(Minghui.org) La Sra. Qian Youyun, 54 años de edad, es residente de la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei. Ha sido repetidamente arrestada por mantener su fe en Falun Gong, una disciplina espiritual de cuerpo y mente basada en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia que ha estado siendo perseguida por el régimen comunista desde julio de 1999.
La Sra. Qian fue torturada durante los cuatro años de prisión. A solo tres meses de haber sido liberada de prisión, fue arrestada ilegalmente de nuevo el 23 de abril de 2019, por hablar con la gente sobre las torturas que recibió en detención y sobre los beneficios de practicar Falun Dafa. A la fecha, se desconoce su paradero.
Falun Dafa la convierte en una persona nueva
La Sra. Qian nació en la ciudad de Wuhan el 8 de junio de 1965. Solía ser empleada de un asociado del buró de granos del distrito de Jiangxia, Wuhan. Antes de comenzar a practicar Falun Dafa, solía sufrir de asma y otras enfermedades. También solía pasar todo el día jugando al mahjong y apostando. Su familia le discutía y tenía conflictos constantes.
La Sra. Qian conoció Falun Dafa el 13 de mayo de 1998 y se convirtió en practicante. Se recuperó de sus enfermedades y renunció a sus malos hábitos. Sintió que su mente y su cuerpo se estaban elevando constantemente mientras se asimilaba a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
Falun Dafa convirtió a la Sra. Qian en una nueva persona. Asumió las responsabilidades del hogar y su familia se armonizó. Viendo los cambios positivos en ella, sus familiares también comenzaron a practicar Falun Dafa. Un familiar logró caminar de nuevo después de depender de muletas durante años, mientras que otros dejaron de apostar y otros malos hábitos.
Persecución
Después de julio de 1999, Jiang Zemin, el ex líder del régimen comunista, estableció la oficina 610 y comenzó a perseguir a cientos de miles de practicantes de Falun Dafa inocentes.
Como muchos otros practicantes, la Sra. Qian fue a Beijing en enero de 2000 para apelar por Falun Gong, ya que ella creía que intentar ser una buena persona siguiendo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia no tiene nada de malo.
Dos policías de la comisaría del distrito de Jiangxia, se la llevaron de regreso a su pueblo natal y desde entonces ha sido perseguida.
La Sra. Qian fue encarcelada por más de cinco años en diferentes instalaciones, incluyendo centros de detención, campos de trabajo forzado, y centros de lavado de cerebro, donde fue torturada.
Fue colgada por días, vigilada por “vigilantes personales” todo el día, forzada a quedarse parada por varias horas por día por más de seis meses, golpeada, privada del sueño, alimentada a la fuerza y abusada verbalmente.
Los padres de la Sra. Qian intentaron rescatar a su hija, citando la constitución china para defenderla, pero sus esfuerzos fallaron.
Conducta ilegal de la policía del PCCh
Personal de la comisaría local y del comité vecinal fueron a la casa de la Sra. Qian varias veces con la excusa de revisar su residencia. Cuando ella se negó a abrir la puerta, intentaron usaron otras excusas.
Un día, la policía apareció y rodeó su edificio. Ella hizo una soga con sábanas e intentó escapar. Se cayó y se lastimó pero logró escapar.
Luego, policías comenzaron a esconderse cerca de su casa alrededor de las 3 a.m. todas las noches. También fueron al trabajo de su esposo, amenazando que le cortarían su fuente de ingreso si fallaba en entregarla a la policía. También dijeron que ella había abandonado su familia por su creencia.
Sin embargo, sus familiares fueron testigos de los repetidos arrestos, detenciones, los juicios ilegales, su cuerpo golpeado, y otras evidencias de torturas. Todo esto más la intensa presión del partido comunista chino sometió a su familia a un dolor insoportable y ansiedad durante años.
La Sra. Qian regresó a su casa un mes después porque estaba preocupada por su esposo, que había tenido problemas en el corazón. A menos de dos semanas de haber regresado, la policía vino de nuevo para arrestarla. Cuando se negó a abrir la puerta, fueron a buscar un cerrajero para forzar la puerta. También contactaron a su esposo en el trabajo y lo amenazaron con que si no volvía a la casa inmediatamente, le dirían a su empleador que lo despida.
Al final, lograron entrar en su casa y se llevaron a la Sra. Qian a la comisaría, donde la interrogaron por 24 horas. Fue detenida por 15 días en el centro de detención, antes de sentenciarla ilegalmente a 4 años de prisión.
Apelación: Sentencia original mantenida
La Sra. Qian apeló contra la sentencia y decidió demandar a la policía local y a los miembros de la oficina 610 por su arresto y tortura. Pero el centro de detención se negó a darle papel y lapicera, diciéndole que podía apelar verbalmente en la corte y aceptar la sentencia.
La corte del distrito de Jiangxia realizó un juicio ilegal contra la Sra. Qian el 27 de mayo de 2015. Ella gritó “¡Falun Dafa es bueno!” mientras subía las escaleras.
Tarjetas de Año Nuevo Chino que decían “Falun Dafa es bueno” fueron aceptadas como evidencia para sentenciarla. Cuando se presentó el testimonio de su esposo, él inmediatamente negó haber dicho todo lo que el fiscal dijo. Cuando habló la Sra. Qian sobre los beneficios de la práctica de Falun Dafa, el juez le dijo que esos comentarios no eran relevantes.
