(Minghui.org) Mi nombre es Ma Chunpu y tengo 80 años. Antes de comenzar a practicar Falun Dafa, sufrí todo tipo de enfermedades durante muchos años. Tuve tres cirugías mayores en cinco años, me extirparon el 80% de mi estómago, todo mi útero y mi glándula tiroides. Además de eso, tuve una afección coronaria, dolor de corazón, arteriosclerosis cerebral severa, colesterol alto, deterioro severo de mis facultades mentales y parásitos en la sangre. A todos estos problemas de salud se sumaba el insomnio que sufrí durante un largo tiempo, y que me mantenía en un estado de agotamiento.
Entre todas las aflicciones, la que me causaba mayor sufrimiento era el dolor en mi cabeza. Mi arteriosclerosis cerebral comenzó a los 40 años. El increíble dolor combinado con el zumbido en los oídos me mareaba y desorientaba, y no me dejaba en paz ni un minuto. A veces, si me esforzaba hablando demasiado, mis dientes se apretaban con fuerza, lo que era tan doloroso que solo quería golpear mi cabeza contra la pared. No había palabras para describirlo. Para curar mis enfermedades, había visitado muchos, muchos hospitales de medicina occidental, hospitales de medicina china y maestros de Qigong, pero ninguno de los tratamientos me llevó a una mejoría evidente. Un neurólogo jefe del Hospital de la Amistad de Beijing dijo que debía tomar medicamentos por el resto de mi vida para prevenir un derrame cerebral, un ataque al corazón u otras consecuencias fatales. Por buscar durante tantos años llegue a estar profundamente desilusionada. Año tras año, día tras día, viví bajo la tortura de una enfermedad por décadas. En marzo de 1996, tuve la suerte de conocer Falun Gong. La primera vez que leí Zhuan Falun, cuanto más leía, más me emocionaba. Me conmovieron profundamente los principios enseñados por el Sr. Li. Me di cuenta de que este libro es un tesoro, que enseña a las personas a ser buenas y a cultivarse. Inmediatamente me entregué a Falun Gong y seguí leyendo los libros de Falun Gong y haciendo los ejercicios todos los días.
Entonces algo increíble me pasó. Dos meses después de comenzar a practicar Falun Gong, un día de repente sentí una fuerza desconocida e indescriptible que descendía de mi cabeza y la angustia que tuve en el pasado y que me hacía sentir como si estuviera atrapada en un cueva oscura, fue instantáneamente barrida. Entonces, de repente sentí que mi mente se aclaraba y mis ojos se iluminaban. La última vez que me sentí tan cómoda y libre de cargas fue hace tanto tiempo que me pareció toda una vida. Después de pasar varias décadas sin dormir bien, finalmente pude dormir bien esa noche.
Desde ese día, mi salud ha llegado a estar mejor y mejor, cada vez más fuerte. Camino vigorosa, como una persona joven, y no me siento de 80 años. Antes, no podía vivir sin medicamentos, pero ahora como y duermo bien y me siento llena de energía sin ninguna necesidad de tomar medicamentos. Las personas que me conocían estaban muy sorprendidas de verme y con frecuencia me preguntan: "¿Cómo es que has cambiado tanto? Tus mejillas están rosadas, tienes mucha energía y caminas como si tuvieras tanta fuerza libre”. Les digo que todo eso es porque practico Falun Gong.
Falun Dafa ha traído un enorme mejoramiento en mi salud y también ha purificado mi mente. Me comporto de acuerdo a las enseñanzas del Sr. Li y a la naturaleza del universo, para seguir "Verdad, Benevolencia, Tolerancia", considerar primero a otras personas, primero buscar mis propias deficiencias al enfrentar conflictos y ya no luchar por las ganancias personales. Continuamente he mejorado mi carácter de acuerdo con las enseñanzas de Falun Gong. Ahora, soy optimista, alegre y pacífica, y la miseria que sufrí se ha ido para siempre. Sin embargo, en China, Jiang Zemin y sus seguidores han difamado desvergonzadamente a Falun Gong y al Sr. Li Hongzhi. Pensé que era porque los líderes de la nación sabían poco sobre Falun Gong. Como practicante de Falun Gong que se ha beneficiado tanto de la práctica, es mi responsabilidad dejar que el liderazgo de la nación sepa la verdad sobre Falun Gong. En julio de 1999, regresé a China para apelar en nombre de Falun Dafa. En mi camino a la oficina de apelaciones (1), algunos policías usaron la fuerza para detenerme y registraron mi bolso. Confiscaron el libro que leía todos los días y me detuvieron. Tres días después, mi familia me rescató. Desde el momento en que dejé mi hogar hasta que regresé, tuve que sentarme por tres días y dos noches, y solo pude acostarme a dormir durante media hora el segundo día. Aunque ya tenía 80 años, estaba sorprendentemente en buena forma cuando llegué a casa, ¡gracias a Falun Dafa!
Me gustaría compartir hoy mi historia con todos, con la esperanza de que mi experiencia personal pueda ayudar a la gente a conocer más sobre Falun Gong y hacer que más personas se beneficien de ello.
Nota del editor:
Publicado en el libro: Vida y esperanza renovadas: El poder curativo de Falun Dafa
http://en.minghui.org/emh/download/ebooks/index_e.htm
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