(Minghui.org) Tengo 74 años y comencé a practicar Falun Dafa en septiembre de 1997. Antes de empezar a practicar, tenía artritis reumatoidea. A veces, el dolor era tan insoportable que no podía sentarme. Era adicto al cigarrillo y al alcohol. Fumaba tres paquetes de cigarrillos por día. No podía pasar el día sin beber. Había intentado abandonar mis malos hábitos en repetidas ocasiones, pero no fui capaz.
El Maestro Li dijo:
“Yo les aconsejo a todos que, si realmente quieren el xiulian, a partir de ahora dejen de fumar; les garantizo que van a poder hacerlo” (Séptima Lección, Zhuan Falun).
Luego de leer esto, pensé: “Yo realmente quiero cultivarme”. Cuando tuve ese deseo sincero, pude dejar de fumar y beber. Mi artritis reumatoidea también desapareció. Mi mal genio se aplacó. Supe que este era el poder de Dafa.
Inspirada por mis cambios positivos, mi esposa también empezó a practicar. A los dos meses, sus migrañas, sus cálculos en la vesícula biliar, su hernia lumbar, y otras dolencias desaparecieron. Podía subir las escaleras fácilmente y levantar objetos pesados. Se sentía más fuerte y en forma que cuando era joven.
Nuestros hijos fueron testigos de nuestros cambios positivos. Cuando comenzó la persecución, ellos nos alentaron a seguir practicando. Su confianza en Dafa nunca flaqueó.
En el año 2000, mi hija me ayudó a distribuir la nueva conferencia del Maestro El corazón sabe a los compañeros practicantes. Nuestros otros hijos, incluso mi nuera y nietos, ayudaron cuando preparé materiales para aclarar la verdad.
Mi nuera mayor tenía un negocio y usaba billetes que tenían información acerca de Falun Dafa escritos en ellos para ayudar a aclarar la verdad. Yo le aclaré la verdad a sus amigos y los ayudé a renunciar a las organizaciones del partido comunista chino (PCCh) cuando vinieron a nuestra casa.
Mi hijo mayor tiene dos hijos. El mayor tiene 18 años y el menor tiene 12 años. Cuando el mayor ve carteles que difaman al Maestro Li (el fundador) o a Falun Dafa, los quita. Le gusta recitar poemas de Hong Yin. También ayudó a sus compañeros de clase a renunciar al PCCh. A mi nieto menor también le gusta recitar Hong Yin y escucha las grabaciones de las conferencias del Maestro. También ayudó a numerosos compañeros de clase a renunciar al PCCh. Estudia mucho y le va bien en la escuela. Mis otros cuatro nietos también pueden recitar Hong Yin.
El PCCh empezó a perseguir a Falun Dafa en julio de 1999. Me llevaron a la estación de policía varias veces y me interrogaron, pero bajo la protección del Maestro volví a casa a salvo. En octubre de 2000, a fin de evitar que me persiguieran, me vi forzado a abandonar mi hogar y deambular por las calles. Me mudé seis veces entre el 2000 y el 2002 en tres ciudades diferentes.
En abril de 2001 mi hogar fue registrado de arriba abajo y tanto mi esposa como yo fuimos llevados a la estación de policía. La policía trató de forzarnos a darles nombres y direcciones de practicantes, pero no cooperamos. Dos días más tarde, mi esposa fue liberada, pero a mí me mantuvieron un mes más. Le aclaré la verdad a los prisioneros. Todos sentían que estaba mal arrestar a practicantes de Falun Dafa y esperaban que yo fuera liberado pronto. También les aclaré la verdad a los guardias de la prisión, incluído el jefe de sección. El jefe dijo que entendía y que yo debería continuar practicando en casa. Bajo la protección del Maestro y su bendición, pude dejar el centro de detención.
En el 2002, me mudé a la ciudad donde vivía mi hijo. Mucha gente allí había sido engañada por el PCCh. Arreglé para que me mandaran materiales de aclaración de la verdad desde mi casa. En dos ocasiones, los materiales fueron descubiertos por la oficina de envíos, pero pude recuperarlos con la ayuda del Maestro.
En el 2006, con la ayuda de compañeros practicantes, aprendí cómo producir materiales de aclaración de la verdad. Nuestro sitio de producción de materiales ha estado funcionando sin problemas. Aprendí a producir diversos materiales para cubrir las necesidades de los practicantes de mi zona. Esto también me brindó muchas oportunidades de cultivación, y mi temperamento ha mejorado. Todo esto es debido a la protección y bendición del Maestro.
En el 2010, mientras me preparaba para producir calendarios, experimenté interferencias inesperadas. Todo empezó cuando una practicante fue secuestrada mientras distribuía materiales de aclaración de la verdad. La pusieron en una clase de lavado de cerebro. Dado que ella me conocía, reveló mi información.
Una noche, un amigo me contactó y me advirtió que prestara atención a la seguridad porque alguien me había denunciado por practicar Falun Dafa. A la mañana siguiente, el funcionario de la seguridad comunitaria le preguntó a mi hijo si yo practicaba. Y le advirtió que si practicaba, no debería continuar; de otro modo, tenía que denunciarme a la policía.
Mi hijo le dijo: “Mi padre solía estar muy enfermo, pero se puso bien luego de que empezó a practicar Falun Dafa. Tiene casi 70 años ahora. Todavía anda en su motocicleta para comprar comida. Soy su hijo. ¿Debería decirle que deje de practicar? Usted no debería denunciarlo. Eso será bueno tanto para usted como para mi familia”.
