(Minghui.org) Una mujer de 63 años recobró su salud después de que en 2012 comenzó a practicar Falun Dafa. El 6 de diciembre de 2018 fue arrestada y sentenciada a 1 año de prisión por hablar con la gente sobre la práctica de Falun Dafa. Después de su liberación el 25 de mayo de 2019, ha sido acosada constantemente por las autoridades.
Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
Comenzando la práctica
La Sra. Wu Liru, residente de la ciudad de Changsha, en la provincia de Hunan, en 1996 sufrió 8 fracturas de costillas, que le causaron un dolor insoportable siempre que tosía. En 2012, cuando tenía 56 años, desarrolló reumatismo y perdió la capacidad de caminar normalmente.
Ella oyó hablar de Falun Dafa por casualidad y se enteró de su poder curativo. En 2012, decidió intentarlo y comenzó a escuchar los audios de las conferencias de Dafa por su fundador, el Maestro Li. Pronto, su salud mejoró tremendamente.
Mientras seguía escuchando los audios una y otra vez, sus enfermedades, incluyendo el reumatismo severo, desaparecieron gradualmente. Estaba tan agradecida y entusiasmada con su práctica que quería contarles a todos que Dafa le había dado una segunda vida.
Arrestada por contar la verdad
En noviembre de 2017, fue grabada por cámaras de vigilancia mientras colocaba adhesivos que decían: "Falun Dafa es bueno", cerca del edificio de la federación provincial de mujeres. Varios agentes de la comisaría de Xianjiahu y del comité de barrio local saquearon su casa y confiscaron todos sus libros y fotos de Falun Dafa sin ninguna orden judicial. Permaneció detenida durante 10 días en el centro de detención de Wangcheng.
El 25 de mayo de 2018, fue arrestada de nuevo por un agente de paisano cuando anunció: "Falun Dafa es bueno", en una parada de autobús.
En la comisaría de policía de Xihu, 2 mujeres y 4 hombres la desnudaron hasta dejarla en ropa interior y realizaron un registro corporal. La policía también le quitó las llaves de su casa, la saqueó, y confiscó todos sus libros y fotos de Falun Dafa.
En noviembre de 2018, tras 6 meses de retención en el centro de detención nro. 1 de la ciudad de Changsha, compareció ante el tribunal. Fue acusada de "utilizar un culto para socavar el orden público", un pretexto estándar utilizado para incriminar y encarcelar a los practicantes de Falun Gong. El juez la condenó a 1 año de prisión, con una multa de 3.000 yuanes.
Torturada en prisión
En enero de 2019, fue llevada a prisión. La recluyeron en la sala de alta seguridad y la obligaron a someterse a análisis de sangre y a un examen médico completo, posiblemente relacionado con los delitos de extracción forzada de órganos que comete el régimen.
Como se negó a leer los materiales que difamaban a Falun Dafa, las guardias de la prisión instigaron a las reclusos a golpearla, verter agua fría sobre su cuerpo y amordazarla con una toalla, durante 3 meses. Su cuerpo y su cama estaban constantemente mojados, incluso en los días más fríos del invierno.
Al mismo tiempo, no se le permitía lavarse ni usar el inodoro, por lo que frecuentemente ensuciaba su ropa. Para protestar por los malos tratos, la Sra. Wu inició una huelga de hambre de 8 días. Fue alimentada a la fuerza en el hospital de la prisión, lo que provocó que se le soltaran los dientes después de que las guardias le abrieran la boca con violencia.
A los pocos meses, su cuerpo estaba muy hinchado. Su piel y sus partes íntimas estaban gravemente ulceradas, lo que le causaba un dolor insoportable y le impedía caminar normalmente. Sin embargo, las guardias siguieron obligándola a leer material de propaganda que difamaba a Falun Dafa.
El 25 de mayo de 2019, la Sra. Wu fue liberada. A los 40 días de su regreso a casa, la oficina local comenzó a acosarla y amenazó con volver cada mes si se negaba a renunciar a su fe.