Luego, la corte intermedia mantuvo la sentencia original. Cuando la Sra. Qian quiso continuar apelando, le dijeron que solo podía usar un abogado asignado por el gobierno local, que, como precondición, tenía que declararla culpable. En otras palabras, la Sra. Qian tenía que admitir que era culpable de practicar Falun Gong como precondición.
Torturada en prisión
El 21 de agosto de 2015, la Sra. Qian fue llevada a la prisión de mujeres de Wuhan, después de lo cual fue transferida al segundo equipo del pabellón No. 2. Cuando se negó a recitar las reglas de la prisión, Li Ran, el instructor del pabellón asignó una drogadicta, Zhou Meili, y la reclusa Yuan Cheng para vigilarla. Los guardias les ordenaron que la torturaran.
Inicialmente la forzaron a quedarse de pie desde la mañana hasta las 10:00 p.m. por varios días seguidos, y luego cambiaron el tiempo hasta la medianoche. Cuando todavía se negaba a recitar las reglas, las dos “vigilantes” la golpearon y no la dejaron dormir.
Estaba herida pero los guardias la ignoraron, y la administración de la prisión ordenó a las vigilantes que siguieran torturándola. Zhou agarró del pelo a la Sra. Qian, le pegó puñetazos y patadas muy fuertes. Cuando la Sra. Qian gritó de dolor, Zhou llenó su boca con medias sucias, y su boca comenzó a sangrar. Las vigilantes continuaron torturándola.
La continua y larga tortura física y mental la dejaron desorientada, y enflaqueció. La forzaron a realizar trabajo manual. Cuando le mostró sus heridas al instructor Li Ran y el líder del equipo, Zhang An, dijeron con indiferencia: “No veo ninguna herida. Luces muy bien”. Li también dijo: “Somos una instalación de cumplimiento de la ley. Si no obedeces nuestras órdenes, tenemos derecho a usar violencia, y no seremos responsables por lo que sea que te pase”.
Cirugía y más malos tratos
Después de dos años de detención, el útero de la Sra. Qian se separó tan drásticamente que necesitaba ser operada en el hospital del ferrocarril de Hanyang. No le permitieron a su familia ir a verla, pero los hicieron pagar por todos los gastos médicos.
La operación duró seis horas, y antes de que recuperara su consciencia por las anestesias le pusieron cadenas y esposas de nuevo.
Los médicos dijeron que había perdido mucha sangre durante la cirugía y que necesitaba más días para descansar y comida para nutrirse, pero la prisión urgió al hospital a que le diera el alta. La llevaron de regreso a la prisión al tercer día de la operación.
Su esposo pagó todos los gastos médicos, por un total de 18.000 de yuanes más 500 yuanes de costo de transporte. Sin embargo, la prisión se negó a darle un recibo, diciendo que lo necesitaban para la contaduría.
El estado de la prisión no solo era pobre, sino que el lugar estaba muy sucio también. Los médicos muchas veces hacían recetas o les daban inyecciones al paciente sin examinarlos. A los practicantes de Falun Dafa también les hacían pruebas de sangre.
Al encontrarle una llaga en la cadera, el director de la prisión, Chen, preguntó repetidamente si ella había sido “transformada”.
“Si lo has sido, cuidaremos de ti como corresponde, si no, me aseguraré de que sufras hoy”, dijo Chen. Cuando el personal médico le cambió la ropa, le pusieron un bastoncillo de algodón en su herida y lo retorcieron, causándole un dolor insoportable y sangrado.
El hospital hizo que la Sra. Qian pase por varias “revisiones”. Cuando ella se negaba, le sacaban varios tubos de sangre. El médico le dio unas cuantas inyecciones sin siquiera preguntar sus síntomas.
Persecución financiera
La Sra. Qian regresó a su casa el 6 de noviembre de 2018, después de cuatro años de prisión. Su esposo acababa de hacerse una operación de bypass y la familia estaba teniendo un momento financiero difícil.
Para empeorar las cosas, recibieron una llamada del buró de seguridad social a fines de febrero de 2019, diciéndoles que tenían que devolver la pensión básica que habían recibido mientras ella estuvo encarcelada, de otro modo suspenderían su elegibilidad. La repentina persecución financiera arrojó a la familia en la oscuridad, cuando recién se estaban recuperando de la previa ordalía.
La Sra. Qian fue a hablar con el buró de seguridad social y le dijeron que según el artículo 12 del documento No. 143 emitido en 2001, los pagos a los jubilados que reciben pensión básica se suspenden cuando son sentenciados a prisión o detención criminal.
También le dijeron a la Sra. Qian que la razón por la cual no suspendieron su elegibilidad cuando estaba en prisión era porque no lo sabían.
La Sra. Qian explicó al personal que los practicantes de Falun Dafa no son criminales y su encarcelamiento era completamente debido a la persecución ilegal.
“No he violado ninguna ley, y solo intento ser una buena persona y seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Fui sometida a torturas en la prisión, y ahora me quieren quitar mi pensión básica. ¿Cómo voy a vivir? Me tratan tan injustamente, voy a tener que apelar”, le dijo al personal.
El personal le contestó que no conseguiría nada apelando porque ellos estaban siguiendo órdenes de arriba. El personal también le mostró una lista de decenas de personas, y los nombres de los practicantes estaban resaltados.
Claramente, la persecución financiera que encontró la Sra. Qian no es un caso aislado, ya que apunta directamente a los practicantes de Falun Gong. Se sabe que los miembros de la oficina 610 dijeron que a los practicantes que se niegan a ser “transformados”, se les suspende su pensión.