(Minghui.org) Sin importar lo mucho que lo intentara, por un largo tiempo fue muy difícil tener una disposición amable hacia mi madre. Después de buscar profundamente en mi interior y repasar algunos recuerdos dolorosos comprendí la razón de esta amargura y resentimiento, tan fuertemente enraizados, que sentía hacia ella. ¿De dónde venían esos sentimientos? Al mirar hacia dentro vi que mis sentimientos provenían de nociones de celos e injusticia.
Causa y efecto kármicos
Cuando era niña estaba siempre enferma y mi madre no parecía esforzarse mucho para darme cuidados médicos. La culpaba a ella por las miserias que sufrí toda mi vida y por la complexión física inferior que había desarrollado. Desde que tengo memoria, mi madre siempre prefirió a mis otros hermanos antes que a mí. Me despreciaba, a menudo se burlaba de mí y me atacaba verbalmente. Como practicante sé que todo esto proviene de la relación kármica que desarrollamos en vidas anteriores.
Una vez, en un sueño, vi que mi madre me había encerrado en un calabozo con agua. Estaba en cuclillas dentro del agua profunda, oscura, sucia y helada. Si ese sueño fuese real explicaría muy bien mi inconsciente miedo y aversión hacia mi madre.
Me dije que lo tenía que dejar ir, pero mientras más trataba de deshacerme de ese resentimiento, más fuerte renacía en mí. Como las olas en el mar, volvían a chocar una y otra vez en mi cabeza imparable e insoportablemente. Si bajaba la guardia por un momento aparecía la cara histérica de mi madre ante mí volviéndome loca de la rabia.
¿Qué podía hacer? Me ponía a recitar una y otra vez las palabras del Maestro:
“Una persona malvada es dominada por el corazón de la envidia. A raíz de su egoísmo y despecho personal, se queja que no le tratan justamente. Una persona virtuosa siempre mantiene un corazón de compasión. Sin ninguna queja ni odio, toma la dificultad como alegría. Un ser iluminado no tiene ningún apego en el corazón. Él contempla tranquilamente a la gente mundana extraviándose en las ilusiones” (Grado de conciencia, Escrituras esenciales para mayor avance).
La naturaleza demoniaca reprime a la naturaleza divina
Poco a poco las palabras del Maestro llegaron a mi interior. Desde la perspectiva de una persona común sentía que había sido tratada injustamente y esto alimentaba mi resentimiento. Sin embargo, desde la perspectiva del universo, todo lo que nos ocurre es debido a la relación del yeli (kármica de causa y efecto), lo cual es verdaderamente justo. Era evidente que los sentimientos de injustica, resentimiento, odio o insatisfacción eran manifestaciones de mi propia naturaleza demoniaca.
El Maestro dijo:
“La naturaleza demoníaca de uno es malvada y sus manifestaciones son la matanza, robo, saqueo, egoísmo, pensamiento perverso, sembrar discordia, agitación y difusión de rumores, envidia, malicia, enloquecimiento, pereza, incesto, etcétera” (Naturaleza fo y naturaleza demoníaca, Escrituras esenciales para mayor avance).
Resultaba evidente que todos los elementos de la naturaleza demoníaca citados por el Maestro eran muy importantes en los sentimientos hacia mi madre. ¿Cómo podía mi naturaleza divina ganar la batalla mientras mi naturaleza demoniaca era tan dominante? Las dos naturalezas opuestas no pueden coexistir. Una crece al disminuir la otra. La naturaleza divina no podría emerger sin ser suprimida ante la naturaleza demoniaca, del mismo modo, la bondad y la compasión no podrán emerger si el resentimiento no es eliminado. Solo trabajando en mi propio corazón para dominar mi naturaleza demoniaca seré capaz de resolver todo de forma benevolente.
El Maestro dijo:
“Cultivar el estado de fo es para eliminar tu naturaleza demoníaca y solidificar tu naturaleza fo” (Naturaleza fo y naturaleza demoníaca, Escrituras esenciales para mayor avance).
En los siguientes días y semanas, siempre que me aparecía en la mente la cara horripilante de mi madre, me alertaba para pasar por alto su lado negativo. Si en mis oídos sonaba su histérico arrebato, me recordaba ignorar su lengua hiriente. Fue un proceso doloroso, insoportable y en ocasiones desgarrador, pero luché duro para no ceder ante esas emociones dañinas.
Arrancando el resentimiento del corazón
Una vez que mi cabeza estaba a punto de explotar con una tormenta de odio, escuché una voz en mi interior “El propósito de tu vida es arrancar el resentimiento de tu corazón”. Razoné y vi que podría llegar a malgastar mi vida si no arrancaba este resentimiento. No podría llevármelo a los Cielos conmigo y definitivamente no obtendría el estado de Fo mientras sujetase este fuerte rencor contra mi madre. En su lugar me habría aguardado el infierno y el horroroso ciclo de la reencarnación. Afortunadamente para mí, a través de persistir con el estudio del Fa y rechazar todos los pensamientos negativos, los recuerdos traumáticos comenzaron a esfumarse y mi naturaleza demoniaca se volvió más débil.
A consecuencia de esto llegué a tener más sensatez al aproximarme a cualquier asunto y dejé de concentrarme en las cualidades negativas de las personas. Comprendí que de hecho mi madre tenía muchas cualidades positivas –era autosuficiente, muy capaz en su trabajo y había logrado proporcionar a sus hijos una educación adecuada.
