(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 1996. Cuando empezó la persecución en 1999, dejé de practicar por miedo. Le pedí a mi hijo que quemara mi copia de Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa.
Más tarde, él se casó y tuvo un hijo. A la edad de cinco años, su hijo todavía no hablaba. Lo llevaron a que lo vieran muchos especialistas, pero nadie pudo diagnosticar la causa. Mi nuera no pudo aguantar la presión, así que se fue de casa y se divorció de mi hijo. Cuando mi hijo tuvo que dejar la ciudad debido a su trabajo, dejó al pequeño a mi cuidado. Yo sospechaba que su incapacidad para hablar era una retribución kármica debido a la quema del libro de Dafa.
Cuando empecé a practicar Falun Dafa, tenía presión sanguínea alta y una enfermedad en el corazón. Todas mis enfermedades pronto desaparecieron. Después de que dejé la práctica, estas enfermedades regresaron. Mi salud era mala, y ahora debía cuidar de este niño pequeño que no hablaba. Las cosas se ponían difíciles.
Entonces recibí la visita de una practicante, ella me recomendó que reanudara la práctica de Dafa. Le contesté: “¿Puedo volver después de darle la espalda?”.
“Nunca es demasiado tarde. El Maestro Li (fundador de Falun Dafa) te acogerá. Escribe una declaración solemne”, dijo.
“No estoy segura de cómo hacer eso”.
“Solo escribe desde tu corazón” respondió.
Escribí: “Estoy muy arrepentida de haber abandonado Falun Dafa y de haber quemado el libro. Pido disculpas y deseo ser una practicante de nuevo”.
Acabé mi declaración y me sentí mejor. Dejé mi bolígrafo cuando mi nieto corrió hacia mí y exclamó: “¡Abuela, el Maestro te está cuidando ahora!”.
¡Estas fueron sus primeras palabras! Con lágrimas en los ojos, lo levanté y lo abracé fuertemente. Desde ese día, practico Dafa con mi nieto, y hemos sido bendecidos por la gracia del Maestro. ¡Gracias Maestro por su compasión!