(Minghui.org) Una ingeniera jubilada en sus 70 años quedó incapacitada mientras estaba en prisión por no renunciar a su fe en Falun Gong, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

En febrero de 2016, la Sra. Liang Huaiyuan, residente de la ciudad de Bengbu, provincia de Anhui, fue detenida por hablar con la gente sobre Falun Gong. Fue sentenciada a prisión 3 meses después, aunque aún no se ha investigado la pena exacta.

Alrededor de septiembre de 2017, mientras cumplía su condena en la prisión de mujeres de la provincia de Anhui, sufrió un deterioro de su estado de salud y fue enviada al hospital de la prisión.

Su hija, la Sra. Liang Yu, que fue puesta en libertad en 2017 después de haber cumplido 3 años de prisión también por practicar Falun Gong, iba y venía desde la prisión de mujeres de la provincia de Anhui al hospital de la prisión cuando solicitaba ver a su madre.

La más joven, la Sra. Liang, contrató más tarde a un abogado para que representara a su familia. Con la ayuda del abogado, finalmente vio por primera vez a su madre en el hospital en julio de 2019.

La Sra. Liang Yu dijo que no podía dejar de llorar en el momento en que la vio, que había quedado completamente paralizada y estaba conectada a una sonda de alimentación y un catéter.

"Mamá ya no podía hablar. Solo podía parpadear. Viendo que yo estaba llorando, ella luchó por extenderme su mano, pero tenía problemas para mover su brazo. Los guardias que la vigilaban impidieron que me acercara a ella", dijo la joven Liang.

El abogado presentó una solicitud de libertad condicional médica para la Sra. Liang Huaiyuan después de la visita. Su hija ya había solicitado la libertad condicional varias veces antes, sin resultado. En el momento de escribir este artículo, el abogado no ha recibido ninguna respuesta a la solicitud de libertad condicional.

La Sra. Liang Yu dijo que no estaba segura si la prisión le estaba proporcionando tratamiento médico a su madre, o si simplemente le estaba dando un cuidado mínimo para mantenerla con vida.

"Todavía le quedan 2 años para terminar su condena; estoy muy preocupada de que mamá pueda salir adelante", dijo.

Según una persona que anteriormente estaba recluida en el hospital, la Sra. Liang le había dicho que una vez los guardias de la prisión la desnudaron hasta la ropa interior y la encadenaron a una silla con los brazos suspendidos sobre ella, después de que la encontraron haciendo los ejercicios de Falun Gong. Los guardias masculinos la rodearon y se rieron de ella. La humillación era indescriptible.

Debido a que no renunció a su fe, la Sra. Liang ha sido arrestada y detenida en múltiples ocasiones durante los últimos 20 años de persecución. Una vez estuvo paralizada durante más de 40 días después de haber sido inyectada con drogas tóxicas.

Su hija sospecha que podría haber sido inyectada de nuevo en prisión con drogas que dañan los nervios.

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