(Minghui.org) Mi esposo y yo somos practicantes. Él hace los ejercicios todas las mañanas. Sin embargo, yo he permanecido en un estado de "pescar por tres días y descansar dos", en cuanto a los ejercicios. Siempre le he pedido a mi esposo que me despierte en las mañanas para hacerlos con él. Aunque me despertaba cuando se lo pedía, no me levantaba de inmediato.
Una mañana mi esposo me despertó y me pidió que me levantara a hacer los ejercicios. En vez de eso, me di la vuelta y me quedé dormida de nuevo. Tuve un sueño: buscaba la tarjeta de crédito que dejo dentro del libro de la tienda (tenemos una tienda de ropa, el libro se usa generalmente para la contabilidad). Aunque sabía que había metido la tarjeta de crédito en el libro, no podía encontrarla. En cuanto me desperté, la busqué en mi billetera y vi que la tarjeta estaba ahí. El sueño fue muy vívido.
Me di cuenta de que era una practicante. Dado que no siempre mantenía mi promesa, tuve este sueño. ¿No estaba haciendo lo contrario de lo que un practicante se supone que debe hacer? ¿No se supone que debemos mantener nuestra promesa?
El Maestro nos dijo:
"¿qué es la fe verdadera? Tú simplemente estás diciendo con tu boca que tienes fe, pero en tu corazón no tienes realmente fe. ¿Por qué digo esto? Es porque cuando tú realmente tienes fe, tus acciones deben coincidir con tus palabras" (Exponiendo el Fa en el Fahui de Europa).
Era perezosa, pero ese no era mi ser verdadero. Estaba determinada a eliminar este apego. A la mañana siguiente me puse en pie e hice los ejercicios. Aunque a veces no me levantaba a tiempo, me propuse mantener mi promesa.
La gente se conmueve por nuestro comportamiento recto
Cada día me cultivo en concordancia con los requerimientos de Dafa, quise hacer lo que el Maestro nos sugirió: "... para que así que obtengas la honrada iluminación de desinterés y altruismo" (La naturaleza fo no tiene ningún punto débil, Escrituras esenciales para mayor avance).
La dueña de la tienda de al lado vio la campana de cobre que colgaba en la puerta de mi tienda de ropa y le gustó. En cuanto entraba un cliente, se podía escuchar la campana. Me pidió que le comprara dos, así que las pedí.
Cuando me llegó el pedido, vi que el proveedor mandó más de 10, es decir, un total de 12 campanas me fueron entregadas. Contacté al proveedor y le expliqué la situación. Le dije que me gustaría pagarle las campanas extras. El proveedor se sintió muy conmovido y feliz, me agradeció y, generosamente, me regaló las campanas extras.
Fue una coincidencia que también ordenara un estante para nuestra tienda. El proveedor, accidentalmente, volvió a mandarme uno de más. Cada uno cuesta cientos de yuanes. Si le devolvía el estante al proveedor le costaría dinero. Para reducir su pérdida, se lo pagué ya que podía usarlo en la tienda. El proveedor quedó muy agradecido.
Practicantes hagan las cosas de acuerdo a Verdad-Benevolencia-Tolerancia, siéntanse orgullosos y estudien con el corazón.