(Minghui.org) Siempre ha habido algo intrínsecamente obstinado dentro de mí, algo incontrolable que explota al hacer contacto. Aunque esto se ha debilitado después de que comencé la práctica de cultivación de Falun Dafa, cada vez que pienso que lo he eliminado de raíz, me doy cuenta que aún hay más para eliminar. A veces me aislaba de otros practicantes y estudiaba el Fa sola.
El Maestro Li Hongzhi dijo:
“Puedes comenzar en el sendero de Dafa con esos pensamientos, pero durante el curso de la cultivación, tienes que considerarte a ti mismo como un cultivador. Más tarde, a través de hacer avances diligentemente por medio de leer los libros y estudiar el Fa, debes reconocer claramente cuáles fueron tus nociones cuando inicialmente viniste a Dafa. Después de practicar durante un período de tiempo, ¿todavía te aferras a aquellas nociones? ¿Continuas en el sendero motivado por aquellos apegos humanos? Si es así, no puedes ser considerado como discípulo mío. Esto significa que tus apegos fundamentales no han sido desechados y que eres incapaz de entender el Fa desde el Fa” (Hacia la perfección, Escrituras Esenciales para mayor avance (II)).
Más tarde, me di cuenta de que esta "cosa obstinada" dentro de mí no era algo que estuviera presente solo en esta vida. Las viejas fuerzas arreglaron esta dificultad hace mucho tiempo, y es muy difícil eliminarla sin un constante estudio del Fa. Por lo tanto, sabía que tenía que empezar a buscar mis apegos fundamentales.
Nací en una familia pobre donde mis padres tenían dificultades mentales. Solo terminé la escuela primaria y no podía entender las sutilezas de la vida. Carecía de educación tanto en la escuela como en la vida familiar, y a menudo me etiquetaban como una "niña salvaje sin educación". Salí de casa para trabajar a los 15 años sin haber sentido nunca la calidez de la familia o de la comunidad. Por lo tanto, me volví muy fría y distante. Crecer en dificultades me hizo anhelar oportunidades para estudiar y tener éxito.
Cuando tenía 24 años, me enfermé y estaba al borde de la muerte. Afortunadamente, obtuve el Fa. En esta comunidad de cultivación de Falun Dafa, todos son amables, y nadie me discriminó. Sentí una sensación de calidez que nunca antes había sentido. Más tarde, incluso conocí a mi esposo, un ingeniero de software para una compañía extranjera, y me trata muy bien. A través de Dafa, pude obtener fácilmente todo lo que anhelaba en el pasado. Lo estaba disfrutando plenamente sin darme cuenta de que era mi apego fundamental.
El Maestro dijo:
“¿Sabían que una de las excusas más grandes usadas por las viejas fuerzas diabólicas en el presente, para atacar a Dafa, es que sus apegos fundamentales permanecen enterrados? Entonces, para poder identificar a aquellas personas, las tribulaciones se han hecho más severas” (Hacia la perfección, Escrituras Esenciales para mayor avance (II)).
Después de la persecución, todas estas cosas agradables desaparecieron. Mi familia estaba destrozada y desplazada. Sin embargo, no pensé en mis apegos fundamentales. Solo cuando no pude encontrar trabajo empecé a pensar en este problema.
Empecé a ver mi apego a la fama: anhelaba ser reconocida por los demás y satisfacía este deseo a través de las cosas obtenidas de Dafa. ¿He venido al mundo humano para esas cosas? Después de identificar el apego a la fama, otros apegos como la lujuria y los celos se hicieron evidentes.
En la superficie, mi vida sufrió un cambio fundamental. Conseguí un trabajo que otros pensaban que era imposible para mí. Hacía el mantenimiento de mercado en una gran empresa de alimentos y pasé de estar en un negocio a pequeña escala a una empresa de venta al por menor, y luego a la gran empresa de venta al por mayor Walmart. Las ventas se dispararon bajo mi supervisión, y recuperamos toda la mercancía perdida. Después de trabajar allí solo tres meses, me pagaron más que a mis colegas que habían trabajado allí durante tres años. Me llamaban para resolver quejas difíciles de los clientes, lo que hacía con solo unas pocas palabras. Sabía que yo misma no tenía tales habilidades y que era solo gracias a Falun Dafa que podía hacerlo. También aproveché la oportunidad para aclarar la verdad sobre Falun Dafa y la persecución a la gente que me rodeaba, desde el jefe de la compañía hasta mis colegas y vendedores.
