(Minghui.org) En 2013, me sobrevino una grave enfermedad y fui hospitalizada tres veces el mismo año. Sin embargo la enfermedad se puso peor. Esto me empujó a practicar de nuevo Falun Dafa.
Decidí memorizar y recitar las enseñanzas del Fa en julio de 2014. Al principio me dije que podría recitar una página de Zhuan Falun cada día. Comencé con un párrafo y lo leí muchas veces, entonces lo recitaba varias veces para aprenderlo de corazón. Durante esos días mis pensamientos se llenaron con el Fa. Recitaba el Fa antes de levantarme, cuando caminaba y antes de irme a dormir.
Esto me permitió iluminarme a los principios de Dafa. Medía con el Fa todo lo que decía, pensaba y hacía. Me ayudó a eliminar cualquier cosa que no estuviera en el Fa. Durante el proceso, el Maestro Li Hongzhi me ayudó a eliminar muchas sustancias dañinas y mucho yeli de pensamiento. Fueron removidos muchos de mis apegos y deseos y gradualmente mi salud mejoró. Noté que especialmente mis apegos a presumir, competir y los celos se hicieron más débiles y que mi xinxing mejoró poco a poco.
Me llevó diez meses recitar de memoria Zhuan Falun, la primera vez. Entonces, comencé a memorizar y recitar el libro por segunda vez, con una actitud más confiada. Recitar de memoria el Fa se convirtió en un hábito. Mientras más lo recitaba más comprendía la grandeza del Maestro, el poder de Dafa y las maravillas de la cultivación.
Eliminando el egoísmo
Mientras recitaba el Fa descubrí que mi peor apego era el egoísmo. Después de detectarlo me determinaba a liberarme de él.
Un día, fui a una tienda de costura a encargar un abrigo de plumas. De camino, pensé que podría aprovechar la oportunidad para eliminar mi egoísmo. Cuando estaba eligiendo la tela, otra dama comenzó a regatear con la dueña. Pensé que ver esto no era una coincidencia y que debería usar la oportunidad para eliminar mi apego. Hice un pago inicial por el abrigo sin intentar regatear y me fui.
De camino a casa, mi egoísmo comenzó a molestarme. Pensaba: “No regateé con la costurera, otros pudieron pensar que soy tonta y despistada. Perderé dinero si no regateo el precio con la modista”. Entonces me dije: “Detente, hoy soy una Dafa dizi verdadera, no soy una persona común. Precisamente quiero despojarme de mis intereses conscientemente”.
Me calmé, pero los pensamientos egoístas regresaban de vez en cuando, así que aprendí a rechazarlos. Me concentraba en practicar y recitar de memoria el Fa. De esta forma, dejé de regatear cuando compraba algo en el mercado. Aunque no he dejado ir mi egoísmo completamente, ahora reconozco que puedo lidiar mejor con este apego.
Removiendo el apego al deseo y la lujuria
La lujuria y el deseo no me parecían un asunto muy grande y no les prestaba mucha atención. Cuando la gente hablaba de tales cosas, me sentía avergonzada y disgustada. No quería escuchar lo que ellos decían.
El Maestro nos dijo:
“Esta cosa es muy grave. En la sociedad de la gente común existe esta clase de vida matrimonial para posibilitar que la sociedad humana procree a las generaciones siguientes. Los seres humanos se desarrollan precisamente de este modo; en la sociedad humana existe justamente el qing, por eso, para la gente común, este tipo de cosas está de acuerdo con los principios del Cielo y de la Tierra. Como los seres humanos tienen qing, enojarse es qing, alegrarse es qing, amar es qing, odiar es qing, querer hacer algo es qing, no querer hacer algo aún es qing, pensar quién es bueno o quién es malo y tener ganas de hacer algo o no, todos son qing, y la gente común vive precisamente por el qing. Entonces, siendo alguien que refina gong, una persona por encima de lo común, ya no puedes usar este principio para evaluar, tienes que romper y sobrepasar esta cosa” (Sexta Lección, Zhuan Falun).
Descubrí que mis apegos a la lujuria y al deseo eran muy fuertes y estaban escondidos profundamente en mi interior, así que decidí que había llegado el momento de eliminarlos. Pero cuando trataba de erradicarlos, brotaban tantos pensamientos sucios en mi mente que no sabía qué hacer. Sabía que no quería esos pensamientos y que necesitaba deshacerme de ellos. Me decía que era una practicante y que esos pensamientos sucios no tenían permitido esconderse en mi mente cada vez que regresaban. Envié fuertes pensamientos rectos para eliminarlos.