Mi madre muchas veces nos enseñó. “Si uno obtiene beneficio de una gota de agua que alguien da en un acto de bondad, uno debería pagarlo con un manantial” o “Cuando uno está solo se reflexiona sobre sus propios errores; cuando uno está con otros no se habla sobre los errores y aciertos de los demás”.
Mi madre no me causó las miserias de tener un cuerpo enfermizo, lo que tengo que culpar es a mi propio yeli, que no tiene nada que ver con ella. Ella me alimentó, me vistió y me cuidó la mayor parte de mi vida. Ella me ha dado mucho, mientras yo solo le he devuelto odio ¡Esta falta de gratitud era sin duda una manifestación de mi naturaleza demoniaca descontrolada!
Mi entendimiento actual es: los seres humanos son inicialmente buenos, los elementos de nuestra naturaleza demoniaca, como el resentimiento, son suciedad que empañan nuestra naturaleza buena, pero si la suciedad es limpiada, nuestra bondad innata volverá a brillar completamente. Nosotros podremos llegar a ser más comprensivos, tolerantes y capaces de perdonar a los demás de forma natural. Para mí, cultivar la bondad y la compasión no es posible si nuestra naturaleza demoniaca no es debilitada o se vuelve impotente.
He llegado a comprender que no tenemos problemas en nuestra cultivación por la crueldad o las palabras despiadadas de los demás, sino por el constante resentimiento en nuestros corazones. Hay una historia sobre un maestro daoísta al que una persona le preguntó sobre las enseñanzas del daoísmo. Él respondió: “¡No resentirse! Al principio la persona sintió que el maestro no lo había tomado en serio pero después tuvo una gran iluminación, “Oh, el maestro daoista me ha dicho que no tenga resentimientos hacia nadie porque esta es la llave para el estado de perfección o el Dao”. Desde ahora todos los días tengo que preguntarme “¿Todavía tengo resentimientos hacia alguien?”. La genuina cultivación requiere que dejemos ir el resentimiento o no podremos llegar a ser dioses, solo humanos.
Como mi resentimiento se ha disuelto poco a poco mis rasgos faciales se han vuelto más suaves, una atmósfera de felicidad rodea a mi familia, mejoramos financieramente e incluso nuestra casa parecía más cálida. Las sonrisas estaban saliendo a través de los nubarrones en la cara de mi madre. Las palabras del Maestro se hicieron evidentes en nuestra experiencia:
“Cuando tu corazón de Shan emerja, actuarás muy benevolentemente. Desde lo más profundo de tu corazón y hasta en tu apariencia externa y forma de ser, todos podrán ver a primera vista que eres muy benevolente. Para entonces ya nadie te maltratará” (Capítulo Tercero, Falun Gong).
Entendiendo la causa y efecto
Recordando estos difíciles momentos comprendí que todo ocurrió por los arreglos hechos por las viejas fuerzas. Ellas habían establecido un nudo de venganza entre mi madre y yo en vidas anteriores para crear la enemistad entre nosotras en esta vida. Ellas también cambiaron la percepción que tenía sobre las cualidades negativas de mi madre y así amplificaron mi odio hacia ella.
Es un hecho que el resentimiento ha de ser arrojado el día que nos convertimos en cultivadores, cuando salimos de nuestra condición como seres humanos. Lo es más para nosotros, los discípulos de la rectificación del Fa, porque nuestra única misión es salvar a las personas, por lo tanto, no debemos enredarnos de ninguna manera en este mundo humano.
He fallado al tratar de abandonar mi resentimiento, las viejas fuerzas pudieron usar esto como excusa para crearme más tribulaciones. Las personas comunes también tienen este dicho: “El resentimiento te puede traer problemas”. Como cultivadores tenemos que entender que tener resentimientos hacia otros es permitir que nuestra naturaleza demoniaca corra en libertad.
Albergar resentimiento es verdaderamente común entre nosotros cultivadores, pero muchos no son conscientes de ello. Algunos cultivadores no pudieron dejar ir sus resentimientos hacia familiares y así se enfermaron y eventualmente fallecieron. Algunos se quejaban sobre sus jefes creando así tensión y estrés en sus trabajos. Otros no pudieron perdonar a sus carceleros y recibieron tratos incluso más severos. Finalmente el resentimiento causó división entre los compañeros practicantes que condujeron a arrestos y otras consecuencias desafortunadas.
Nuestro resentimiento le da a las viejas fuerzas la excusa para hacernos daño. Si pudiéramos reflexionar seriamente sobre nosotros mismos, capturar y eliminar a tiempo cualquier resentimiento en nuestros corazones, nuestros caminos de cultivación podrán ser más fáciles y menos tribulaciones podrán aparecer en nuestros caminos.
El resentimiento surge cuando nosotros no podemos comprender o tolerar a otros. Esto ocurre porque no miramos realmente en nuestro corazón ni cultivamos correctamente. También ocurre cuando no queremos dar un paso atrás en un conflicto y, en su lugar, queremos seguir peleando. En estos casos nosotros podríamos llegar a estar bajo el control de nuestra naturaleza demoniaca. Si el resentimiento está latiendo a fuego lento en nuestros corazones a medida que clarificamos la verdad para salvar a las personas, lo que obtienen de nosotros es resentimiento en lugar de bondad y compasión. Es posible que, en efecto, hayamos dañado la reputación de Dafa e impidamos que las personas se salven.
Necesitamos realmente dominar nuestra naturaleza demoniaca y disolver el resentimiento de nuestros corazones porque esto nos impide tener la compasión necesaria para salvar a la gente.