Una vez, fui arrestada y perseguida por organizar una sesión de estudio de Fa. Aunque no fui la organizadora inicial, desempeñé un papel importante, ya que soy una buena oradora. En la superficie, parecía que yo estaba asimilada al Fa, pero en el fondo era mi fuerte apego a la fama lo que me llevó a usar a Falun Dafa para elevarme. El perjuicio de esta persecución se redujo al mínimo posible bajo la protección del Maestro.
Me mantuvieron en una pequeña y oscura habitación con las manos esposadas a la espalda. Dijeron que yo era una líder y se turnaron para interrogarme. No respondí a sus preguntas y los convencí de que renunciaran del partido comunista chino (PCCh) y sus organizaciones juveniles uno por uno. Más tarde, tres policías entraron en la habitación. No hicieron nada, pero sentí como si me estuviera sofocando, y una sensación de terror de otra dimensión me envolvió. Llamé al Maestro en mi corazón. No me golpearon, pero me dijeron: "Te atreves a hacerlo, pero no te atreves a asumir la responsabilidad". Se fueron. Me caí de la silla y empecé a reflexionar.
Me di cuenta de que mi apego a la fama había traído daño a Dafa y dolor al Maestro y a los demás practicantes. Seguí arrepintiéndome y usé medio día para repeler tales pensamientos y para recitar el Fa. La fatiga extrema y el miedo desaparecieron, y el revuelo en mi entorno se desvaneció.
Después de algún tiempo, una practicante me señaló que mi apego fundamental era un sentimiento de inferioridad. Esta baja autoestima me hizo retratarme como fuerte y poderosa, pero todo eso era una fachada para ocultar mi baja autoestima. En el fondo, estaba muy débil.
Sus palabras atravesaron mi corazón porque había llegado a lo más profundo de mí. Estuve de acuerdo con ella, sentí que me habían quitado algo del pecho y una indescriptible sensación de ligereza. Ya no sentí ninguna decepción por lo que me dijo esta practicante. Pensé que este era el final, pero no lo era.
Después de eso, quise eliminar mi apego a la lujuria. Sin embargo, no pude hacerlo utilizando los métodos de cultivación que había utilizado anteriormente, ya que se trataba de algo diferente. Un día, el Fa del Maestro me iluminó: "Creyendo ciegamente en la ciencia degenera a la humanidad" (Diez perversidades en el mundo, Hong Yin). ¿Fue la raíz de mi problema mi fe ciega en la ciencia? ¿Pero cómo podría ser? ¡Apenas había terminado la escuela primaria! Sin embargo, siempre quise estudiar y tener éxito. Cuando entré en contacto con intelectuales educados, sentía celos de las mujeres y admiraba a los hombres. Siempre había asumido que era un apego a la lujuria.
Entonces, leí el Fa del Maestro:
“En las religiones, ellos tienen sus fundadores y ministros, mientras que en la ciencia también existen varios títulos: presidente universitario, doctor, maestro, bachiller, profesor, asistente de profesor, y así sucesivamente. Además, es una forma perfecta de religión que existe en todas partes y está muy sistematizada. Los seres humanos creen en ésta más de lo que creen en cualquier religión y tal creencia viene inconscientemente. Si no la estudian bien, serán rechazados por esta sociedad: no podrán encontrar un buen empleo y no podrán obtener una buena perspectiva de futuro. Todos saben que una religión común te hace creer espiritualmente en ella y luego te permite ver, oír y sentir la verdadera existencia de los dioses. Por el contrario, la religión de la ciencia, hace que la validez y que te desarrolles a ti mismo desde una perspectiva material, de modo tal que dependas mentalmente de ella. Toma el camino opuesto.
Pero no me estoy oponiendo a la ciencia, ya que ésta es también un producto del universo. Sólo les estoy diciendo de qué se trata la ciencia. La ciencia no es científica; ha traído muchos desastres a la raza humana que nunca serán resueltos” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Canadá).
Antes, siempre quise estudiar para conseguir un buen trabajo y ser reconocida por los demás. Esencialmente estaba adorando a la ciencia. Cuando me di cuenta de este apego fundamental, las capas de lujuria y celos desaparecieron en el aire. El poder del Fa es grande más allá de los límites e inalcanzable sin una cultivación diligente. Uno puede leer el Fa diariamente pero no ver el Fa, ya que cada nivel tiene su propio conjunto de estándares.
