(Minghui.org) En una sociedad normal, la prisión es un lugar exclusivo para los criminales. Pero hoy en día en China, cientos de miles de practicantes de Falun Dafa están siendo enviados a prisión meramente porque creen en Falun Dafa, una práctica de cultivación que aboga por los principios de “Verdad-Benevolencia-Tolerancia”.
Sin embargo, cada vez más gente está conociendo a Falun Dafa, y sabe que los practicantes son buenas personas.
Una señora fue arrestada por dirigir un sitio de apuestas. Tenía mal temperamento y hablaba en voz alta. Parecía que peleaba con la gente cuando hablaba sobre cualquier cosa. Fue transferida a la sala de prisión donde se encontraba una practicante.
El guardia le dijo a la practicante: “Le pediremos que se siente a tu lado. Inspírala con 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia'. No tienes que hablarle”.
La practicante le contó a la señora sobre Falun Dafa y la ayudó a renunciar al partido comunista chino (PCCh). Su temperamento mejoró, y un tiempo después la transfirieron a otra sala de prisión.
Una practicante estaba detenida en un centro de detención en el norte de China, y se acercaba el invierno.
Un día, mientras todos veían televisión, un guardia llamó a la practicante. Le preguntó: “¿Tienes ropa reforzada con algodón?”.
Los demás la miraron sorprendidos.
Había una regla en el centro de detenciones que estipulaba que ninguno de los detenidos podía usar su propia ropa. Tienen que pagar por el uniforme que usan en el centro de detención. Ropa reforzada con algodón cuesta alrededor de 300 yuanes.
El guardia le compró la ropa a la practicante el año pasado. Luego la practicante fue transferida a otra sala de prisión. Aparentemente el guardia estaba preocupado porque no tenía ropa de invierno.
La presión arterial volvió a la normalidad
Una señora fue transferida a la sala de prisión de una practicante. Tenía alta la presión arterial, aún después de tomar medicina permanecía alta.
Un guardia le dijo a la practicante: “La pondré junto contigo. Tienes que hablar con ella”.
La practicante pensó que esta era una buena oportunidad para hablar con ella sobre Falun Dafa y la persecución.
El orden en el que se sientan los detenidos es fijo. Una vez que ha sido determinado, ya nadie puede cambiarlo.
La practicante le contó sobre Falun Dafa y la ayudó a renunciar al PCCh.
Dos días después, un doctor le tomó la tensión. Al regresar, no dijo ni una palabra.
La practicante le preguntó cómo le iba con el problema de la presión. Ella le respondió tímidamente: “Mi presión sanguínea es de 127 mmHg. Pero cuando estaba en casa, mi presión sanguínea permanecía en 140 mmHg aun cuando tomaba medicina a diario”.
Dos días después, la examinaron nuevamente y dijo que su presión sanguínea había descendido a 120/80 mm Hg.
A la mañana siguiente, el guardia de la prisión le preguntó sobre el tema y le dijo que tenía la presión sanguínea a 120/80mm Hg. “¿No es ese el rango normal?”, dijo el guardia luego de escucharla.