(Minghui.org) Estuve ilegalmente arrestada en 2004, durante 2 años permanecí detenida en un campo de trabajo forzado. Durante ese tiempo clarifiqué la verdad sobre Falun Dafa a los guardias para que pudieran hacer su elección, dejar de participar en la persecución a practicantes de Dafa y tener buena fortuna.
Wang, una de las guardias había superado los 30 años. Maltrataba frecuentemente a practicantes.
Un día me llamó a su oficina y me dijo: “Te ves como una oficial del gobierno. (En realidad no lo era) ¿Por qué te pusiste en una situación para terminar aquí en el campo? ¿No te arrepientes?”.
“Nunca he renunciado a practicar Falun Dafa porque me ha renovado” le respondí. “Ahora sé por qué la gente vive y cómo ser una buena persona de acuerdo a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. También comprendí que el bien es recompensado con el bien y el mal se paga con el mal”.
“¿Por qué eres tan supersticiosa? Te has opuesto al partido comunista chino (PCCh). ¿Por qué persistes?”, me dijo.
“Esto no es superstición”, contesté. “A pesar de que no creas en budas, de hecho, existen. Sin embargo, ellos están en dimensiones diferentes que nosotros no los podemos ver con nuestros ojos”.
“Puedo asegurar que eres una persona educada y que puedes considerar el siguiente ejemplo: aunque el PCCh ha promovido el ateísmo y arruinado nuestra cultura nacional de 5.000 años de antigüedad y los valores tradicionales, la gente sigue respetando a los dioses en el fondo de sus corazones”.
Me escuchaba atentamente y asentía.
“Yo no renuncio a practicar”, continué, “aunque hoy somos perseguidos, tengo una oportunidad para conocerte, lo cual puede ser debido a una relación predestinada. Pareces ser una persona con compasión. He oído que cuidas de tus padres y de tu hija. Desde el punto de vista de tus padres debes de ser una buena hija; y apuesto a que desde la perspectiva de tu hija una buena madre”.
Su expresión se suavizó.
“Tu familia quizás no sepa que estas enfrentándote contra un grupo de personas que cree en Verdad-Benevolencia-Tolerancia”, continué. “Esas personas nunca devolverían el golpe ni pedirían alguna ganancia personal. Sin embargo, ellos están siendo perseguidos simplemente por su fe”.
“Cuando tu familia sepa la verdad, ellos comprenderán que estás torturando a personas buenas cada día. ¿Qué pensarán de ti? Tu deber como oficial es eliminar el mal y promover el bien. Ese es el deber que Dios te ha dado. Sin embargo ¿No te estás oponiendo a la voluntad de Dios haciendo lo contrario? ¿Piensa que recompensa tendrás? El bien es recompensado con el bien y el mal se topa con el mal. Por tu familia y por ti misma deberías pensar en ello detenidamente”.
No sé de dónde saqué el coraje para hablarle así durante más de una hora. La desafié diciendo: “Si yo fuera tu hermana y hubiese sido diagnosticada con cáncer de mama, mi cáncer se podría haber curado practicando Falun Dafa. Pero entonces sería perseguida y detenida. ¿Cómo me tratarías?”.
Ella caminó hacia la ventana y me dio la espalda, pero pude notar que se estaba secando sus ojos. Entonces se volteó y dijo: “No le hables a nadie sobre esta conversación, si no, sufrirás”.
Desde entonces ella cambió. Se lo tomó con calma e incluso ayudó a practicantes de Dafa detenidos en el campo.
Cuando fui liberada, me acompañó a la puerta del campo. Con lágrimas en los ojos me dijo: “he simpatizado con tu experiencia. Puedes practicar en casa pero presta atención a tu seguridad. No te quiero ver aquí de nuevo”.
“Ahora que te estás yendo, te quiero contar que tengo dos libros de Falun Dafa en mi estantería y que mi abuela solía practicar Falun Dafa. He ojeado esos libros y realmente enseñan a la gente cómo ser buenas y cómo realizar buenos actos por otros”.
“El PCCh ha hecho todo lo posible para perseguir Falun Dafa incluso ignorando corrupción, contrabando y robo. Persiguiendo a buenas personas acelera su desaparición, tarde o temprano”.
“Puedes pasar por mi ciudad natal y venir a mi casa”, le dije. “Gracias, no volveré aquí de nuevo. ¡Por favor recuerda que Falun Dafa es bueno!”.
Continué haciendo las tres cosas después de volver a casa. Después de todos estos años me sigo preguntando si aquella guardia llegó a renunciar al PCCh.
Espero que los practicantes podamos cambiar sus mentes y apresurarnos para salvar a más gente, especialmente a esos oficiales y guardias que fueron profundamente envenenados por el partido.