(Minghui.org) Saludos, estimado Maestro y compañeros practicantes.

Recuperando Dafa y reconectándome con mi predestinación sagrada

Obtuve el Fa en China continental en el 2010. Mi familia empezó a cultivarse hacia 1993. Yo era joven y no entendía el sentido de la cultivación. Sentía que hacer los ejercicios era muy doloroso y, por lo tanto, elegí no practicar. Perdí la oportunidad.

Me llevó 16 años retomar Zhuan Falun nuevamente. Leyéndolo, sentí que lo que había estado buscando había estado cerca de mí todo el tiempo. El Maestro dijo: “Es como este enchufe, una vez que se enchufa, viene la electricidad” (Los Dafa dizi tienen que estudiar el Fa).

Para buscar ayuda, solía leer muchas novelas clásicas y libros de historia de Oriente y Occidente. No me hicieron cambiar, pero funcionaron como un disfraz. Cuando terminé de leer Zhuan Falun, me di cuenta de que respondió todas mis preguntas. Los principios de Dafa me conmovieron profundamente y despertaron mi verdadero ser que había estado sepultado. Sabía que Dafa podía cambiarme desde el interior, así que empecé a cultivarme.

Poco tiempo después, tuve un sueño que me reveló que mi familia y yo descendimos de capas sobre capas del universo hasta la Tierra. Era como la escena inicial de Shen Yun en la que los dioses siguieron al Maestro hacia la Tierra. Cuando me desperté del sueño, estaba asombrada. Esto era el estímulo del Maestro hacia mí como nueva discípula, y profundizaba mi fe y perseverancia en la cultivación.

Incorporación a los medios mediante un arreglo compasivo

Antes de dejar China, leí la conferencia del Maestro “Enseñando el Fa en la reunión de La Gran Época”. Pensé que sería ideal si pudiera ingresar a los medios a tiempo completo y ganarme la vida con eso también. Mirando atrás, este pensamiento era puro. No se originó de apegos fuertes de perseguir. Luego de viajar al exterior para estudiar, conocí una practicante de mi misma edad que estaba relacionada con La Gran Época. Era agradable hablar con ella y éramos muy unidas. Me contactaba cuando el medio necesitaba voluntarios, y yo daba una mano con gusto.

La coordinadora del medio me conoció bien y me ofreció contratarme a tiempo completo luego de que me graduara. Rechacé la oferta debido a problemas financieros. Cuando estaba por recibirme, la coordinadora me pidió ayuda en un proyecto de corto plazo. Debido a que no había comenzado mi búsqueda laboral, accedí sin dudarlo.

El medio es un proyecto de practicantes de Dafa que necesita el apoyo de practicantes jóvenes. Luego de esto, la coordinadora volvió a pedirme que me quedara, y acepté. Pero este no es el fin de la historia, ya que experimenté mucha interferencia. Lamenté mi decisión debido a circunstancias financieras y estaba un poco preocupada sobre las relaciones interpersonales dentro del grupo del medio. Dudé y le dije a la coordinadora que solo estaría unos pocos meses. Me dijo que la compañía necesitaba personal permanente y me dio un mes para decidir.

Durante ese mes, mi mente iba de un lado para otro. Necesitaba pensar sobre la necesidad real de ganarme la vida, pero también necesitaba considerar mi responsabilidad hacia el proyecto de Dafa. Era el último día del mes. Por la mañana, cuando estaba estudiando el Fa, algo en el Fa de pronto me iluminó y me ayudó a tomar mi decisión. No recuerdo qué lección me inspiró, pero recuerdo que era claro que el Maestro me dio a entender que debería quedarme. En los años siguientes, el pensamiento sobre si quedarme fue una buena decisión aparecía una y otra vez, especialmente cuando estaba atravesando tribulaciones de xinxing.

Cuando aparecían dificultades, sentía la necesidad de irme. La prueba más grande ocurrió el año pasado. No tenía ninguna esperanza de continuar. Durante los últimos años, había sido difícil para mí sobrevivir con el salario básico, y constantemente pensé en cambiarme de trabajo. Al poco tiempo, participé de la conferencia de medios global. Luego de que el Maestro vino, sentí como si hubiera experimentado una unción ritual luego de escuchar Su conferencia.

