(Minghui.org) Falun Dafa fue introducido al mundo hace 27 años, millones de personas han adoptado la práctica, ha sido bien recibida en más de 80 países, y sus enseñanzas han sido traducidas a más de 40 idiomas. Tengo la suerte de ser practicante de Falun Dafa, es una relación predestinada que no puedo comprar con mi vida.
A menudo les decía a mis compañeros practicantes: “Nunca he tenido ningún poder sobrenatural, no he visto nada especial. Todas mis experiencias son muy normales, no vale la pena mencionarlas".
Uno de ellos me dijo: “El comportamiento de una persona es influenciado por su corazón, has persistido tranquilamente en la práctica todo este tiempo, incluso cuando Dafa está siendo difamado y la persecución en su contra continúa. Tu comportamiento ha demostrado tu firme creencia. Pese a que tus experiencias puedan ser normales o sin interés, has continuado haciendo lo que debes hacer".
“A menudo imprimiste materiales de aclaración de la verdad hasta la medianoche, abriste tu casa para que los practicantes pudieran estudiar el Fa juntos y distribuiste materiales informativos en cada hogar de tu vecindario. Tienes casi 70 años pero nunca te quejas de estar cansada. Piensas que lo que haz hecho es bastante normal pero esto es debido a que nunca has pensado en buscar fama o proteger tus propios intereses. Esto es bastante extraordinario".
Volviéndome practicante de Dafa
Conocí a Falun Dafa en agosto de 1996 y empecé a cultivarme inmediatamente. En esa época era la responsable de un departamento de marketing. Primero trabajé en el departamento que se encargaba de los sindicatos, luego me incorporé a la oficina del director del partido y estuve a cargo de la ideología política.
En esa época había bastantes personas practicando Falun Dafa en los diferentes departamentos de mi empresa. En cada uno había alguien que practicaba. A menudo leían libros de Dafa durante los descansos.
Una vez fui al departamento financiero a buscar a alguien y vi a una empleada leyendo el libro de Dafa. Le pregunté si podía tomarlo prestado y me dijo: “Por supuesto, pero solo puedo prestártelo, debes devolvérmelo".
Dediqué toda la noche a leer la copia prestada de Zhuan Falun. Estaba tan inmersa que olvidé la hora. Cuando finalicé la lectura, eran las siete de la mañana siguiente, rápidamente me lavé y fui a trabajar.
Estaba tan emocionada. Lo que decía el Maestro Li era tan grande. No me sentí cansada, a pesar de que no había dormido. Entendí que Falun Dafa era exactamente lo que quería aprender. De este modo empecé mi cultivación.
Desde que era joven siempre me había interesado la cultura tradicional. Me gustaban especialmente las enseñanzas que se centraban en la honestidad, la sencillez y en no rendirse nunca. Me gusta leer libros de historia. Personas como Zhuge Liang y Liu Bowen han sido mis héroes desde que era pequeña. Creía que el mundo recompensa a la gente buena con el bien y a la gente mala con el mal. Creía que había muchas cosas más allá de lo que la gente podía percibir.
Aunque trabajé en la oficina del director del partido, tuve dudas acerca de la propaganda del partido comunista chino. Sobre todo después de haber vivido durante la revolución cultural y las muchas campañas del PCCh, sentía que su propaganda estaba llena de contradicciones y que sus medidas eran inhumanas.
Actuaba con bondad, benevolencia y mi ambiente de trabajo estaba lleno de luchas, falsedades y engaños, fui bien aceptada por mis compañeros y tuve buenas relaciones con ellos.
El padre de mi jefe era un alto ejecutivo en nuestra empresa. Mi jefe era bastante arrogante y confiaba en sus contactos. Insistía en que todo saliera como él quería. Incluso a veces trataba mal a su jefe. Nadie quería estar a su lado.
Sin embargo, fui amable con él y lo traté de la misma manera que trataba a otra persona. Él me trató bien y me respetó.
Ambos asistimos a una boda, y nos sentamos uno al lado del otro. Le comenté: “Puedes ver qué bien están la novia y el novio juntos. Creo que tienen una relación predestinada. ¿Crees en estas cosas?”.
“Sí, creo”, contestó con una mirada seria en su rostro. Estaba sorprendida, nunca habría pensado que una persona considerada por el hombre como arrogante creería en dioses. Pensé que él podría ser una persona con una relación predestinada.
Más tarde le pregunté si conocía Falun Dafa y él respondió que sí. Su expresión aún era seria. Le pregunté qué pensaba acerca de las muchas campañas del PCCh. “Son ridículas”, respondió despectivamente.
Dije: “El PCCh ha asesinado a mucha gente en campañas pasadas. El Cielo lo hará pagar. Estarás a salvo si renuncias al PCCh y a sus organizaciones juveniles. ¿Por qué no te ayudo a hacerlo?". Estuvo de acuerdo sin dudarlo. Me dio su apodo y renunció al PCCh.
Soportando una tribulación de enfermedad-karma
A finales del 2011 desarrollé síntomas de yeli (karma) de enfermedad. Tuve un caso severo de ictericia. Mi piel se volvió marrón oscura y el blanco de mis ojos se tornó de un amarillo intenso. Mi vientre se hinchó como si estuviese embarazada y mis piernas se hincharon, parecían troncos de árbol. No podía acostarme, así que me apoyaba en el cabezal toda la noche. Sentía como si hubiera una roca pesada presionando hacia abajo mi pecho, tenía dificultades para respirar. Esto duró días.
No me atrevía a beber nada, ya que toda el agua que bebía se filtraba en la cavidad abdominal. No tenía hambre. Debido a que mi cultivación no era suficientemente sólida, mi lado humano dominó y con el tiempo fui al hospital. El doctor me dijo que tenía un estado avanzado de hepatitis con arteriosclerosis.
Fui hospitalizada ocho veces. Fui a un famoso hospital en Beijing, donde el doctor me dijo: “Lo que tienes es incurable, nadie en el mundo puede curarlo".
Todo lo que el hospital podía hacer era tratar y aliviar los síntomas. Esto redujo el color amarillo de mi piel y de los ojos, extrajeron el líquido de mi abdomen y me indujeron la micción. Luego fui a casa y los síntomas volvieron. El médico dijo que podía morir en cualquier momento. Pesaba 86 kilos antes que me extrajeran el líquido y 50 kilos después.
Decidí que no podía dejar que la situación continuara. Sabía que el hospital no podía salvarme. Después de regresar a casa, estudié el Fa, hice los ejercicios y envié pensamientos rectos. Renuncié al pensamiento de que estaba enferma. Al final me recuperé sin más tratamiento. Mi abdomen y mis piernas nunca volvieron a hincharse.
Mi marido era el jefe de un departamento de negocios. Le resultaba difícil aceptar la quema de incienso y el ofrecimiento de comida a la foto del Maestro y a menudo se reía de mí. Sin embargo, él mismo hizo esas cosas cuando fui hospitalizada por segunda vez. Le dijo a la foto del Maestro devotamente: “Maestro Li, por favor salva a tu discípula”.
Continuó haciendo esto incluso cuando me recuperé completamente. Me apoyó especialmente en la elaboración de materiales informativos de Dafa. Incluso tengo un grupo de estudio del Fa en nuestra casa. Ahora tiene más de 70 años, tiene muy buena salud y es muy feliz.
Sé que tengo muchos aspectos para mejorar. Aprecio mucho el tiempo que el Maestro ha prolongado para nosotros. Gracias, Maestro, por protegerme en mi camino de cultivación. Me cultivaré hasta el final y seguiré al Maestro a casa.