(Minghui.org) Yo vivía en Dalian, una ciudad china donde mucha gente solía hacer los ejercicios de Falun Dafa en parques y plazas por la mañana y por la tarde, antes del inicio de la persecución. Había sitios de práctica a cualquier lugar que fueras. El ambiente aquí en Japón es diferente. Cuando me mudé por primera vez a Japón, siempre hacía los ejercicios de Falun Dafa en casa.
Empecé a hacer los ejercicios al aire libre desde el último verano.Ocurrió inesperadamente. Un día, una compañera practicante me dijo que hacía los ejercicios al aire libre por la mañana los fines de semana. Así que le dije que practicaría con ella. Cada vez más practicantes se unían a nosotros conforme los invitábamos. Gradualmente fuimos practicando más días afuera: todas las mañanas.
Ponemos una bandera de Falun Dafa cuando hacemos los ejercicios. A veces, la gente que pasa se queda con nosotros a aprender.
De camino al sitio de práctica y de regreso a casa, mi estado de ánimo era particularmente bueno. A veces, cuando me levanto tarde y pierdo la oportunidad de hacer los ejercicios, sueño que pierdo mi monedero o no logro escalar una montaña.
A medida que el tiempo se hace más frío, menos y menos practicantes hacen los ejercicios afuera. Me quejé al respecto con una compañera practicante, y ella me dijo que no dejara que la asistencia de otros me afectara y simplemente siguiera haciendo los ejercicios. Estuve de acuerdo y cambié mi mentalidad. Sería muy bueno si hubiera otros compañeros para practicar juntos; pero si no, los haría sola.
Con frecuencia, cuando hace frío, soy la única que hace los ejercicios en el sitio. Me di cuenta de que algunas personas, incluidos los chinos, se detenían para verme meditar. Desafortunadamente otra practicante guardó la bandera. Si tuviera la bandera sería excelente para difundir información de Dafa.
Me di cuenta de que la bandera también irradiaba poder. El sol sale mientras hacemos la meditación sentada. La luz dorada del sol brilla en el estandarte dorado y se refleja en mí: podía sentir la calidez y el gran poder.
Creo que es mi misión mantener el sitio de práctica, especialmente cuando no hay otros practicantes, sino solo yo.
El ambiente alrededor cambia
Había cuervos haciendo ruido cuando comenzaba a hacer los ejercicios afuera. Gradualmente, los cuervos dejaron de acercarse al sitio de práctica. En lugar de ellos, llegaron otras aves cuyo canto era agradable. Al principio me alegró escuchar el sonido que hacían esas aves, pero después de un tiempo se convirtió en una distracción. Una vez, dije en mi corazón: "Guarda silencio". A partir de entonces, vinieron menos pájaros y estuvo más silencioso.
Una vez, cuando estaba lloviendo mientras hacía los ejercicios, supliqué en mi corazón que la lluvia se trasladara a otro lado o que lloviera en otro momento. Desde entonces el clima ha sido bueno. Lo peor que experimenté fueron algunas lloviznas.
Mantener el corazón en paz
Muchos compañeros practicantes de otros países publicaban sus fotos meditando en la nieve, y yo quería hacer lo mismo. Comencé a esperar el tiempo en que nieva para poder tomarme una foto meditando en la nieve. Sin embargo, por el apego de perseguir este gozo, el día en que finalmente nevó, no me desperté y me perdí la meditación.
Me di cuenta de que debía mantener el corazón en paz y hacer lo mejor que pudiera lo que debía hacer.
Aunque las personas pueden practicar libremente Falun Dafa en público en Japón, es difícil formar un ambiente como el de China antes de la persecución, cuando se encontraban por doquier sitios de práctica. A medida que nuestro sitio de práctica se estableció, percibí cambios en el entorno. Difundir Dafa tiene una influencia positiva. Si todos los practicantes pudieran hacer los ejercicios afuera con banners y banderas de Dafa, el ambiente de la ciudad de Tokio cambiaría. Más y más gente podría aprender Falun Dafa, todo el entorno cambiaría y tendría una influencia positiva en los proyectos de Dafa.