(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 1994. Fui muy afortunado de haber asistido a las clases de Shifu en dos oportunidades en aquellos días. Fui testigo de los milagros de Dafa, que cambiaron mi actitud de no creer a aceptar parcialmente, y finalmente a completamente poder declarar que Dafa es asombroso. Durante los últimos 24 años, mis experiencias han confirmado la naturaleza majestuosa y la grandeza de Dafa.
Durante este largo período de tiempo, también sufrí varias formas de tortura mientras fui ilegalmente arrestado y encarcelado debido a la persecución a Falun Dafa. Fui enviado a campos de trabajo forzado y despedido de mi trabajo solo porque soy un practicante de Dafa. Las brutalidades de la persecución terminaron destrozando mi hogar. Todo este sufrimiento fue causado por el exjefe del régimen chino Jiang Zemin y su pandilla.
A pesar de los momentos difíciles, la sonrisa de Shifu estaba siempre en mi mente, y esto me animó a continuar mi camino de cultivación. Me gustaría escribir estas experiencias inolvidables como una forma de conmemorar esos momentos preciosos.
Antes de practicar Dafa, yo era muy débil. Tenía todo tipo de enfermedades, incluyendo artritis reumatoide, gota, inflamación de los nervios terminales, espondilosis cervical, ligamentosidad supraespinal, osteoporosis, latidos cardíacos irregulares, un esguince lumbar crónico, hemorroides, por nombrar algunas de esas.
El factor reumatoide en los resultados de mi análisis de sangre era 1250 (el valor normal está por debajo de 500). El doctor me dijo que quedaría discapacitado en seis meses.
Mis articulaciones me dolían tanto que no podía dormirme hasta las tres o cuatro de la mañana. Ninguna medicina ayudaba. La ligamentitis supraespinal y el esguince lumbar crónico fueron particularmente graves; no me atrevía a inclinarme hacia adelante. Si tenía que levantar un tablón pequeño, mi jefe tenía que organizar que otra persona lo hiciera por mí.
Yo era un paciente que iba al hospital todas las semanas. Una vez fui a ver a un especialista en el Hospital de Osteopatía de Tianjin por mi sospecha de osteomielitis. Un colega que me acompañó dijo: "¿Por qué tu hueso parece un panal de miel?". El dolor era persistente e insoportable.
Reunión con el destacado maestro de Qigong
En 1994 fui a ver a un amigo que justo tenía alguien visitándole en casa. El visitante dijo: "¡China tiene un destacado Maestro de Qigong!". Su descripción de Shifu captó mi atención. ¡Ese es exactamente el tipo de persona que he estado buscando! ¡Muy entusiasmado, dije que quería aprender también! La persona dijo: "Bien, déjame conseguirte una entrada para su seminario".
Viajamos en tren durante la noche para asistir a la clase. A la mañana siguiente, de repente sentí que mis articulaciones no me dolían en absoluto, aunque había trabajado todo el día anterior y luego viajé sentado en un asiento duro de tren durante toda la noche. De hecho, parecía que todo el dolor en mi cuerpo había desaparecido. Mi cuerpo se sintió ligero. Tenía una sensación muy cómoda.
Mi amigo dijo: "¡El Maestro te está cuidando ahora!". Le eché una mirada. "¡Es inconcebible!", pensé. Pero esto fue un hecho real, y totalmente diferente a todo lo que había experimentado antes. Realmente no entendí cómo había sucedido.
Esos días inolvidables
Las clases se hicieron en el auditorio de la Universidad de Jilin. Asistí a la clase diurna, que tenía alrededor de 2.000 personas, y también había una clase nocturna. Todavía recuerdo que también se hacían muchas otras clases de qigong allí por otras escuelas de qigong. Falun Gong fue el que menos cobraba; los nuevos estudiantes pagaban 50 yuanes por una clase de 10 días, y los estudiantes veteranos pagaban 25 yuanes. Había llevado un montón de dinero, pero gasté muy poco.
El primer día de las clases, muchas personas estaban esperando en un campo. Enfrente del campo había una valla de hierro. Me apoyé contra la valla y miré cómo algunos practicantes enseñaban a la gente cómo hacer la meditación sentada. ¡Sus movimientos de manos eran tan hermosos! Yo también quería aprender.
