había desaparecido. Mi corazón solo se enfocó en despertar la conciencia de las personas. A medida que la rectificación del Fa progresaba, más y más practicantes se unían para aclarar la verdad.
Con la aparición de nuevos proyectos y la demanda de materiales para la aclaración de la verdad, mi motocicleta resultó inadecuada. Los practicantes locales contribuyeron y compraron una moto de reparto de tres ruedas que también funcionaba con gasolina. Fue una gran mejora, ya que no tenía que conducir mi motocicleta con viento fuerte, lluvia y nieve o en carreteras heladas en la oscuridad. Solo aquellos que lo han experimentado pueden entender lo desagradable que es.
Las cosas siguieron mejorando en los siguientes años, y nuestro entorno de cultivación mejoró. Debido a que los practicantes locales se cultivaron sólidamente y prestaron gran atención a la seguridad, nuestro sitio de materiales no ha tenido mayores problemas o interrupciones. Ha estado operando de manera constante durante los últimos 18 años, y esto en sí mismo es negar el arreglo de las viejas fuerzas.
Llamado de atención: el sufrimiento y el trabajo duro son cosas buenas
Cuando escribí este informe, me di cuenta de algo que fue un llamado de atención para mí. A medida que la rectificación del Fa avanzaba, nuestro entorno de cultivación mejoraba. Sin embargo, los estándares del Fa para los practicantes también se han vuelto más altos y más estrictos. Es más difícil cultivarse en un ambiente más cómodo.
Cuando la persecución era más severa, estábamos en guardia en todo momento y listos para hacer frente a cualquier peligro. Sin embargo, a medida que el ambiente mejoraba y la presión disminuía, nos relajábamos cada vez más. Nuestras nociones humanas en la superficie exterior son como semillas que crecen cuando la temperatura, la humedad y el suelo son los adecuados.
Hace solo 20 años, había pocos teléfonos celulares, y estaban destinados solo para hacer llamadas telefónicas. Algunas familias solo tenían un teléfono fijo. Hoy en día, los celulares son todos teléfonos inteligentes. Hay muchas aplicaciones de medios sociales como el WeChat y el QQ para elegir. Los programas de televisión se transmiten en línea y puedes ver lo que quieras en cualquier momento.
En todos los aspectos de nuestras vidas, desde la tecnología, la comida, la ropa y la vivienda hasta el transporte, nuestras nociones humanas empiezan a brotar, a echar raíces y a crecer. Con la rectificación del Fa acercándose al final, las nociones humanas que no hemos eliminado no quieren morir, así que intentan interferir y evitar que seamos diligentes. Hacen que nos relajemos y eventualmente nos controlan.
El apego a la comodidad nos hace perezosos, sin querer trabajar duro, y querer disfrutar de la vida. Esto prueba que los principios de este mundo humano son lo opuesto al universo. Cuando el entorno parecía duro, no era difícil cultivarse, pero cuando el entorno se vuelve amigable, es realmente difícil y más peligroso para un cultivador.
¿Por qué es que en el duro entorno de la última década, la mayoría de los cultivadores pudieron mantenerse firmes, pero en el entorno relajado de hoy en día, algunos han bajado de nivel? Creo que nuestras nociones necesitan ser cambiadas completamente para que nos demos cuenta de que el sufrimiento y el trabajo duro son cosas buenas.
(Fin)--