(Minghui.org) Durante el magnífico Fahui europeo en Londres en septiembre de 2019, tuve un incidente aparentemente pequeño, al que intenté tratar como debería hacerlo un cultivador —mirando en mi interior— y el cual abrió una multitud de cosas importantes.
El Maestro dijo en Enseñando el Fa en la reunión de La Gran Época:
«Así que diciéndolo de otra forma, los factores de uno pueden realmente cambiar el entorno de uno mismo. "Cultívense ustedes mismos" y "Miren hacia dentro" son palabras que he dicho de manera muy clara y directa. (Ríe). Pero no hay mucha gente que le dé el debido peso a estas palabras, esta situación aplica incluso para las cosas que hacen los Dafa dizi».
Esta es la historia:
A todos los participantes en el Fahui se les entregaron auriculares para escuchar la traducción simultánea. Asistieron más de mil practicantes. Creo que solo una persona perdió el auricular durante el receso para el almuerzo: fui yo.
Estuve a cargo de recoger y entregar, a los asistentes de mi país, los almuerzos preparados con antelación; hasta ese momento todavía tenía los auriculares conmigo. Pero poco más tarde, cuando estaba comiendo mi almuerzo en un parque cercano, noté que me faltaban. Rehice mis pasos hacia el lugar donde se habían entregado las viandas, pero los auriculares no aparecieron.
Luego de informar esto al personal de la conferencia y de darles mis detalles de contacto en caso de que los auriculares no aparecieran, volví, con unos nuevos, al salón de conferencias para asistir a la segunda parte, y comencé a mirar en mi interior.
Lo primero que noté fue que hacia el final de la primera parte de la conferencia, mi concentración decaía y pensaba en todo tipo de cosas mundanas en lugar de escuchar con atención a quienes estaban exponiendo. La pérdida de los auriculares fue la señal que me marcó esto; la conexión era obvia. Me determiné a escuchar atentamente y atesorar el resto del Fahui. También me pregunté si hubo otras veces en las que no escuché solícitamente. ¿Escucho siempre lo que el Maestro me indica hacer o no hacer? No siempre. ¡Ya no más excusas, entonces!
Más tarde, contacté al coordinador local para transmitirle mi disposición a pagar por los auriculares perdidos. Me informó que el costo serían unos USD 300, lo cual me sorprendió. No esperaba un precio tan alto por unos simples auriculares. Así que miré en mi interior y me pregunté si había algo que debía ver. Lo había, por cierto.
Me di cuenta de que a menudo trato al dinero con ligereza. No soy pobre, pero esa no es excusa para gastar irresponsablemente o para tener una actitud despreocupada. Hay una diferencia entre no tener apego al dinero, lo cual es bueno, y permitirse ser descuidado, bajo el pretexto de que se tiene suficiente. Es como alguien con mucho de que hace cosas malas sin preocuparse debido a que tiene suficiente. Así que me determiné a tratar este asunto con más cuidado y responsabilidad.
Cuando le ofrecí el dinero al coordinador local, él lo rechazó diciendo que no quería malgastar los recursos de Dafa mientras hubiera una oportunidad de recuperar los auriculares. Les escribió a todos los coordinadores europeos para solicitarles que vieran si alguno de sus practicantes había recogido los auriculares perdidos y había olvidado devolverlos.
Cuando, por las respuestas, parecía que nadie los había encontrado, volví a ofrecer reintegrar su valor. El coordinador continuaba rechazando la reposición explicando que podrían aparecer en la sede del encuentro en un par de días y que, aunque se tratara de mi propio dinero, también eran recursos de Dafa.
Debido a que la cuestión no estaba resuelta aún, pensé que todavía había algo más de lo que tendría que darme cuenta. Así que volví a mirar en mi interior. Comprendí que durante toda esta prueba había estado viendo las cosas desde la perspectiva de la cultivación personal, no desde la rectificación del Fa, como lo hacía el coordinador británico. Él no estaba simplemente siendo amable conmigo, sino que estaba validando Dafa y negando los arreglos de las viejas fuerzas.
