(Minghui.org) Una mujer de 74 años ha estado detenida desde hace 1 mes y se le han denegado tanto las visitas de su familia como la de su abogado por negarse a renunciar a su fe en Falun Dafa, una práctica para la mejora de mente y cuerpo que ha sido perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
La residente de la ciudad de Jinzhou en la provincia de Hubei, se enfrenta ahora a un nuevo juicio después de que su detención fuera aprobada por las autoridades.
A principios de marzo de 2019, la Sra. Wang Shaoqing viajó a la ciudad de Wuhan (la capital de la provincia de Hubei), para visitar a su hija. El 7 de marzo, fue arrestada en un parque mientras hablaba con la gente sobre Falun Dafa.
Desde entonces ha permanecido recluida en el centro de detención n.º 1 de Wuhan. Su familia se encuentra ahora muy preocupada por si estuviera siendo víctima de torturas por su fe, en el centro de detención.
Había sido perseguida en repetidas ocasiones por practicar Falun Dafa
La Sra. Wang sufría de múltiples dolencias. Experimentó una rápida mejoría en su estado de salud después de empezar a practicar Falun Dafa. Simplemente por mantenerse fiel a su fe, ha sido sometida a repetidos hostigamientos, arrestos y detenciones en los últimos 20 años.
Debido a su creencia, la recluyeron en un hospital psiquiátrico y se vio obligada a consumir grandes cantidades de medicamentos psicotrópicos tras su detención en 2002. Escapó del hospital y se vio obligada a vivir lejos de su hogar con la intención de evitar a la policía. La arrestaron nuevamente unos meses después, el 14 de enero de 2003.
Llevó a cabo una huelga de hambre en señal de protesta por la persecución a Falun Dafa, mientras estaba en el centro de detención del condado de Gong'an.
Poco después de ser puesta en libertad, fue arrestada el 12 de marzo de 2004. La policía amenazó con arrestar también a su hijo cuando este intentó proteger a su madre de los agentes que la secuestraron.
En aquella ocasión, permaneció detenida en el centro de lavado de cerebro de Tangxunhu durante 40 días, y también la sometieron a abusos mentales y físicos con el fin de obligarla a renunciar a su fe.
En 2016, fue acosada nuevamente después de presentar una denuncia penal contra Jiang Zemin, el entonces líder del régimen comunista, que ordenó la persecución de Falun Dafa en 1999.