El Maestro dijo:

“Cada uno de ustedes en los medios de comunicación está transitando el propio camino de xiulian. Esto que haces tú es justamente tu camino de xiulian. Esto es absolutamente cierto. No importa qué efecto generas en este medio de comunicación, qué tarea te toca, eso es tu camino de xiulian” (Fahui de New Tang Dynasty TV y Dajiyuan 2018).

Fue en ese momento que me di cuenta de que mi trabajo en el medio es el camino de cultivación que el Maestro arregló para mí. Cuando dudaba, siempre había factores que evitaban que renunciara. Siempre pensé sobre lo que yo quería hacer, pero nunca me iluminé a lo que el Maestro necesitaba. Luego de todas estas idas y venidas, supe que continuaría en La Gran Época.

Cultivación paso a paso en los medios

Mi cultivación se volvió una con el proyecto mediático. Todos los conflictos y dificultades con los que me encontraba señalaban a mi xinxing. Por ejemplo, una de mis colegas no seguía el procedimiento de operación estándar, lo cual creaba ineficiencias para mí. Yo tenía otro proyecto en manos en ese momento. Este proyecto se llevaba la mayor parte de mi energía y esto aumentaba mi estrés. No mantenía mi xinxing y atacaba verbalmente a esta practicante. Alcé mi voz y la culpé.

Posteriormente, me di cuenta de que era mi culpa por enojarme a raíz de esta cuestión trivial. Dejé este pensamiento en este nivel superficial de encontrar omisiones y no miré hacia adentro verdaderamente. Al día siguiente, me dolía el cuerpo y me sentía exhausta como si hubiera participado en un combate. Comprendí que tenía una gran omisión en mi cultivación, que hacía que las viejas fuerzas se aprovecharan de mí. Me di cuenta de que debería mirar hacia adentro seriamente.

A nivel superficial, encontré que era combativa y no tenía tolerancia cuando me ocurrían problemas. Detrás de la combatividad descubrí que era la intolerancia y el rechazo a los pensamientos o comportamientos que no estaban de acuerdo con mis propias nociones. Haciendo una búsqueda más profunda, encontré que defender mis nociones y creencias era un mecanismo de autodefensa. Si seguía mis propias ideas, nada se saldría de control y mi desempeño laboral estaría seguro. Si salía de mi zona de confort, entonces las cosas saldrían mal y afectarían mi rendimiento.

Me estaba protegiendo de que otros me reprendieran o me culparan. Trabajaba duro en mi empleo para evitar comentarios negativos más que por una cuestión de responsabilidad. Mi lado egoísta solo quería escuchar comentarios positivos y buenas noticias. La combatividad surgió para defender mi egoísmo y sustentaba mi ego. Cualquier cosa que iba en contra del ego era visto como erróneo, y yo me opondría y resistiría. Esta mentalidad de no querer ser criticada y solo querer escuchar palabras amables estaba estrechamente vinculada al resentimiento. Cuando las cosas iban en contra de mi voluntad, me quejaba y surgían el odio y el resentimiento.

En este punto, el Maestro además me iluminó para entender que las pruebas de xinxing que había tenido antes estaban todas originadas en la combatividad y el resentimiento. No me había cultivado de forma verdadera y firme durante tanto tiempo y no pude mirar hacia adentro cuando surgieron los conflictos. Me había estado enfocando en lo bueno y lo malo y mi primer pensamiento era siempre sobre cómo los demás me habían perjudicado. Mientras culpaba a los otros, me exigía ser tolerante e indulgente. Esto no era verdadera cultivación y permitía que mi lado demoníaco creciera sin control. Atravesé muchas pruebas similares y esto se acumuló hasta que ya no pude soportarlo más. Cuando encontraba algo decepcionante, me sentía enojada. Era como una bomba porque no repelía mi lado demoníaco.

El Maestro dijo:

“Cuando te topas con conflictos, no importa si estás en lo correcto o estás equivocado, sabes pensar en ti mismo: ¿dónde me equivoqué en este asunto? ¿Verdaderamente surge de mí algo que no es correcto? Que todos piensen de esta forma, en el primer pensamiento piensen en sí mismos y piensen en el problema; quien no lo hace así, no es un cultivador verdadero de Dafa” (Qué es un Dafa dizi).

Releyendo esta conferencia, comprendí que la base de la cultivación es mirar hacia adentro. Cuando hay un conflicto, debe haber algo que necesita mejorarse. Los cultivadores no necesitan discutir sobre quién tiene razón y quién no. Necesitamos cambiar este primer pensamiento superficial de juicio sobre quién está en lo correcto y quién no.