Parecía que vinieran de una dimensión muy profunda. Una vez que aparecían esos pensamientos en mi mente les gritaba en mi mente: “Mie (eliminar)”. Con el Maestro fortaleciéndome y mis acciones rectas, los malos pensamientos fueron siendo cada vez menos. Sabía que el Maestro estaba ayudándome y había eliminado mucho del apego al deseo y la lujuria.
El Maestro nos enseñó:
“La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu” (Primera Lección, Zhuan Falun).
Sin embargo, cuando más tarde encontré varias pruebas comprendí que no era fácil deshacerse de la lujuria y el deseo. La primera fue en un sueño. El demonio de la lujuria se me aproximó, haciéndose pasar por mi marido, y fallé en pasar la prueba. Estaba muy disgustada, me levanté y envié fuertes pensamientos rectos para eliminar el demonio de la lujuria y otros demonios podridos en mi dimensión.
El demonio de la lujuria se mostró de nuevo como mi marido. Esa vez tuve el pensamiento de que era una practicante de Falun Dafa y que no volvería a hacer eso nunca. Me desperté justo después de ese pensamiento. Estaba entusiasmada por haber pasado la prueba. Sin embargo, poco a poco volví a bajar la guardia.
Fallé la prueba de nuevo cuando el demonio de la lujuria se me aproximó como mi marido en otro sueño. Estaba enojada y triste cuando me desperté. Comprendí que mis pensamientos rectos no eran fuertes en ese tiempo. Le supliqué al Maestro que me ayudara a limpiar mi campo dimensional.
Después de un tiempo persistiendo en mi cultivación, el demonio de la lujuria me susurró a la oreja en un sueño: “Ganaste”.
Cultivando el habla
Tenía el hábito de hablar sin pensar primero. Después de recitar de memoria el Fa por un tiempo, comprendí que esto era un problema.
El Maestro nos explicó:
“Soy una persona que lo que no deseo decir, puedo no decirlo, pero lo que cuento es la verdad” (Octava Lección, Zhuan Falun).
Como soy una practicante, necesito seguir los principios de Dafa. Si algo no se alinea con el Fa no debería decirlo. Sabía que necesitaba prestar atención a lo que decía. Todos los días, cuando enviaba pensamientos rectos, añadía el pensamiento: “No decir nada que no se alinee con el Fa y corregir mis palabras y acciones de acuerdo al Fa”.
Desde entonces, le presté atención a mi tono de voz. Por ejemplo, un día, mi marido estaba buscando algo en mi cajón. No me gustó aquello y quise reprenderlo. En ese momento comprendí que estaba equivocada. Así que cambié mi tono y le pregunté de buenas maneras si necesitaba ayuda. Él me respondió que justo había encontrado lo que estaba buscando.
Mejorando el xinxing
Al mantenerme mejorando el xinxing tuve una experiencia maravillosa. Por un periodo de tiempo sentía que mi cuerpo se estaba haciendo más grande cuando hacía los ejercicios. Crecí mucho, mucho más de lo que pudiera haber imaginado nunca. Era enorme. Mis pies estaban es esta tierra pero mi cuerpo alcanzó el techo del cielo. Había sustancias neblinosas allá arriba. Mi cabeza estaba en esa sustancia neblinosa. Utilicé mi cabeza para hacer un agujero y salir. Volé muy lejos, a un espacio donde no había humanos.
Podía entrar en esa dimensión cuando estaba haciendo la meditación sentada, desde entonces. Después, esta dimensión se volvió una gran pelota redonda. Cada día me sentaba en ella cuando hacía la meditación. No me movía pero la pelota se iba volviendo cada vez más pequeña. Un día no pude sentarme más. Se cayó muy lejos de mí. Estaba sentada en el mismo lugar, en medio de ninguna parte.
El Maestro nos dijo:
“...con la palma recta, agitando Cielo y Tierra, de pie en el aire, un gigantesco fo” (El gran iluminado, Hong Yin).
Me beneficié enormemente de recitar de memoria el Fa y mi cultivación avanzó hacia delante. Me cambió de ser una persona común a una practicante diligente. Ahora estudio el Fa recitándolo y mido mis pensamientos con el Fa. Trabajo para eliminar cualquier cosa que no se alinee con el Fa. Mi mentalidad es muy diferente a la de antes.
Dejé de ver la televisión en cuanto comencé a recitar de memoria el Fa. Al principio dejé de ver la televisión para ahorrar tiempo, pero ahora no quiero añadir pensamientos humanos a mi mente, los cuales podrían dañar mi cultivación. Siento lástima cuando veo gente en la televisión luchando por intereses personales. Cuando veo gente hablando sobre sexo me siento triste porque se están arruinando a sí mismos.