En ese momento, alguien gritó: "¡El Maestro está viniendo!". Mi cabeza estaba dando vueltas y todo a mi alrededor estaba girando también. Sentí que me estaba cayendo, así que me incliné contra la valla detrás de mí para apoyarme. ¡Fue un momento inolvidable! Miré hacia arriba y vi nubes girando en sentido contrario a las agujas del reloj. El cielo parecía estar girando también. Era como si estaba despertando de un sueño, sin saber cómo fue la experiencia. Sentí que estaba en el lado correcto del cielo, pero me había olvidado de lo que pasó allí. Lo único que recordaba fue que la ubicación tenía algo que ver conmigo.
Me dije que algo muy grande estaba a punto de suceder. ¡Debe ser un terremoto! Fui a ver a mi amigo que había venido conmigo. Le dije: "¡Malas noticias! Terremoto!". Se rió y dijo: "Mi abdomen ha empezado a girar". Él quiso decir que Shifu había llegado, y que la rueda del Falun estaba girando. Parecía que lo entendía, pero no lo entendí. No fue hasta años después que comprendí que cuando Shifu llega, todo el universo se conmociona. El escenario que acabo de describir fue muy real. Mirando hacia atrás, todavía lo recuerdo vívidamente.
Llegó el coche del Maestro. Vi al Shifu salir del coche; era un hombre tan noble, alto y robusto. Parecía tan amable y tranquilo. Shifu sonrió y dio la mano a los practicantes. Estaba observando a cierta distancia, luego extendí mi mano y quise darle la mano. Inesperadamente, Shifu se inclinó y se acercó a mí. Su mano era suave y cálida. Me sentí abrumado de alegría.
Entré en la sala de conferencias. En el momento en que me senté, sentí una brisa que me hizo sentir muy cómodo. Era como una gran mano saludando delante de mí. Miré a mi alrededor para ver de dónde venía. Pensé que debía ser de un ventilador. Pero no encontraba ningún ventilador. Estaba tomando un curso sobre diseño de interiores, así que descubrir el diseño del ventilador y dónde estaba instalado era de mi interés en ese momento. Mi amigo me preguntó qué estaba buscando. Le dije: "¿De dónde viene la brisa? ¿Dónde pusieron el ventilador?". Él dijo: "¡Ese es el poder del Fa del Maestro!". Como nuevo practicante, lo miraba con perplejidad.
Shifu comenzó a dar la lección. ¡La conferencia fue increíble! Estaba emocionado y me sentí como si estuviera siendo renovado. Cuando Shifu hablaba de la cultura prehistórica, parecía que se había abierto una claraboya en el cielo. "¡Así que así fue como fue!", me dije.
Durante la conferencia, me enteré de que los seres humanos habían pasado por grandes desastres uno tras otro, y que no éramos el primer grupo de seres humanos que había vivido aquí. Me gustó mucho cuando Shifu habló de los principios de Dafa, Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Sentí pena por escuchar esto tan tarde en la vida. Antes pensaba que era una persona muy buena, pero después de la conferencia me di cuenta de que no me comportaba en absoluto de acuerdo a Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Estaba totalmente concentrado en la conferencia.
Al otro día tuve un sueño interesante. Bueno, no se sentía como un sueño porque era como si viera todo a simple vista.
En el sueño, había un cielo azul, pero el azul no era del color que vemos en el mundo humano. Era suave y transparente, igual como cera que gotea sobre una vela quemada. Mirándolo desde una distancia, era verde amarillento, muy hermoso.
Había colinas verdes llenas de árboles bajo este cielo. Los árboles eran tan altos que parecían tocar el cielo. Allí estaba yo, parado en la cima de una colina y dibujando una línea para conectar todas las cimas de las colinas. Pensé: "¿Cuál es la más alta?". Pero antes de encontrar la respuesta, el sueño se terminó.
Le conté a un practicante sobre el sueño. Dijo que yo había entrado en otra dimensión. Pensé para mí: "¿Existen realmente otras dimensiones? ¿Fue esto real?". Sin embargo, ¡las cosas en el sueño eran tan claras! Esta experiencia tuvo un gran impacto sobre mí.
Resultó que Shifu dio una conferencia sobre el ojo celestial ese mismo día. Inmediatamente entendí mi sueño.
Cuando Shifu nos enseñó los ejercicios de pie, ¡sentí el Falun girando entre mis brazos!
El tercer día, Shifu estaba purificando los cuerpos de los practicantes diciéndonos que pisáramos el pie izquierdo y luego el derecho de acuerdo a sus instrucciones. Él dijo: "Cuando yo diga “adelante”, ustedes empiezan". En ese momento, mi cerebro estaba repasando las instrucciones de Shifu, así que pensé que dijo que empezemos. "¡Bam!" Me adelanté. Unas cuantas personas me copiaron. Con mucha paciencia, Shifu dijo: "Bien. Vamos otra vez. Cuando yo diga "adelante", ustedes empiezan". Oh, me di cuenta de que no habíamos comenzado. La bondad y el tono de Shifu me dejaron una profunda impresión.