Mirando hacia atrás, me di cuenta de que había perdido muchas oportunidades de cultivación. Muchos conflictos parecían pequeños y los tomé con ligereza y me cultivé solo superficialmente. Las oportunidades de mejorar y cultivarme realmente se esfumaron bajo el pretexto de mis ajetreados horarios del proyecto.

Por mucho tiempo, estuve atascada en el hábito de completar tareas, y me sentía agotada mental y físicamente. Esto era porque no me estaba cultivando verdaderamente. Luego de que realmente miré hacia adentro, tomé conciencia de las nociones que estaban en conflicto con las mías propias. Con frecuencia me recordaba que se trataba de otra prueba. En ocasiones lo hacía realmente bien, y el Maestro fortalecía mis pensamientos rectos, y los seres corruptos que me influenciaban se volvían más y más débiles.

A veces, los conflictos de pronto aparecían cuando mi conciencia principal era débil. Mi falso yo compuesto de nociones volvía a aparecer y la combatividad volvía a emerger. Luego de calmarme, comprendí que estos seres corruptos estaban tratando de regresar.

Cuando busqué más profundamente, encontré que las nociones adquiridas y el yeli compuesto por un falso yo rodeaban mi cuerpo y formaban egoísmo. Durante interacciones específicas, demostré egoísmo al pensar que todas mis ideas eran correctas y justificadas. Veía inferiores a los demás. Me veía como el individuo más experimentado al que debería escucharse. Estos seres corruptos fueron formados hacía mucho tiempo, y no podía eliminarlos a todos en el acto; no era que tan pronto como encontraba la sustancia, desaparecería. Todavía tenía que cambiar mi comportamiento. Necesitaba prestar atención a cada pequeño conflicto y enviar continuamente pensamientos rectos para negarlos. Por lo tanto, cuando no lo hacía bien, no me sentía molesta; más bien, trataba de hacerlo mejor la próxima vez. Comprendí que todo esto era una parte de la cultivación.

Deshaciéndome del apego a validarme

En los primeros dos años en que empecé a trabajar en los medios, no sabía cómo cultivarme, y estaba atascada en la realización de tareas. Quería hacer mi trabajo bien y aplicar lo que había aprendido en el colegio. Hice cosas en base a mi preferencia y entusiasmo en vez de aplicarme y hacer el trabajo con constancia. Gradualmente, descubrí que mis resultados usualmente eran contrarios a mis expectativas.

Por alguna razón, las tareas consideradas fáciles en la sociedad común eran realmente difíciles de hacer en nuestro equipo. Vi varios niveles de interferencia, tanto interna como externa. Internamente, descubrí que aunque estaba haciendo mi trabajo de una forma responsable, era con el propósito de probar mi propia valía. Me di cuenta de que había tenido este apego durante un largo tiempo y había tratado de deshacerme de él, pero solo había escarbado en la superficie.

A veces, inventaba excusas egoístas para no eliminar el apego. Por ejemplo, me veía asumiendo la responsabilidad de mi trabajo y poniendo mi corazón en el proyecto. Sin embargo, parte de mi corazón estaba, en realidad, validándome. Si este proyecto tenía éxito, sería parcialmente atribuible a mi trabajo. Disfrutaba pensar acerca de esto porque medía el valor de mi existencia. Cuando el proyecto no caminaba bien, me enojaba y deprimía. Sentía que mi esfuerzo era en vano.

Hice cosas aferrándome al apego a los resultados, al apego a desempeñarme bien, y al apego a la fama. Traté de mirar más profundamente para desvelar la raíz de tan fuertes apegos. Estos crecieron y se habían ido acumulando desde que nací. Desde la niñez, tuve buenas calificaciones en la escuela y siempre me otorgaban becas.

En la sociedad común, era una individua diligente y trabajadora. Esto le permitió crecer a mi falso yo, y repetirme que yo era capaz e importante. Influenciada por la mentalidad del PCCh durante muchos años, era combativa y solo quería aceptar comentarios positivos. Esta competencia por estar en lo correcto también es egoísta.

También tenía un fuerte apego a conseguir logros en el medio. Paso a paso durante mi cultivación, las instancias que el Maestro arregló me hicieron dar cuenta de que el egoísmo era realmente tan insignificante. Sin Dafa, no sería nada en absoluto y no podría conseguir nada. Una vez, estaba haciendo el segundo ejercicio en casa cuando el Maestro me mostró el significado profundo detrás de: “La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu” (Primera Lección, Zhuan Falun).

