(Minghui.org) Mi madre y yo somos practicantes de Falun Dafa. En 2014, se le diagnosticó un carcinoma cervical en etapa avanzada. Esta noticia fue muy difícil de digerir para mi padre. Se sintió muy frustrado. Me encontraba a punto de graduarme y, de repente, me convertí en el principal tomador de decisiones en mi familia.
Mis parientes me presionaron mucho para que le buscara un tratamiento ordinario a mi mamá. Bajo tal presión, decidí que comenzara el tratamiento de quimioterapia de radiación. Poco después, debido a un problema físico, mi madre tuvo que dejar el tratamiento. Entonces, el médico simplemente le recetó una medicina nutricional para el hígado y el riñón.
Mi tía también practica Falun Dafa. Las dos nos quedamos muy cerca de mi mamá durante aquel período de tiempo. Practicamos los ejercicios de Falun Dafa todos los días e invertíamos todo nuestro tiempo libre en estudiar el Fa y enviar pensamientos rectos. Dos meses después de haber recibido el diagnóstico, mi mamá se recuperó milagrosamente. El tumor de unos 15 cm (6 pulgadas) había desaparecido al igual que su problema de riñón.
Su médico no lo podía creer. Pensó que habían cometido un error en su diagnóstico original. Todos mis parientes y mi familia cercana sabían que fue obra de nuestro gran Maestro, el Sr. Li Hongzhi (el fundador) y Dafa, lo que le salvó la vida a mi madre y le ofreció una segunda oportunidad. Pero debido a la persecución que sufre Falun Dafa a manos del partido comunista chino, mis familiares tenían demasiado miedo de comentar la verdadera razón por la que se había recuperado.
Desafíos durante su recuperación
Durante el proceso de su recuperación, me vi sometida a varias pruebas. Como "principal cuidadora" de la paciente, tuve que leer todo tipo de informes médicos sobre el estado de mi madre y escuchar a la doctora mientras describía lo avanzado que estaba el cáncer y lo baja que era su probabilidad de sobrevivir. Cuando me habló por primera vez, la ignoré y envié pensamientos rectos. Yo sostenía el pensamiento: "Solo el Maestro puede decidir acerca de los discípulos de Dafa".
Escuchar cómo mi padre y mis familiares criticaban mis decisiones en lo referente a cómo manejar el estado de mi madre también me supuso un importante reto. Me sentí bajo una enorme presión al aceptar la forma ordinaria de tratar los síntomas. Mi comportamiento, a su vez, se volvió inconsistente de acuerdo a los requisitos de un discípulo de Dafa. Como resultado, mi padre se enfureció conmigo y dijo que no era bondadosa. Afirmó que no estaba tratando bien a nuestros parientes.
Cuando mi tía y mi madre se dieron cuenta de que tenía problemas para aguantar la presión, estudiaron el Fa conmigo. Durante nuestro estudio, encontré brecha: Cuando estaba con mi madre en el hospital, no actué de acuerdo a los requisitos de Dafa.
Cuando mis parientes y amigos vinieron a visitarla, trataron de darnos algo de dinero. Pero lo rechacé y respondí que mi mamá se encontraba bien. Cuando el doctor describió su enfermedad, me negué a mirar a mi madre. Envié en silencio pensamientos rectos, así que el doctor se preguntó por qué me veía tan desanimada y no daba ninguna respuesta a las graves noticias que recibía sobre mi mamá. Cuando mi tío le trajo comida a mi madre, me mostré indiferente. Actué como si quisiera que se marchara para que pudiéramos estudiar el Fa.
Mis acciones fueron realmente negativas hacia la gente durante aquel tiempo, lo cual hizo que mi familia y el personal del hospital no me consideraran una hija respetuosa. Una vez que me di cuenta, me arrepentí y comprendí que mis palabras podrían haber causado que esas personas produjeran pensamientos negativos sobre Dafa.
Me disculpé sinceramente con mi padre y mi tío, que le habían traído la comida a mi madre. Después de que las cosas se restablecieron, cultivé mi compasión y me mejoré a través de incrementar el estudio de Fa -y de enviar pensamientos rectos.
Me di cuenta de que el verdadero estándar filial debería evaluarse con Dafa, no de acuerdo a los estándares de una persona común. Si hubiera tomado el camino ordinario para tratar el cáncer de mi mamá, todos me habrían considerado una hija muy devota. No obstante, una vez que corregí mi propio comportamiento y exhibí la compasión que requiere un practicante, pude enfocarme más en que nuestra familia recobrara la armonía.