(Minghui.org) La prisión para mujeres de la provincia de Jilin (también conocida como la prisión para mujeres de Heizuizi) es una de las instituciones en China donde se persigue más severamente a las practicantes de Falun Dafa.
La prisión localizada en Changchun, estableció un pabellón especial en 2002 específicamente para retener a practicantes de Falun Dafa. Inicialmente conocida como el “pabellón de educación”, fue renombrado como “pabellón Nro. 8” en noviembre de 2012, cuando la prisión se transfirió a una localidad diferente en Changchun.
El pabellón Nro. 8 es un edificio independiente de cuatro pisos. El piso frío y húmedo del edificio tiene la “división de control estricto”, donde detienen a las practicantes que se niegan a renunciar a su fe. Las someten a tortura física diariamente y les niegan las visitas familiares.
Una nueva ronda de persecución estaba planificada para fines de marzo de 2018 por tres funcionarios de la prisión –An Tongyu, jefe de la sección de hombres, Wei Lihui, subdirector de la prisión, y Ni Xiaohong, jefe de la división del pabellón Nro. 8– para intentar “transformar” a las practicantes de Falun Dafa, y para que escriban las “tres declaraciones” denunciando a Falun Dafa. Ellos idearon los siguientes métodos para perseguir a las practicantes.
1. Forzar a las practicantes a recitar las reglas de la prisión y a escribir las “declaraciones de garantía”. Si se niegan, las hacen sentar en un banco bajo y duro con una superficie áspera. En algunas celdas, las practicantes son forzadas a sentarse en este tipo de banco desde las 5:30 de la mañana hasta las 8:45 de la noche, incluyendo durante las comidas. Algunas víctimas muestran síntomas de orina frecuente, ampollas en las nalgas, e hinchazón en sus piernas.
2. Prohibición de derechos disponibles para otras prisioneras, como el uso del agua, ducha, hablar con familiares por teléfono, visitas familiares, comprar comida, y tener una guarnición con el plato de comida. Las reclusas criminales tienen la orden de darles solo una taza de agua caliente por día a las practicantes. Esta conducta ilegal intenta humillar a las practicantes.
3. Las practicantes no tienen permitido hablarse o usar el baño juntas. Si se quedan más de lo habitual en el baño, les gritan. No les permiten estar cerca de otras practicantes, salir de la celda o acercarse a la ventana. Están bajo vigilancia las 24 horas y muchas veces las insultan o las golpean sin excusa.
4. Las autoridades de la prisión instigan a las reclusas criminales a insultar y humillar a las practicantes, haciéndolas cómplices de la persecución a Falun Dafa. La prisión usa muchos medios indecibles para forzarlas a ser “transformadas”.
Aquí algunos ejemplos.
Abuso del confinamiento solitario
Liu Pingping reclusa criminal, bajo la instigación de las autoridades de la prisión, muchas veces ponía trampas para perseguir a las practicantes. Las practicantes Sras. Liu Xiangzhou y Niu Yafen, fueron encerradas en confinamiento solitario por tres meses. Para cada comida solo les dieron una cucharada de polenta y no le permitieron cambiarse ni ducharse.
También les prohibieron hablar y las hicieron escuchar sonidos horribles; durante las noches las llamaban para reportarse. Para el tiempo en que las liberaron del confinamiento solitario, cada una había perdido más de 15 kilogramos.
Liu Pingping, reclusa criminal fue elogiada en una ceremonia de premios para el pabellón Nro. 8 y le regalaron dos juegos de ropa interior por su “conducta meritoria”.
Golpizas, lavado de cerebro, y alimentación forzada con drogas desconocidas
Las reclusas criminals Gong Cuijie, Liu Li y Hao Zhaoyun trabajaron juntas para abusar de la Sra. Li Guiying. Cuando la Sra. Li se resistió el 18 de diciembre de 2017, las tres reclusas la golpearon hasta que sus brazos quedaron cubiertos de moretones.
El 9 de febrero de 2018, cuando la Sra. Li se negó a usar la tarjeta de identificación de la prisión, las tres reclusas la arrastraron para sentarla a que viera videos que calumniaban a Falun Dafa. La empujaron contra la pared durante esa sesión, y su presión sanguínea tuvo un pico. A pesar de eso, la reclusa llamada Gong llamó al guardia para que la reprima.
Las reclusas la alimentaron a la fuerza con drogas desconocidas. El oficial Gao Yang incluso la amenazó con unas esposas, diciendo que la enviaría al hospital para seguir torturándola.
Golpizas de los reclusos
La Sra. Wang Xuchun, una practicante de 70 años, quedó extremadamente débil debido al abuso en la prisión y desarrolló un bulto del tamaño de un huevo en el área abdominal. Normalmente tenía mucho dolor.
Una vez, quiso ir a descansar cuando el dolor se hizo insoportable. En respuesta, la reclusa Fu Xiaodan la empujó contra la pared y la pateó. La practicante Zheng Cuiling se paró para defender sus derechos legales pero la reclusa Bi Guorong la golpeó con un banco, causando que su cabeza sangre.
Heridas sufridas en agresiones violentas
La Sra. Cheng Shufang fue golpeada numerosas veces por reclusas criminales. Empujaron su cabeza dentro de un tanque lleno con agua, causando que se ahogue y tosa por largo rato hasta que perdió su voz. En otra ocasión, unas cuantas reclusas le golpearon la parte trasera de la cabeza con un control remoto, causando que pierda la conciencia por unas horas.
Otra vez, una reclusa la pateó tan fuerte que se cayó al piso y se rompió el coxis. No pudo sentarse por largo tiempo y como resultado muchas veces orinaba sangre. Sus piernas también quedaron hinchadas.