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Una mujer que sufre un infarto mientras es perseguida por su fe, muere en menos de dos años después de regresar a su casa

Jun. 30, 2019 |   Por corresponsal de Minghui en la provincial de Liaoning, China

(Minghui.org) Después de deambular y moverse de un sitio a otro para evitar ser perseguida por su fe durante 4 años, la Sra. Tan Yizhen regresó a su casa en 2017 después de sufrir un infarto al corazón y volverse incapaz de vivir sola.

La Sra. Tan, una practicante de Falun Dafa de la ciudad de Yingkou, provincia de Liaoning, perdió toda su movilidad poco después de regresar a su casa y tuvo que contar con que su marido la cuidase.

Las autoridades siguieron acosándola a pesar de su condición física. Su salud siguió empeorando y falleció el pasado 11 de abril de 2019, a los 67 años.

La Sra. Tan Yinzhen.

Abajo presentamos un extracto de la carta que la Sra. Tan escribió en 2013 para documentar la persecución que sufría.

Perseguida por practicar Falun Dafa

“Comencé a practicar Falun Dafa en agosto de 1996. Desaparecieron muchas de mis enfermedades y fui capaz de trabajar nuevamente. Esto llenó a nuestra familia de felicidad y armonía.

Pero desde que el régimen comunista ordenó la persecución de Falun Dafa el 20 de julio de 1999, la policía local se mantuvo persiguiéndome.

Fui detenida 3 veces por oficiales de Xishi. Cada vez que me arrestaban me llevaban a la policía y me interrogaban de 3 p.m. de la tarde a 1.30 a.m.

El personal del comité vecinal también se organizó por turnos para acosarme. Fui arrestada de nuevo en la casa de un amigo en la tarde-noche del 24 de agosto de 2011. Después de 15 días en la estación de policía, fui llevada al centro de lavado de cerebro de Fushun. Fui liberada después de 17 días de lavado de cerebro intensivo. La policía se negó a devolverme todas las pertenencias que habían requisado de mi casa.

Forzada a vivir lejos de casa

Una mujer llamó a mi puerta en torno a las 10 de la mañana el 28 de Septiembre de 2012 y me dijo que abriera. La ignoré pero varias personas golpearon la puerta. Ellos gritaron que eran la policía y que la tirarían abajo si no la abría.

Les abrí mientras trataban de entrar. Entraron alrededor de 8 oficiales. Uno de ellos estaba sujetando una barra de metal. Me contuvieron entre dos.

Les pregunté qué hacían allí. Dijeron que el departamento de policía de la ciudad había ordenado arrestarme ese día. Trajeron la orden de busca y captura y me dijeron que la firmara.

Me negué a obedecer. Les dije que practicaba Falun Dafa para mejorar mi salud, que seguía los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en mi día a día y que no había violado ninguna ley.

Se negaron a escucharme y registraron mi casa. Confiscaron mis libros de Falun Dafa, la computadora y la impresora. Fui llevada a la estación de policía de Wutaizi en pantuflas porque  no me permitieron cambiarme de ropa.

Me negué a firmar  formularios. Continué diciéndole a la policía que no había violado ninguna ley y que mi libertad de creencia debería ser protegida por la ley.

En torno a las cuatro de la tarde, Jiang Minfu, jefe de la división de seguridad doméstica del distrito de Xishi, junto con oficiales de policía, me llevaron al centro de detención. Después de que me denegaran la entrada debido a tener alta presión arterial (130/210),  me dejaron ir a casa.

El procurador de Xishi llamó a mi marido el 8 de enero de 2013 y le dijo que yo tenía que ir a firmar un formulario de acusación el día siguiente. Desde entonces, los oficiales de policía y los miembros de la procuraduría y de la división de seguridad doméstica se mantuvieron llamándonos y acosándonos. Amenazaron a mi esposo con que me pondrían en la lista de buscados y me arrestarían si seguía negándome a firmar.

También ordenaron a personas a que nos monitorearan así como a nuestra línea telefónica y al celular de mi marido las veinticuatro horas los siete días a la semana. No teníamos libertad.

El acoso constante causó una enorme presión mental a mi familia. No quería que ellos fueran implicados en la persecución así que decidí dejar mi hogar y esconderme de la policía. Viví por mí misma y sufrí muchas calamidades.

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