(Minghui.org) Los compañeros practicantes son un espejo de mis fallas. Cuando veo problemas en otros, no debo quejarme o preocuparme. Más bien, debería utilizar esto como una oportunidad para mejorar en mi cultivación. Me tomó mucho tiempo llegar a este entendimiento luego de haber tropezado muchas veces.
Bei es una joven, bonita y talentosa practicante. Ella ideaba soluciones únicas a problemas que a menudo eran mejores que las ideas ya planteadas. Todo el mundo sabía que ella era inteligente. Por otro lado, la practicante Jing era un poco descuidada en cómo hacía las cosas. Bei vigilaba de cerca a Jing por miedo a que cometiera errores. Yo pensaba: "Bei está ostentando". A veces tenía la sensación de que, antes de que Bei abriera la boca, sabía que iba a corregirme y, de hecho, así era.
Una vez hice los ejercicios con Bei. Bajé los brazos porque me dolían demasiado. Ella sonrió y yo reaccioné sin pensar: "¿Por qué sonríe? ¿Por qué sigue mirando a los demás?". Ella estaba avergonzada. Durante bastante tiempo, estuve descontenta con su hábito de alardear, y no pude evitar mostrar mi disgusto.
Por sus palabras y expresiones, me pareció muy obstinada. Entonces me di cuenta de que tenía el mismo problema. Cuando la gente decía que yo era fría y difícil de llevar, no pensé que estuviera equivocada. Sin embargo, Bei me mostró que tenía muchos defectos que desconocía.
También estaba muy celosa de las habilidades de Bei. Podía recitar todos los poemas de Hong Yin de memoria, pero yo solo recordaba algunos. Me dije: "Ella solo conoce las palabras, pero no el significado interior". En realidad, era porque le tenía envidia.
Los problemas de Bei eran un reflejo de mis defectos, muchos de los cuales no había notado antes.
Pasé mucho tiempo con un practicante mayor y veo muchos de sus problemas, tales como cometer errores al leer el Fa, no hacer los ejercicios en sincronía, hacer las cosas descuidadamente, sentarse en una silla para leer el Fa en vez de sentarse con las piernas cruzadas, y estar apegado a ciertas comidas.
Lo despreciaba por estos defectos. Durante los últimos seis meses, tuvo problemas de salud como dolor de piernas y dolor de muelas. Creí que esto se debía a su complacencia en la cultivación.
Yo también tengo problemas similares. A veces no puedo despertarme a tiempo para hacer los ejercicios. Especialmente me disgustaba hacer el segundo ejercicio porque era demasiado duro. Yo también tengo un apego por mis comidas favoritas. No me gusta sentarme con las piernas cruzadas. Aunque puedo sentarme con las piernas cruzadas durante más de una hora, a veces me vuelvo indulgente y bajo las piernas.
Mi mayor problema es que quiero cambiar a otros. Me ponía ansiosa cuando él cometía errores y no quería asignarle ninguna tarea. Más tarde pensé que debía ser más tolerante y, sorprendentemente, él cometió menos errores.
Menospreciar a los demás y querer cambiarlos es un apego al egoísmo. No estoy validando el Fa, solo estoy demostrando lo capaz que soy. Me di cuenta de que no debía usar medios humanos para cambiar a los demás.
Mi marido también es practicante. Apreciamos nuestra relación, pero creo que siento algo fuerte por él. Trato de contener mis sentimientos, pero no es fácil. Una vez vi a una pareja siendo cariñosa el uno con el otro en público y esto sacó a relucir mi apego a la lujuria. Me empezaron a picar los ojos y comprendí que era por mi apego.
Tuve algunos tropiezos este año en la cultivación. En algunas ocasiones, cuando me desviaba, la ayuda de otros practicantes fue lo que me ayudó a sobrellevarlo. Estudiamos el Fa y enviamos pensamientos rectos juntos.
Estoy profundamente agradecida con mis colegas practicantes por su ayuda. También agradezco al Maestro por hacer arreglos para que estos practicantes me lo recuerden y cuiden de mí.