(Minghui.org) La persecución de Falun Dafa iniciada por el exlíder del partido comunista chino (PCCh) Jiang Zemin ha durado casi 20 años, durante los cuales innumerables discípulos de Dafa han sido retenidos ilegalmente en centros de detención, centros de lavado de cerebro, campos de trabajos forzados, prisiones y otros lugares. Incluso en estos ambientes, los practicantes de Dafa persisten en informar a la gente sobre la grandeza de Dafa de diversas maneras.
Resuena un fuerte eco en la sala del tribunal: "Falun Dafa es bueno"
Un practicante y yo salimos a colgar altavoces pregrabados y pancartas para informar a la gente sobre la persecución a Falun Dafa. Como respuesta, nos arrestaron y juzgaron. La sala estaba llena de gente que quería presenciar el juicio.
El alguacil nos quitó las esposas. Sabía que era inocente, así que grité: "¡Falun Dafa es bueno!". El oficial que estaba detrás de mí me tapó la boca con su mano y me impidió seguir gritando. Pero otro practicante gritó inmediatamente: "¡Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno!".
El alguacil nos empujó rápidamente a una pequeña habitación junto a la sala del tribunal. Me dio un puñetazo en la boca y empecé a sangrar inmediatamente. El otro practicante también recibió golpes del alguacil.
De vuelta en la celda, otros vieron que mi boca estaba lesionada y sangraba. Me preguntaron qué había pasado. Después de que les expliqué lo que había pasado, levantaron el pulgar y dijeron: "La gente como tú es golpeada. Parece ser que el PCCh está realmente acabado".
Cambiando de un mal ambiente a uno mejor
Había una celda en el centro de detención que se usaba para detener a los sospechosos de asesinato, de robo e incluso a asesinos declarados, donde frecuentemente estallaban peleas.
Me encerraron en esa celda. Tan pronto como entré, me dijeron que mirara a la pared, sostuviera la cabeza con las manos y me agachara. Alguien me golpeó en la espalda y me dio un puñetazo. Entonces, me dijeron que me levantara y los mirara de frente. Esta era una especie de ceremonia de iniciación para los recién llegados a esa celda.
Me levanté y los miré con una sonrisa. Me preguntaron de qué se me acusaba y les dije que practicaba Falun Dafa. Uno de ellos dijo: "No me extraña".
Algunos de los recién llegados no se defendieron y esperaron para vengarse más tarde. Mi sonrisa y mi falta de ira eran completamente diferentes a las de los demás, lo que les hacía sentir curiosidad por mí.
Sé que a donde quiera que vaya, debo comportarme como un practicante y seguir los principios de la Dafa de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. A través de lo que digo y hago, la gente necesita ver que "Falun Dafa es bueno", esto no es simplemente un mensaje.
Nunca pedí comida extra ni desperdicié comida, no creé conflictos ni esparcí rumores, solo dije la verdad. Ni siquiera era exigente a la hora de encontrar un lugar para dormir, ya que dormía dondequiera que me pedían que durmiera. Ayudé a otros tanto como pude. Poco a poco, la gente en la celda se sintió dispuesta a hablar conmigo.
Aproveché esta oportunidad para que cada uno de ellos entendiera la verdad sobre Dafa y la persecución. Supieron que "Falun Dafa es bueno" y estuvieron dispuestos a abandonar el PCCh y sus organizaciones juveniles.
Ellos sabían que yo había sido maltratado, y se arrepintieron de las cosas malas que habían hecho. Algunos incluso hicieron los ejercicios de Dafa y enviaron pensamientos rectos. El matón principal de la celda estudió el Fa y practicó los ejercicios, llegando a obtener buena salud. Dejó de padecer los síntomas del asma, aumentó de peso y se sintió tranquilo.
Los recién llegados ya no tenían que pasar por la ceremonia de iniciación. La celda que a menudo causaba dolores de cabeza a los guardias era ahora elogiada por el centro de detención y en una ocasión fue recompensada con una comida adicional.
Escribir artículos contra la persecución
Como practicante de Dafa en el período de rectificación del Fa, también debo establecer un ambiente que ayude a la gente. Le rogué al Maestro que me diera la oportunidad de hacerlo y llegó. El personal de la prisión organizó conferencias e invitó a todos los reclusos a participar. La conferencia se centró en la difamación de Dafa y de su fundador. Después de la clase, se les dijo a todos que escribieran un informe y se lo entregaran al guardia.
Esto socavaba el buen nombre de Dafa y tenía que ser detenido. Era parte de la persecución a Dafa, así que había que trabajar para frenar esta persecución. En este ambiente de alta presión, los practicantes usaban diferentes maneras de contarle a la gente los hechos verdaderos de Dafa. Algunos practicantes se negaron a participar en la conferencia, otros se declararon en huelga de hambre, algunos enviaron pensamientos rectos para el evento y otros respondían a las preguntas de los reclusos sobre Dafa. Sin embargo, algunos otros se sintieron indefensos.
Permanecí en silencio en las conferencias y al mismo tiempo envié pensamientos rectos para eliminar el mal. Después de eso, recibí un bolígrafo y un papel, y escribí artículos que exponían específicamente las mentiras contadas durante las conferencias que calumniaban a Dafa. Mientras escribía, mis ideas eran claras, los pensamientos fluían en mi mente, y terminé el artículo en un solo intento.
Sabía que hice lo correcto y que el Maestro me estaba animando. Después de que lo escribí, el artículo se entregó a los reclusos. Circuló y hablaron de ello. Con el tiempo, entregaron el artículo a un guardia, y los guardias lo distribuyeron entre ellos.
La verdad se difundió así a través de estos eventos. Después de organizar una segunda conferencia, la prisión desistió de continuar ofreciéndolas.
Con ese triunfo, decidí escribir artículos de vez en cuando sobre temas similares. El Maestro puso pensamientos en mi mente sobre lo que debería escribir. Después de confeccionar el borrador en mi mente, escribía el artículo de una sola vez.
Era el Maestro quien me brindaba la sabiduría y la habilidad necesarias. Escribí muchos de esos artículos, que se distribuyeron entre los reclusos y los guardias.
Algunos practicantes también leyeron mis artículos, y todos dijeron que lo que escribía era muy bueno. Algunos reclusos comprendieron los verdaderos hechos, comenzaron a estudiar el Fa y ayudaron a los Dafa dizi a transmitir las nuevas enseñanzas de Shifu.
El ambiente fue mejorando gradualmente y dejó de ser tan malo como cuando había llegado a ese centro de detención.