(Minghui.org) Tuve la oportunidad de leer Zhuan Falun en 1997, entonces tenía 27 años. El libro respondió muchas preguntas que tenía sobre la vida.
Estaba rodeada de la misericordia del Maestro Li Hongzhi y cada vez que veía sus conferencias, sentía grandes cambios en mí. Estudiar Falun Dafa en ese momento estableció una buena base en mi cultivación, que me ayudó a superar las dificultades a las que me enfrenté después.
Aclarar la verdad sobre Dafa en mi lugar de trabajo
Falun Dafa es difamado en China desde 1999. Les dije a los jefes en mi trabajo: "Todavía practico Falun Dafa y puedo ir a Beijing para pedir el derecho a practicar Falun Dafa".
Enseguida me pusieron bajo arresto domiciliario. Los jefes le pidieron a mi marido, a mis padres, a mis amigos y a mis parientes que me convencieran para que abandonara la práctica de Dafa. Algunos lloraban, otros me rogaban y otros se enojaban. Me negué a abandonar Dafa firmemente.
Al final, los jefes dijeron que si yo insistía con Falun Dafa, me echarían del partido comunista. Sin dudas, escribí una carta de renuncia: "Como practicante de Falun Dafa, ahora tengo una creencia diferente a la del partido comunista. Aquí declaro que renuncio al partido".
Uno de los jefes me preguntó, de manera amigable, por qué declaré que practicaba Falun Dafa sabiendo que me arriesgaría a perder mi trabajo, mi familia y tal vez hasta mi vida.
Le expliqué que, aunque amo a mi marido, a mi hija, a mis padres y a mi trabajo, no puedo mentir sobre Dafa, porque me beneficié de ello.
Preguntó: "¿Cómo vivirás si lo pierdes todo: tu trabajo y tu familia?".
Le sonreí: "Mi Maestro dijo que los practicantes de Dafa son bendecidos. No creo que perderé todo e incluso si pierdo algo, ¡tendré a Dafa!". Charlamos hasta la medianoche.
Al final dijo que me admiraba y que me contrataría si fuera el jefe de una empresa privada (la empresa para la que trabajaba estaba relacionada con el ejército y era dirigida por el gobierno).
Me despidieron y no recibí ningún subsidio ni compensación. En ese momento hubo una tarea urgente y yo era la única persona en la empresa que sabía cómo hacerlo. Decidí quedarme un mes más para ayudarlos, sin recibir ningún pago. Un año después, escribí una carta al director de la empresa.
Le dije que perder el empleo en el sector público no me derrotó, ya que estaba haciendo lo que tenía que hacer. Le dije que recordara "Falun Dafa es bueno". Me llamó y me dijo: "Eres una buena persona. Recordaré que Falun Dafa es bueno".
Tocando el corazón de los familiares
Perdí mi trabajo, pero tenía un marido cariñoso y una hija adorable. Antes de la persecución, mi esposo cuidó a nuestra hija para que yo pudiera participar en los ejercicios de la mañana, del estudio grupal del Fa por la tarde y de las actividades el fin de semana.
Al comenzar la persecución, por miedo, se opuso a que yo continuara con la práctica. Mi marido estaba bajo una enorme presión después de que me detuvieron por ir a Beijing a pedir por mi derecho a practicar Dafa.
Muchos pensaron que se divorciaría de mí. Él dijo: "No puedo dejar que mi hija pierda a su madre". Así, permanecimos juntos.
En 2006, mientras intentaba ayudar al negocio de su familia, ofendió a un gobernador local que le hizo pasar un mal rato. Años de preocupación y miedo lo llevaron a una depresión severa.
Un día, no lo soporto más y se suicidó frente a mí (saltó de un edificio). En el momento en que vi a mi marido aterrizar en el suelo, supe que mi familia estaba destrozada.
Estaba decidida a no ser derrotada, sabía que debía vivir como una practicante de Dafa. Todos los días recitaba el Fa del Maestro en mi mente. Como resultado, mi mente se volvió más y más tranquila y estaba más lejos de la tristeza y de los apegos humanos.
La familia de mi marido me culpó de su muerte. Creían que se desmoronó porque yo practicaba Dafa.
En los últimos 10 años, cuando mi esposo vivía, traté a todos sus familiares con amabilidad y los ayudé mucho. Ahora, de repente, ni siquiera hablan conmigo. Sin embargo, entendí sus sentimientos.
Mi marido solía ser el más honrado de su familia. Era la única persona de su pueblo natal que asistió a la universidad. Por supuesto, que les costaría mucho aceptar el golpe. Si fuera yo quien se suicidó, ¿no culparían mis parientes a mi marido?
Le dije a mi cuñada: "Hermana, confía en mí. No volveré a casarme, y trataré a tu familia igual que antes, ya que todos ustedes son mi familia".
A pesar de mis dificultades financieras, traté de ayudar a mis suegros. Cada año, durante las vacaciones de Año Nuevo Chino, visito su pueblo y llevo regalos para todos los familiares, como antes. Mi madre y mi hermana, ambas practicantes, también me ayudaron a preparar regalos.
Trato de participar en sus eventos familiares importantes como bodas, funerales y a menudo los ayudo con dinero. Fui de nuevo bienvenida en su familia.
Mi suegro una vez me cosió una sábana. Pude ver que se preocupaba por mí y me respetaba.
El año pasado, mi cuñada me preguntó si podía prestarles algo de dinero porque su hijo iba a comprar una casa. Al principio me sorprendió. Yo era una madre soltera tratando de criar a mi hija por mi cuenta. ¿Cómo puedes pedirme dinero? Pero pronto me di cuenta de que mi pensamiento era ridículo. Demostró que confiaba en mí cuando me lo pidió.
De hecho, bajo la protección del Maestro, mi salario fue muy bueno durante los últimos años. Así que le presté 20.000 yuanes.
El invierno pasado, mi cuñada fue operada en un hospital de mi ciudad. Siempre que tenía tiempo, la visitaba en el hospital y cocinaba buenas comidas para ella y su hijo.
Mi madre y mi hermana también la visitaban y les llevaban comida. Otras pacientes de la sala estaban muy sorprendidas de que yo siguiera teniendo una relación tan buena con mis suegros once años después de la muerte de mi marido.
Los practicantes de Dafa han pasado por innumerables pruebas y tribulaciones durante este período de tiempo. Nuestras acciones rectas conmueven al cielo y a la tierra. Actuar de manera recta como practicante en la vida, en el trabajo y con los familiares, muestra las virtudes de los practicantes de Dafa.