No podía dejar de llorar debido a que previamente desconocía mi propio lugar. El Maestro hizo todo y mi logro no era nada. En ese momento, realmente sentí que estaba equivocada y continué pidiéndole disculpas al Maestro, diciéndole que sabía de mi error. Este año, cuando fui a Nueva York para asistir al Fahui, la enseñanza del Maestro me iluminó otra vez:

“...Preguntamos a Shifu, ¿los Dafa dizi de la generación joven pueden llegar a ser como éramos nosotros en ese tiempo y tomar la responsabilidad del trabajo en Minghui?

Shi: Parece que los corazones de los jóvenes quieren alcanzar un poco lo que está más allá, no pueden estar tranquilos” (Fahui de Nueva York 2019).

Las palabras “alcanzar un poco lo que está más allá” impactaron en mi corazón. Claramente se referían a mí, y el Maestro me iluminó acerca de que yo necesitaba mejorar.

El Maestro dijo:

“En el xiulian, si realmente lo podrías entender, pelearías para entrar. Sin embargo, nadie ve la poderosa virtud de ellos. Nadie los ve; se hace silenciosamente y sin reconocimiento” (Explicando el Fa en Washington D. C. 2018).

Comprendí que dejar ir el yo es lo que debería hacer cuando me involucrara en un proyecto del medio. Cuando de verdad me sentía humilde, descubría que el resentimiento que había albergado durante mucho tiempo hacia otros practicantes se había reducido a casi nada, y el Maestro eliminó las sustancias malas. Al deshacerme de estos apegos de autovalidación y búsqueda de fama, el Maestro me mostró cómo ver las cosas desde la perspectiva de la rectificación del Fa y ya no estaba en deuda con la cultivación personal.

Durante la cultivación en la rectificación del Fa, cada uno de nuestros pensamientos determinaría si incontables seres conscientes podrían ser salvados. Si falláramos en ver estos apegos desde la perspectiva de la rectificación del Fa, entonces estaríamos atascados en la trampa tendida por las viejas fuerzas, girando en círculos, y luchando en la cultivación personal. Debemos consolidar nuestra cultivación, enfocarnos en nuestros pensamientos diarios y eliminar el falso yo. Deberíamos creer firmemente que los apegos no somos nosotros. Sin importar qué nociones adquiridas o pensamientos las viejas fuerzas nos imponen, no deberíamos aceptarlas. Siempre que me aferraba a esta idea y usaba mi firme pensamiento recto para negarlas, el Maestro me ayudaba a deshacerme de sustancias malas, y podía sentir que el apego se iba debilitando gradualmente.

Cultivar cada pensamiento depende de perseverar en el estudio del Fa y de la práctica de los ejercicios. Desde comienzos del año pasado, he estado haciendo los ejercicios por la mañana en la oficina con otros dos practicantes. El proceso fue una continua lucha contra los apegos a la comodidad y la pereza. Lentamente, sentí el beneficio de los ejercicios y del estudio del Fa en grupo, y solo al experimentarlo en mí pude conocer sus maravillas.

A comienzos de este año, el medio atravesó cierta reestructuración. Los practicantes responsables del soporte secundario hicieron muchas cosas en silencio para crear un entorno en el que más gente participara en los ejercicios matutinos, incluyendo la provisión del desayuno. Los practicantes que participaron en esto se animaban unos a otros y esto creó un ambiente donde nos comparábamos y nos alentábamos en la cultivación. Sentí que era de verdad afortunada de ser parte de este entorno accesible para el estudio del Fa y para los ejercicios.

Quisiera agradecer a los practicantes que se brindaron desinteresadamente y agradezco al Maestro por sus misericordiosos arreglos y salvación. En el limitado tiempo que queda para la cultivación, deseo de verdad cultivarme firmemente y con tenacidad mientras hago las tres cosas, y atesorar el tiempo prolongado que el Maestro nos dio soportando un dolor indescriptible. El disoluto ambiente en el exterior parece relajado, pero no es sencillo y todo está arreglado para el propósito de salvar seres conscientes.

¡Me gustaría agradecer al Maestro por su misericordiosa salvación!

(Presentado en el Fahui de Canadá 2019)