Inmediatamente después de que tuve esa comprensión, el coordinador británico me contactó para informarme que habían aparecido los auriculares en la sede del encuentro. Me di cuenta de que había atravesado todo lo que debía con esta prueba planeada. Fueron solo tres cosas, no las 81 que el monje tuvo que pasar para obtener las escrituras en la novela Viaje al Oeste. Sin embargo, aún tenía que superar la prueba e iluminarme antes de que el asunto terminara.
Este último entendimiento me hizo considerar la diferencia de perspectiva entre el Maestro y las viejas fuerzas, y dónde me había ubicado yo hasta el momento. Mi limitado entendimiento era que las viejas fuerzas consideran preeminente la cultivación personal de los discípulos de Dafa, y cualquier error u omisión debería —de acuerdo con ellas— ser castigado de modo que pueda dañar la salvación de seres conscientes y la posibilidad de completar la cultivación.
Pero, ¿cómo se ajusta eso a las enseñanzas del Maestro?
“Se te hace tropezar, y desde dentro de esto te iluminas al Dao; el xiulian transcurre simplemente de esta manera” (“Cuarta Lección”, Zhuan Falun).
Es incluso más así cuando son las viejas fuerzas las que provocan el problema en primer lugar, y luego se dan vuelta y señalan de forma acusadora.
Según mi limitado entendimiento, el Maestro no lo ve así. Coexistimos con la rectificación del Fa del Maestro, y no hacemos solo nuestra cultivación personal. Además, este Fa tiene la capacidad de armonizar y rectificar las cosas. Yo entiendo que, en Dafa, hay un camino donde, siempre y cuando un discípulo de Dafa sea diligente y voluntarioso para cultivarse, sus tropiezos (y consecuente iluminación) pueden coexistir sin causar daño a la salvación de seres conscientes. Esto puede no tener precedentes, pero tampoco los tiene la rectificación del Fa.
A lo largo de mis años de cultivación, he sido testigo unas cuantas veces de que:
“Con los dizi repletos de pensamientos rectos, el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo” (“Bondades entre el Shifu y los dizi”, Hong Yin (II))
No obstante, me di cuenta de que muy a menudo consideré que “merecía” pérdidas en los proyectos de Dafa debido a que no estaba a la altura por los errores cometidos.
Por supuesto, mirar esto desde la perspectiva de la rectificación del Fa solo funciona si el practicante tiene la voluntad de cultivarse y sacrificarse realmente.
En “Desapego total” en Escrituras esenciales para mayor avance, el Maestro nos enseña:
“Si uno realmente puede renunciar imperturbablemente, manteniendo su corazón inconmovible, ya se encuentra realmente en ese nivel. Sin embargo, el cultivarte a ti mismo es para mejorarte a ti mismo. Dado que ya puedes dejar este apego, ¿por qué no dejas el mismo miedo al apego? Si puedes dejarlo todo hasta llegar al desapego total, ¿acaso no será esto un sacrificio más alto?”.
Pero se incluye una condición:
“Sin embargo, si un cultivador o una persona común, que ni siquiera puede hacer un sacrificio fundamental, habla también sobre este principio, en realidad está dañando el Fa buscando un pretexto para el apego que no quiere dejar” (“Desapego total”, Escrituras esenciales para mayor avance).
Comprendí que, dado que en el caso relatado tuve voluntad de cultivarme y disposición para sacrificarme, una vez que me di cuenta de que no debía desperdiciar los recursos de Dafa, el Fa podía respaldarme y la pérdida real fue evitada.
Ahora estoy en el proceso de asimilarme a este entendimiento para convertirme en un ser que...
“...camina abierta y majestuosamente su sendero en la rectificación del Fa” (Pensamientos rectos y acciones rectas).
Gracias, Maestro, por las oportunidades, y gracias, compañeros practicantes, por ayudarme con sus acciones rectas.