(Minghui.org) Quartz, una agencia de noticias online, publicó el 27 de septiembre de 2019 un informe de Olivia Goldhill titulado: "El mercado más negro, China está acusada de extirpar decenas de miles de órganos para servir a un próspero mercado global".
El artículo comenzaba con el siguiente párrafo:
"Apenas dos meses después de que Han Junqing, de Beijing, fuera encarcelado por practicar la disciplina espiritual de Falun Gong, murió en cautiverio. Cuando a su familia se le permitió ver brevemente su cuerpo, más de un mes después de su muerte, su hija dijo que descubrieron que había sido cortado y abierto".
El reportero se enteró de la difícil situación de la familia Han en un evento en el Harvard Club de Nueva York el miércoles 25 de septiembre, que se celebró coincidiendo con la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En el evento, la hija de Han Junqing, Han Yu, describió cómo su familia había ido a ver el cuerpo de su padre casi un mes después de su prematura muerte en 2004. Hasta el día de hoy, la familia cree que Han Junqing fue víctima de la sistemática extirpación forzada de órganos a los presos de conciencia en China.
En su artículo, Goldhill también citó al Tribunal de China, que emitió su sentencia final en junio de este año declarando que sin ninguna duda los presos de conciencia en China están siendo asesinados a gran escala por sus órganos.
Goldhill citó estimaciones de abogados y expertos en derechos humanos que especulan que al menos 65.000 practicantes de Falun Gong han sido asesinados por sus órganos desde 2001 y que el régimen chino también ha matado a miembros de otras minorías religiosas y étnicas, incluyendo Uigures, tibetanos, y cristianos, por sus órganos.
También escribió que una abogada superior del Tribunal de China había pedido al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ACNUR) a principios de semana que investigara los crímenes de extirpación de órganos en China y tomara medidas: "Una víctima tras otra y una muerte tras otra, cortando corazones y otros órganos de personas vivas, inocentes, pacíficas e inofensivas constituye una de las peores atrocidades masivas de este siglo", dijo Hamid Sabi, abogado del Tribunal de China, al ACNUR.
La sustracción de órganos es parte de un mercado de trasplante de órganos de mil millones de dólares en China, escribió Goldhill, citando el Tribunal de China. Dijo que los ciudadanos chinos y los turistas de trasplantes habían aprovechado el suministro disponible de órganos en China, con un hígado que supuestamente costaba hasta 160.000 dólares. En particular, los cortos tiempos de espera para los órganos en China sirven como evidencia de una gran fuente de órganos ilícitos, ya que en los países normales, los sistemas voluntarios de donación de órganos significan que los pacientes esperarán meses o incluso años para encontrar un órgano compatible para su trasplante. En China, los pacientes esperan solo semanas o incluso unos pocos días. Esto ha inducido a personas de todo el mundo a viajar a China para aprovechar el excedente de órganos.
Goldhill también citó a David Kilgour, el ex secretario de estado canadiense para Asia-Pacífico y coautor de un informe de 2016 sobre la extirpación de órganos en China, quien habló en el evento en el Harvard Club el 25 de septiembre.
"¿Qué pueden hacer los legisladores y los gobiernos al respecto?", Kilgour preguntó. Dijo a la audiencia que Bélgica, Italia, Israel, Noruega, España y Taiwán ya han prohibido el turismo de trasplantes de órganos a China y sugirió que otros países siguieran su ejemplo. "Si los estadounidenses, los canadienses y otros mostraran más compromiso con nuestros propios valores, el terrible comercio podría terminar rápidamente", dijo.
En su artículo, Goldhill describió la difícil situación de otra familia que tenía un representante en el evento. Jiang Li, de Chongqing, habló sobre cómo su padre había sido asesinado por practicar Falun Gong después de que fuera encerrado en un campo de trabajo en 2008.
"Mi padre fue puesto en un congelador mientras aún estaba vivo, y sus órganos fueron extirpados sin el consentimiento de nuestra familia", dijo Jiang a los asistentes al evento.
"A la familia se le permitió ver su cuerpo siete horas después de su supuesta muerte", escribió Goldhill, "Pero cuando llegaron, dijo Jiang Li, se sorprendieron al descubrir que su cuerpo, que estaba en un refrigerador, todavía estaba caliente. Intentaron hacerle la RCP, agregó, pero fueron arrastrados fuera del edificio y no se les permitió volver a ver a Jiang Xiqing. Más tarde, pudieron obtener un informe de la autopsia, que mostró que sus costillas estaban rotas y sus órganos extirpados".