¡Pasar esta etapa todavía no era el final! Unos días después, un practicante fue transferido a mi equipo y quedó a cargo. Tenía un temperamento terrible, y yo no miraba hacia adentro, así que seguí queriendo cambiarlo. Incluso me quejé de él, diciendo que no estudiaba el Fa ni practicaba los ejercicios, lo que dificultaba la comunicación. Pero como había estado haciendo el trabajo que tenía entre manos durante diez años, era difícil cambiarlo. Así que pensé que debía seguir la corriente ya que los supervisores no harían un cambio en el liderazgo de nuestro equipo.
Entonces, entendí que debía cultivarme mejor en este asunto. Si sigo viendo estos problemas, ¿podría ser yo la que tuviera un problema? Pero, ¿cómo puedo mejorar?
Mientras pensaba en esto, un practicante pasó y dijo: "¿Por qué eres tan testaruda?". Aunque parecía estar hablando con un aparato cercano, yo sabía que esa era la forma en que el Maestro me ayudaba a iluminarme en algo.
Algún tiempo después, me sentí mal. Mientras tanto, un practicante me criticó duramente. Sentí que sus palabras eran como dagas atravesando mi cuerpo. Aunque no veía nada de otra dimensión, podía sentirlo.
Al mismo tiempo, sentí un fuerte sentimiento de odio en mi interior. Cuando pensé en los que me habían herido, mi mente se llenó de odio. Ni siquiera odiaba a los policías que me habían interrogado, así que ¿por qué odiaba a un practicante? Todos ellos eran discípulos del Maestro; si les hago daño, habría hecho algo malo.
Recordé cómo un practicante una vez quiso animar mi frío rostro demostrando que se preocupaba por mí, pero en lugar de ello peleé con él. En ese momento, algo me vino a la mente: "¿Cómo te atreves a acercarte a mí?". Me sorprendió el pensamiento fugaz. Sabía que esa mentalidad no era mía, pero estaba controlada por ella y no podía cambiar.
Recordé un artículo en el sitio web de Minghui titulado "El lamento de la falsedad". Un practicante aparentemente amistoso y diligente era en realidad falso y no tomaba en serio el intercambio de otros practicantes. Otro practicante vio esto a través de su ojo celestial, donde vio que la amabilidad del practicante era una fachada manifestada por la imagen de una gran deidad llamada "Falsedad". Como el practicante no reconocía su falsedad, la deidad no podía cambiar y asimilarse a Dafa. El practicante falleció poco después, y la deidad quedó sin salvación y fue desintegrada.
Hoy releí este artículo. Solo se pueden hacer cambios si el practicante comprende los principios del Fa y es capaz de hacer los cambios necesarios en su interior.
Empecé a escuchar el podcast "Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo" y comprendí muchas cosas que antes no quería tomar en serio. Comencé a cultivarme diligentemente y dejar ir cualquier problema grande o pequeño. En una ocasión, tuve un desacuerdo con otro practicante. Cuando caminaba hacia mí, pensé: "¿Por qué no puede cultivarse diligentemente por una vez? ¿Por qué no puede hacer algo en vez de hablar en vano?". Después de ese pensamiento, estaba claro que esperaba que otros cambiaran en lugar de cultivarme.
El Maestro dijo:
“Sería bueno si aquellas personas pudieran examinar dentro de sí mismos las cosas que han podido encontrar en otros” (Un diálogo con el tiempo, Escrituras esenciales para mayor avance).
Un día, mientras trabajaba en la editorial, pensé en la forma en que solía mantener las máquinas tan ordenadas, ya que son nuestra salvación. ¿Por qué no lo hice ahora? Me había aflojado.
El Maestro dijo:
“No cesaré hasta no salir de lo macro y de lo micro” (Dificultades, Hong Yin II).
Así que me levanté y empecé a limpiar la grasa de la máquina. De repente, ¡todo el dolor que experimentaba en mi cuerpo desapareció! Experimenté una sensación de sacralidad y de que seres de otras dimensiones me observaban.
El sufrimiento que había soportado por toda una semana había llegado a su fin junto con la sustancia del odio. Entendí mejor la esencia del Fa. Mi entorno también mejoró, y el supervisor se volvió muy amable.