(Minghui.org) Hace diez años, intenté ayudar a una practicante que abandonó la cultivación durante su encarcelamiento, pero no lo logré. Luego se dio cuenta de su error y comenzó a cultivarse de nuevo. Pero cuando la volví a ver ya no quise ofrecerle más ayuda. No dejaba de pensar: "¿No me dijo que al renunciar a su creencia había hecho lo correcto?".
Hace unos años, mientras enviábamos pensamientos rectos con otros dos practicantes en la casa de uno de ellos, con mi ojo celestial, la vi tumbada frente a mí. En ese momento, no me di cuenta de que se trataba del Maestro señalando mi apego. Después de estudiar el Fa con más atención, pude darme cuenta de que tenía el apego a recibir algo a cambio. Buscaba algún tipo de recompensa por tratar de ayudarla. Este apego me impedía elevar el nivel. Es más, al no valorar los esfuerzos que había hecho para que volviera a la cultivación cuando nos conocimos, la practicante me estaba ayudando a eliminar este apego, y esta era la razón de que durante los últimos diez años, nunca me hubiera dado las gracias.
El Maestro nos enseñó:
"Dado que al salvar a la gente no se habla de condiciones, recompensas, remuneración y tampoco fama, ellos son mucho más elevados que las personas ejemplares entre la gente común; esto es totalmente por sus corazones de misericordia" (Segunda Lección, Zhuan Falun).
El Maestro también dijo:
"Quienquiera que ve a esta persona quiere ayudarla y la ayuda incondicionalmente. La Escuela Fo salva a la gente incondicionalmente, no hay recompensa alguna, puede ayudarla sin ninguna condición, por lo tanto, nosotros podemos hacer muchas cosas por los estudiantes" (Primera Lección, Zhuan Falun).
Todavía estoy lejos de cumplir con los requisitos del Fa del Maestro. Todavía le doy importancia a la fama y a obtener beneficios a través de mis esfuerzos.
Doy las gracias a la compañera practicante que me ayudó a identificar que poseo el apego a buscar favores a cambio de mis acciones. Ahora puedo y debo eliminarlo.