Luego del tercer día de escuchar las lecciones, mi apetito comenzó a mejorar. Antes no podía ni terminar medio bol de sopa de arroz, pero ahora podía comer dos grandes panes al vapor, un bol grande de sopa de arroz, además de tres dumplings a la plancha. ¡Tenía una energía infinita!
Un hombre mayor estaba sentado frente a mí. Parecía medio paralizado. Alguien lo había acompañado cada día a la sala de conferencias.
Un día, luego de una clase, este hombre estaba sentado en un escalón al frente de la sala. Shifu se acercó y le dijo en voz baja: "Puedes levantarte", haciendo un gesto con la mano. El anciano, tambaleando, se levantó usando sus manos para levantarse. Shifu dijo: "Puedes caminar unos pasos". El hombre empezó a caminar lentamente. Entonces su velocidad se hizo más y más rápida. Finalmente terminó de caminar en un círculo completo con pasos firmes. Todo el mundo miraba con asombro. "¡Bravo!". El público se emocionó y aplaudió! ¡No podía creer lo que vi!
La extraordinaria magia de Dafa supera el conocimiento humano. De hecho, solo cuando uno conoce a Dafa, puede entender eso. Poco a poco aprendí que hay sustancias microscópicas en el gong que pueden cambiar fácilmente las moléculas a nivel de la superficie.
Un día después de la clase, me fui tarde de la sala de conferencia. Shifu se acercó y había tres o cuatro practicantes a su alrededor. Un practicante quería un autógrafo de Shifu y le dio el libro Falun Gong para firmar. Shifu escribió un poema en el libro que luego fue publicado en Hong Yin. Seguí al practicante y también pedí un autógrafo. Shifu firmó y fechó mi libro. Más tarde me di cuenta de que no debería haber hecho eso. Shifu fue amable y comprensivo, así que lo firmó de todos modos.
Poco a poco, capté la esencia de las conferencias. Llegué a comprender que los seres humanos necesitan regresar a su verdadero ser. Cada vez que escuchaba las lecciones, se llenaban mis ojos con lágrimas, y luego caían por mis mejillas, como perlas de un hilo roto. Algunas veces, las lágrimas me caían porque me sentía conmovido y otras veces se me caían solas.
En el último día del seminario, Shifu estaba preparándose a responder las preguntas de practicantes. Saqué una hoja de papel y una birome. Quería preguntarle a Shifu qué significaba aguantar las dificultades más severas. Pero cambié de opinión. Dificultades eran solo dificultades. No preguntes. Descúbrelo tu mismo, me dije..
De repente, Shifu cambió de tema y dijo: "¿Qué significa soportar las dificultades más severas?". Habló en detalle y lo explicó muy claramente, como si me lo estuviera diciendo a mí. Pensé: "¿Había Shifu respondido mi pregunta?". Más tarde entendí que Shifu sabía exactamente lo que cada uno de nosotros estaba pensando.
Cuando las clases terminaron, Shifu dijo a los practicantes una y otra vez: "Tienen que poner verdaderamente en práctica la cultivación". Había muchas otras cosas de las cuales Shifu habló. Con pocas ganas, me fui de la sala de conferencias.
Desde ese momento, mi filosofía de vida cambió. Sin embargo, al mismo tiempo sentí que no había comprendido completamente los conceptos. Le sugerí a un practicante: "¡Sigamos a Shifu! ¡Quiero aprender más!". Él respondió: "Shifu vendrá pronto a nuestra ciudad natal. Esperemos". Pero no quería esperar. Le dije: "Debo encontrar la manera de escuchar el seminario una vez más". Más tarde comprendí que ese era mi verdadero pensamiento. De hecho, este deseo se cumplió y pude presenciar el seminario una vez más.
Algunas cosas mágicas sucedieron durante las lecciones sobre el Fa en Dalian
Dos meses más tarde, asistí al seminario de Shifu en Dalian. Una niña de unos 4 o 5 años que fue con sus padres estaba sentada frente. Se quedó dormida cuando Shifu empezó a dar la lección. Entonces vi una pequeña bola, como una joya de zafiro, que flotaba desde Shifu. Era brillante, girando por sí mismo y cerca de 4 pulgadas de diámetro. Cuando alcanzó la cabeza de la niña se detuvo. Swish, entró dentro de la cabeza de la niña. Luego salió. Entró y salió tres veces, y luego volvió al escenario donde estaba Shifu. ¡Vi todo con mis ojos! Así fue como el Falun purificó el cuerpo de la niña.
