(Minghui.org) El Sr. Yang Dejie, un practicante de Falun Gong de la provincia de Henan, China, falleció el 30 de agosto de 2018 después de sufrir años viviendo errante, bajo acoso policial y con varios encarcelamientos por mantener su fe en Falun Dafa. Tenía 47 años cuando murió.

Yang fue arrestado por primera vez en 2001 por publicar información sobre Falun Dafa, una práctica de mente y cuerpo perseguida por el régimen comunista chino desde julio de 1999. Estuvo detenido durante dos meses y fue obligado a pagar 3.000 yuanes antes de que le permitieran regresar a casa.

Como la policía local lo siguió acosando tras su liberación, dejó su casa para evitar más arrestos, pero fue capturado nuevamente en el 2004 al descubrir que había producido materiales informativos de Falun Dafa. Entonces recibió una condena a siete años en prisión, de la que fue liberado en 2009, después que desarrolló hipertensión arterial y otros problemas de salud graves como resultado de las brutales torturas que recibió en la cárcel.

Yang dejó de vivir en su hogar otra vez para evitar el acoso policial después de haber sido liberado. A finales de 2011 había regresado a casa para celebrar el Año Nuevo Chino con su familia, cuando la policía allanó su casa y confiscó la mayoría de sus ahorros y pertenencias con un valor de más de 10.000 yuanes.

Debido a su presión arterial alta, Yang fue liberado después de ser obligado a pagar 20.000 yuanes de fianza y prohibirle salir de la ciudad por un año.

Pero fue arrestado nuevamente en 2013, siendo sentenciado a pasar cuatro años en prisión. Como le diagnosticaron atrofia cerebral, la prisión se negó a admitirlo.

Tras ser liberado, la policía le ordenó que se presentara en la comisaría todas las semanas, y también lo amenazaron con encarcelarlo nuevamente una vez que estuviera recuperado.

Como Yang estuvo detenido por varias temporadas, no podía encontrar un trabajo y vivía en la pobreza; el acoso frecuente de la policía también dañó su salud hasta quedar incapacitado.

Yang desarrolló un trastorno mental y sufría otros padecimientos derivados de la atrofia cerebral. A pesar de estar en sus 40 años, la tomografía computarizada de su cerebro era similar a la de alguien de 70 años. Murió cinco años después de su segunda condena a prisión.