Cuando mi hijo regresó a casa, me pidió que temporariamente mudara el equipamiento y los libros de Dafa. Pensé que ya no debería estar en su casa, así que regresé a mi ciudad natal. Envié pensamientos rectos con mi esposa todos los días y le pedí al Maestro que nos ayudara. Cuando enviaba pensamientos rectos, agregaba el pensamiento de que el funcionario de seguridad no debería interferir ni perseguir practicantes. Quería salvarlo. Yo debí haberle aclarado la verdad antes de que esto ocurriera. Era mi culpa y mostraba que yo era egoísta.
Diez días más tarde, un amigo de mi hijo volvió de un viaje de negocios. Mi hijo le contó lo que pasó. Debido a que él ya conocía la verdad, se dirigió directamente al funcionario de seguridad y averiguó que todavía no se había reportado nada a la oficina central. Le dijo al funcionario: “Falun Dafa es bueno. El hombre mayor (refiriéndose a mí) es una buena persona. No le haga daño”.
El funcionario decidió no denunciarme a la oficina central. Cuando luego volví a mudarme, pude conocerlo un poco mejor. Le aclaré la verdad y lo ayudé a renunciar al PCCh. Estaba contento y me agradeció. Esa tribulación fue evitada bajo la protección del Maestro.
No guardaba resentimiento hacia la practicante que me denunció. Mi única preocupación era que no parecía haber un lugar adecuado para que hiciéramos los materiales de aclaración de la verdad. Le pedí ayuda al Maestro. Cuando examiné mi cultivación, vi dónde necesitaba mejorar. También me di cuenta de que era la única persona que podía hacer los calendarios de aclaración de la verdad en nuestra zona. Era difícil, sin embargo, llevarlos a practicantes fuera del área. Decidí enseñar cómo hacerlo a unos cuantos practicantes.
Al comienzo, los practicantes sintieron que era difícil hacer calendarios y les preocupaba que no les fuera posible comprar los materiales. Les enseñé la parte técnica y les compré los insumos necesarios. Les dije dónde comprar lo que necesitaban de modo de que pudieran ser independientes. También me ocupé de aquellos que necesitaban ayuda financiera. Así, cinco practicantes aprendieron a producir materiales. Juntamente con los que yo hacía, el número total de calendarios producidos este año fue más del doble que los años anteriores. Esto finalmente cubrió las necesidades de los practicantes.
Generalmente iba en mi motocicleta a comprar insumos para realizar los materiales de aclaración de la verdad. Cada vez, me llevaba dos horas ir y volver. Cuando la batería estaba completamente cargada, la moto podía hacer dos viajes.
Un día de 2015, la motocicleta de pronto perdió fuerza y solo pudo hacer un viaje. Pensé que la batería estaba vieja y necesitaba ser reemplazada. No miré esto desde una perspectiva de cultivación ni pensé acerca de por qué pasaba.
Unos días después, me di cuenta de repente: ¿No era esto una pista del Maestro? La motocicleta no podía cargarse. ¿No significaba que yo necesitaba mejorar y expandir mi capacidad? Pensé: “Miraré hacia adentro y veré dónde puedo mejorar”. Tres días más tarde, la batería volvió a la normalidad.
En febrero pasado descubrí que la caldera de gas que habíamos comprado hacía poco estaba goteando. Ni mi esposa ni yo sabíamos cómo hacerla funcionar, y mi hijo y su esposa no estaban en casa. Así que le pedí ayuda al Maestro. Aprovechamos la oportunidad de mirar hacia adentro. A los diez minutos, todo estaba normal.
Antes de empezar a practicar Falun Dafa, solo éramos cinco en la familia pero nuestro ingreso apenas era suficiente para cubrir nuestros gastos. Ahora nuestra situación financiera es mejor y nuestra familia se ha agrandado a catorce miembros. Abrimos un pequeño negocio y ahora la compañía se expandió y es una gran empresa. No teníamos nuestra propia casa antes, y ahora tenemos ocho casas y una oficina de casi 50 metros cuadrados. Antes no teníamos ningún vehículo y ahora tenemos seis. Nuestra familia vive en armonía y todos son felices. Nuestros dos hijos y nuestra hija, junto con sus cónyuges nos ayudan a manejar nuestra compañía. Somos capaces de hacer dinero éticamente y nuestra empresa está creciendo a ritmo constante.
Nada extraordinario ocurrió durante mis veinte años de cultivación. Mi fe firme en el Maestro y en Dafa es inquebrantable. Sin importar cuán despiadada sea la persecución, con la ayuda del Maestro, mirar hacia adentro y eliminar mis falencias siempre ayuda a que avancemos firmemente. Hemos sido capaces de sobrellevar muchas tribulaciones.
Todavía tengo muchos apegos, tales como buscar la comodidad, albergar resentimientos, ser egoísta, depender de los demás, sentir lujuria, tener celos, y demás. A veces, no actúo como un practicante y mi tono de voz no es amable. Sé que necesito cultivarme más diligentemente.
Somos los más afortunados porque nuestro gran y compasivo Maestro siempre nos está cuidando. Bajo la protección del Maestro, mi familia ha crecido feliz y sin parar. Espero que aquellos que todavía necesitan saber la verdad sean receptivos y que más gente pueda ser salvada.