Otra cosa mágica fue que durante varios días seguidos, antes de que comenzara la lección parecía que iba a llover. Pero en realidad no llovió. Sin embargo, cuando la clase terminó, nos dimos cuenta de que el suelo estaba mojado, lo que significaba que sí había llovido. Ninguno de nosotros quedó atrapado en la lluvia. ¡Shifu con su compasión nos protegió a todos!
Un día, oímos la bocina de un auto afuera. Shifu pidió a alguien que fuera a ver de qué se trataba. Luego volvió a tocar la bocina. Era muy fuerte el sonido. Esta vez, noté que Shifu hizo una acción sutil moviendo sus manos ligeramente hacia abajo. El fuerte ruido se detuvo. Fue tan maravilloso! ¡Basta de tocar la bocina! Fue exactamente como Shifu dijo en Zhuan Falun:
“Una persona allí sentada, sin mover sus manos o pies, puede hacer aquello que otros ni siquiera pueden hacer con sus manos y pies...”.
Durante este seminario, sentí vagamente como Shifu daba las lecciones a seres de diferentes niveles. A veces parecía que podía verlos, otras veces no. Cuando Shifu habló acerca de la ubicación del paso prodigioso, comprendí que otro cuerpo podría formarse cuando nos cultivamos. También comprendí un poco más profundamente sobre la circulación celestial y algunos otros principios de Dafa. Cada vez más, me di cuenta de la seriedad de la cultivación. Cuanto más comprendía, más precioso se hacía el Fa.
Desde ese momento, empecé a leer Falun Gong todos los días. Llevé el libro conmigo a todos lados. Lo leí innumerables veces. También escribí las palabras de Shifu y las pegué en la pared, como una manera de recordarlas. Me gustaba especialmente hacer la meditación sentada. Mi mente y mi cuerpo experimentaron cambios tremendos.
Mis colegas se sorprendieron al ver mis cambios
Cuando regresé del seminario, tenía las mejillas sonrosadas y una energía sin fin. Era como si me hubieran renovado. Un colega quedó boquiabierto cuando me vio.
Una vez, distribuyeron arroz en mi unidad de trabajo. Cada bolsa pesaba casi 100 kilos. Era tan pesada que incluso un joven luchaba por cargarla. Me ofrecí para ayudarlo. Asombrado, mi gerente me preguntó: "¿Tú puedes cargarla?". Estaba sorprendido porque antes no podía levantar ni siquiera objetos pequeños. Le dije: "Si. Le llevaría demasiado tiempo cargar todas estas bolsas". Entré y salí tres veces ayudándole a mover las bolsas.
Esta noticia se difundió rápidamente a través de mi unidad de trabajo. Pronto todo el mundo supo de mi recién adquirida salud. Luego muchos colegas, incluyendo gerentes de diferentes divisiones, se acercaron para aprender Falun Gong. Hubo un tiempo donde más de la mitad de las personas en el trabajo practicaban conmigo. Algunos vieron Falun, otros vieron bellas escenas en otras dimensiones, y otros fueron capaces de entrar en tranquilidad cuando hacían la meditación sentada. Algunos muy rápidamente quedaron sin enfermedad.
Un día tuvimos la asamblea general (para los miembros del partido comunista), y el secretario dijo en broma: "¿Tenemos una asamblea general o una asamblea de Falun Gong?". ¡La mitad del personal en la reunión general eran practicantes de Falun Gong y cada uno llevaba una placa con el Falun en el pecho!
En ese momento, me veía más joven que en fotos de 10 años atrás. Ya no fui a ver a los médicos. Un día, un practicante colega dijo que el médico que solía verme me preguntó si había muerto, porque hacía mucho tiempo que no lo veía. Mi colega le dijo al doctor: "¡Ah, desde que empezó a practicar Falun Gong, su salud ha mejorado drásticamente! ¡Incluso puede levantar y cargar una gran bolsa de arroz!". El médico estaba sorprendido.
Cuando me medí de acuerdo a los requerimientos del Fa, pude ver muchos de mis defectos. Por ejemplo, solía llevarme a casa cinta autoadhesiva del trabajo y no devolvía los libros que había pedido prestados a otros. Calculé el costo total de todas las cosas que había tomado a lo largo de los años y compré reemplazos para devolver a mi unidad de trabajo. Nadie lo supo nunca. También devolví muchos libros y revistas que no se podían encontrar en el mercado. Me gustaban mucho estos libros encuadernados profesionalmente, pero como no me pertenecían, los devolví a todos. Luego de empezar a practicar, confiaron solamente en mí para hacer las compras para mi unidad de trabajo. Les dije a los proveedores que me dieran un recibo por el costo real de cada artículo.
