(Minghui.org) El propósito de escribir este intercambio es recordar los pasos que di para ser más diligente en la cultivación. Espero que mis avances ayuden a los practicantes a ser más diligentes.

Desde muy temprana edad, mi abuela me llevaba al grupo de estudio del Fa. Escuchaba a los practicantes leer y hacíamos los ejercicios. Cuando escuchaban las conferencias del Fa del Maestro, también las escuchaba. Así fui creciendo.

Comprendí que Falun Dafa era bueno, pero nunca me tomé en serio la cultivación. Nunca tomé la iniciativa de estudiar el Fa. Por lo general, si los practicantes venían a mi casa a estudiar, y mi madre me lo recordaba, me unía de mala gana al grupo de estudio.

Cuando estudiaba el Fa, sentía que comprendía el contenido y apreciaba la bondad de Dafa. Pero también sentía que no era más que un cultivador promedio porque cuando no estudiaba, me entretenía con los videojuegos en Internet. La oposición de mi padre a que me cultivara también fue otra excusa que no me permitía esforzarme en leer. Después de un tiempo, me volví perezoso, lo que hizo que mi madre se pusiera ansiosa. Siempre que me recordaba que estudiara el Fa, me enfadaba y actuaba como si me volviera otra persona. En aquel momento, no reconocía que eran interferencias.

Cuando me gradué en la escuela secundaria, tuve la oportunidad de estudiar en el extranjero. Mi madre se conmovió hasta las lágrimas, diciendo que fue el Maestro quien hizo los arreglos para que saliera al extranjero y tuviera un ambiente más relajado para estudiar el Fa. Estaba contenta porque al no estar en China tendría más oportunidades para validar Dafa y cultivarme.

Cuando rechazaron mi visado sentí que eso indicaba que no había estudiado el Fa sólidamente. Volví a solicitarlo pero me dijeron que esperara seis meses. Durante estos meses, los practicantes pasaron mucho tiempo conmigo estudiando el Fa. Entonces me iluminé a que estos seis meses fueron especialmente arreglados para que estudiara más el Fa.

Finalmente llegué a un país extranjero. Como tuve que lidiar con la presión de estar en un nuevo ambiente y mucho trabajo escolar, me sentí desesperado, solo y desarrollé un apego al miedo. No encontraba motivos para estudiar el Fa, así que me volví muy perezoso con el paso del tiempo.

Mis días se llenaron de cosas de gente común. Día tras día, perseguía lo que persigue la gente común, y mi cabeza se llenó de nociones. Básicamente, me encerré en mi vida común. Ni siquiera me arrepentía del tiempo que estaba perdiendo.

Después regresé a China. Cuando los practicantes compartían conmigo, siempre lograba encontrar razones y excusas para encubrir mi falta de diligencia. A pesar de los problemas de la cultivación, los practicantes fueron compasivos y me animaron a estudiar el Fa con ellos. A medida que transitábamos el camino, las sustancias malas en mis pensamientos se fueron reduciendo gradualmente. Finalmente, en 2017, comprendí por qué debía tomar la iniciativa de estudiar, enviar pensamientos rectos y aclarar la verdad.

Mi madre también me animó a dejar de jugar con mi teléfono celular y de ver la televisión. Me preguntaba qué debía hacer cuando acababa de estudiar el Fa. Me respondió: "Leer más". “¿Y después de eso?", le pregunté. Mi madre volvió a contestar: “Sigue leyendo". Aquello me parecía algo imposible.

Por la noche, cuando estudiábamos juntos el Fa en el pequeño grupo, compartía mis experiencias y planteaba algunas preguntas. Luego una practicante contó historias sobre otro practicante. Relató que el tiempo que tenemos ahora es una extensión del Maestro, que está soportando mucho para dar a los practicantes más oportunidades de salvar a más seres conscientes. Sus historias resultaron muy conmovedoras y me hicieron llorar. Estaba decepcionado conmigo mismo y sentía que necesitaba cultivarme mejor para poder salvar a los seres conscientes.

Así que empecé a disciplinarme. Estudié el Fa en horas fijas y eliminé todas las cosas que me impedían estudiar. Cuando me sentía cansado, insistía en estudiar el Fa. Después de un período de tiempo, muchos malos pensamientos se eliminaron. Dafa me ha dado la sabiduría para eliminar las nociones y las cosas no resueltas que solía tener. Poco a poco aprendí a mirar hacia adentro y a corregir mis pensamientos y acciones inadecuadas.

A menudo me gustaba contarles a los practicantes lo saludable que era el medio ambiente y la gente de otros países. Incluso dije que si pudiera elegir, no volvería a China, porque aquí el medio ambiente no es bueno y la gente no posee buenas cualidades. Pero un día me di cuenta de que estaba buscando consuelo al pensar así. Solo en un ambiente complicado se tiene más oportunidades de elevar el xinxing. Encontré paz y alegría cuando realmente miré hacia adentro para encontrar mis defectos.

Solía pensar que la razón por la que no podía sentarme en loto completo era porque mis piernas eran largas y gordas. De hecho, fue porque no quería soportar penurias. Una vez, durante el estudio en grupo, vi a una mujer que tenía una complexión similar a la mía, de piernas cortas y gordita, que enviaba pensamientos rectos y estudiaba el Fa en posición de loto durante 90 minutos. No se movía en absoluto. Luego, después del estudio del Fa, bajó lentamente los pies. Me di cuenta de que todo el mundo tiene dolor cuando se sienta en el loto completo. La única diferencia es que otros podían soportar el dolor mientras que yo no podía. Esto no estaba bien.

Así que desde entonces, traté de sentarme en loto completo. Fue extremadamente doloroso, pero persistí. Entonces, de repente, me sentí como si algo se activara en mi cuerpo, y un flujo de energía cálida atravesó mi cuerpo entero. Fue una sensación muy buena. Sabía que el Maestro me estaba animando a seguir adelante.

Al día siguiente, cuando hice los ejercicios, sentí mi cuerpo muy ligero. Era como flotar en el aire, una experiencia maravillosa. Imaginé que era otro estímulo del Maestro. Me sentí muy agradecido. Dafa es una práctica extraordinaria. Si no aprovecho la oportunidad de cultivarme mejor, y sigo perdiendo el tiempo con la vida cotidiana, ¡seré demasiado desgraciado!

Sentí lástima por ser un discípulo que no cumple con las expectativas del Maestro. Pero me sentía afortunado porque al final me di cuenta de los errores que cometí. Aunque perdí mucho tiempo, el Maestro no se dio por vencido conmigo. Las oportunidades que se me han concedido son preciosas. ¡Muchas gracias Shifu!