Cuando mi estudio del Fa se profundizó, desarrollé confianza más firme hacia Shifu y el Fa. Una vez, cuando mi unidad de trabajo se estaba ocupando de mi seguro médico, le pregunté a la contadora: "¿Nuestra compañía tiene que pagar dinero por nuestro seguro de salud? Ella dijo: "Sí, recolectamos y reservamos algo de dinero; una parte para pagar a individuos y otra para pagar al gobierno. Si no gastas el dinero, permanecerá en su cuenta y formará parte de tus ingresos después de jubilarte". Pregunté si el seguro era voluntario. Ella dijo que sí. Le dije: "Entonces no necesito seguro médico, y así le ayudo a nuestra unidad de trabajo y al gobierno ahorrar algo de dinero". La contadora quedó desconcertada". ¿Puedes garantizar que no te enfermarás por el resto de tu vida?". Le dije: "¡Seguro! ¡No me enfermaré por el resto de mi vida!".
En los siguientes meses, sufrí yeli de enfermedad varias veces, y una vez incluso sufrí algo como síntomas de la artritis reumatoide. Cuando esto ocurrió, aparecieron en mi mente imágenes de Shifu dando las lecciones. Yo creo en Shifu. Así que las tribulaciones desaparecían rápidamente. Sin embargo, la mentalidad de tenerle miedo al agua fría seguía ahí. Cada vez que tocaba agua fría, mi mano se retiraba automáticamente. Quería quitarme ese apego desde la raíz. Así que abrí el grifo y dejé que el agua fría corra sobre mis manos hasta que no tuve más miedo.
Validando el Fa en prisión
Después del 20 de julio de 1999, debido a que persistí en la cultivación, fui arrestado ilegalmente y puesto en un centro de detención. Un día descubrí que mi cuerpo olía mal. Pensé que había pisado algo apestoso, pero no fue eso. Cuando me quité la camisa esa noche, descubrí que el olor venía de una gran herida abierta en mi hombro. Estaba lleno de pus verde, hinchado y rojo.
Cuando los guardias vieron la herida, se asustaron y dijeron que tenía septicemia. No querían que muriera en el centro de detención, así que le pidieron a mi hermana que me llevara al hospital. Me negué. Un policía dijo: "Si no vas al hospital, ¿cómo te recuperarás?". Dije que podía recuperarme sola en menos de una semana. Él dijo: "Si te recuperas sola sin ir al hospital, yo también practicaré Falun Gong". Entonces hicimos un acuerdo.
Cinco días después, una costra de cinco a seis milímetros de espesor se había desarrollado sobre la herida. Esa misma noche, la costra se desprendió sola. En efecto, en menos de una semana, ¡me había recuperado totalmente! Le recordé al guardia su promesa. Dijo que cuando regresara a su ciudad natal en Beijing, definitivamente me buscaría.
Hubo otro incidente que quiero compartir. Sucedió en el campo de trabajo forzado. Una vez tuve diarrea que duró una semana. Fui al baño más de 50 veces al día. Perdí mucho peso y quedé postrado en cama.
Una noche me vi vagamente durmiendo en esta y aquella dimensión. Dos pastillas fueron colocadas sobre mi almohada. Un pensamiento vino a mi mente, diciéndome que tomara la medicina para poder seguir viviendo; de lo contrario, moriría. Estaba decidido a no tomar la medicina, ya que recordaba que como practicante de Dafa, solo debía escuchar a mi Maestro.
Cuando me desperté al día siguiente, me había recuperado totalmente. Podía levantarme y comer, y mi cabeza estaba muy clara. ¡Entonces me di cuenta de que nuestros verdaderos pensamientos pueden triunfar sobre cualquier mal!
Perseguido en prisión durante 15 años, pasé por todo tipo de abuso físico, como ser electrocutado con picanas eléctricas, sometido al frío hasta congelarme, padecí palizas, privación de sueño, me obligaron a estar sentado en un banco de tortura, fui encerrado en confinamiento solitario, etc. Gracias al grandioso Dafa y a todas las enseñanzas que recordé, pude sobrevivir a todas estas dificultades.
Desde lo más profundo de mi corazón, me gustaría decir a Shifu: "Shifu ¡gracias de todo corazón!".
(Presentación para "Celebrando el Día Mundial de Falun Dafa” 2018 en el sitio web de Minghui)