(Minghui.org) Solía ser una persona muy astuta y competitiva y, cuando llegué a los 30 años, ya padecía de muchas enfermedades. Sufría de colecistitis, insomnio, vértigo y problemas de corazón, por lo que tomaba medicamentos y recibía transfusiones todo el año.
Un día, me desmayé en el baño y, después de no sé cuánto tiempo, alcancé a escuchar a alguien llorando. Me esforcé en abrir los ojos y vi a mi hijo llorando al lado de la cama junto a mi esposo y a mi segundo hermano mayor, viéndose muy ansiosos.
Recomendación del médico
Mi marido es una persona muy capaz y amable, pero andaba distraído en su trabajo y se preocupaba por mi salud constantemente. Mi hijo estaba tan preocupado por mí, que me checaba todos los días, tan pronto como regresaba de la escuela. Amaba a mi esposo e hijo así como la casa que construimos juntos, pero ya no quería seguir arrastrándolos hacia abajo.
Pensé en encontrarle a mi marido una nueva esposa y convertirme en una monja para esperar mi último aliento en el convento. Pensé en una mujer divorciada, que era mi amiga. Ella era bondadosa, con independencia financiera y nos ayudaba mucho. Pensé que sería una buena madrastra para mi hijo. Le conté mi idea a mi esposo y me reprendió. Me dijo que me olvidara de esto y que me enfocara en mi recuperación.
A principios de 1997, me topé con una clínica, entré y compré algunas medicinas y, de ahí en adelante, seguí volviendo para transfusiones. Un día, estaba charlando con el médico. Cuando se enteró que tenía 30 años, me aconsejó que limitara las transfusiones por el bien de mi salud.
Me presentó Falun Gong y me dijo que era increíble para la salud. Agregó que todos los que tenían una relación predestinada con la práctica normalmente se recuperan simplemente leyendo el libro.
Pensé: "Hoy en día, todos los médicos quieren que tomemos muchas medicinas y que nos hagamos muchas inyecciones para que puedan hacer más dinero. Este médico está haciendo lo contrario". Consideré que había sido muy amable, así que seguí su consejo y compré inmediatamente una copia del libro Zhuan Falun.
Empecé a leer Zhuan Falun en cuanto llegué a casa. Me dio sueño y dormí profundamente. Había sufrido de insomnio durante muchos años, por lo que un buen sueño representaba mucho para mí. Me decidí entonces a practicar Falun Gong.
Desde que inicié la práctica, ya no he tomado ningún medicamento, en cambio mi salud mejoró cada vez más, igual que mi estado de ánimo. ¡Estaba tan feliz! No solo desaparecieron todas mis enfermedades, incluso también llegué a ser muy enérgica y podía ayudarle a mi esposo en nuestra granja de cerdos.
Al atestiguar mis cambios, toda mi familia comenzó a practicar Falun Gong.
Siguiendo los altos principio morales de Dafa, nuestro negocio prospera
Solo cuando empecé a practicar Dafa me di cuenta que había sido una persona astuta y había hecho muchas cosas malas en el pasado, por lo que debía ser considerada con los demás y convertirme en una buena persona en esta sociedad en donde la moralidad está decayendo.
A partir de ese momento, dejamos de agregar suplementos alimenticios nocivos a nuestros cerdos, e hicimos nuestros propios aditivos que eran inofensivos. Los cerdos muertos los enterramos en lugar de venderlos. Nuestra granja de cerdos estaba prosperando y fácilmente podríamos lograr un beneficio de 50,000 yuanes (US$786 dólares) a 60,000 yuanes en una sola venta.
Mientras hacíamos los depósitos, los cajeros del banco identificaban muchas veces billetes falsos de 100 yuanes. Los cajeros se daban cuenta que nuestra vida no era fácil, entonces nos regresaban los billetes en vez de confiscarlos. Los demás utilizaban el dinero falso en otros lugares, pero nosotros siempre lo rompíamos, sin dudar.
Los clientes se habían aprovechado de nosotros porque no conocían las enseñanzas de Shifu, de ser considerados con los demás. Pero nosotros entendíamos el principio, por lo que no podíamos tomar ventaja de los demás.
Nos guiamos de acuerdo a los requisitos de Dafa y tratamos a todos con compasión. El segundo de mis hermanos nació con una discapacidad intelectual. Cuando la propiedad de la familia se dividió y comenzamos a vivir separados, el segundo de mis hermanos se fue a vivir con mi hermano mayor, y nuestro padre se quedó con nuestro hermano menor.
El segundo de mis hermanos sabía algunas cosas básicas, a pesar de su discapacidad. Él odiaba a nuestro hermano mayor y a su esposa porque lo trataban mal. Cuando los miraba, sus ojos eran como unas espadas. Nuestro hermano mayor y su esposa quedaron muy asustados y le suplicaron ayuda a nuestro padre, por lo que él no tuvo ninguna otra opción más que enviar a mi segundo hermano a quedarse conmigo.
Desde entonces, mi segundo hermano mayor se convirtió en parte de mi familia. Nosotros lo tratamos bien y le ayudamos a resolver muchas disputas innecesarias con nuestros familiares. Al ser testigos de nuestra conducta, mi hermano mayor y su esposa empezaron a apoyar plenamente a Dafa.
Debido a que nuestra familia practica Falun Gong, nuestra salud y carácter moral mejoraron, y nuestra granja se convirtió en una empresa líder en nuestra área. Fuimos entrevistados por periodistas para el canal de negocios de la televisión local. Incluso recibimos un reconocimiento del gobierno provincial. Nos convertimos en celebridades locales, siendo la familia más rica de la zona por un corto período de tiempo, antes de que comenzara la persecución.
Permaneciendo firmes a pesar de perder todo
En ese momento, el grupo de Jiang Zemin [exjefe del partido comunista chino (PCCh)] comenzó la persecución en contra de Falun Gong.
Los policías trataron de obligarme a renunciar a Falun Gong. Pero, ¿cómo sería posible que renunciara si Dafa me había dado la vida, y si el bienestar de toda mi familia se debía a Shifu?
Una noche, los policías irrumpieron en nuestra casa y nos secuestraron a mi esposo y a mí, condenaron a mi esposo a cinco años de prisión y, a mí, a siete años. Saquearon nuestra casa de la noche a la mañana; no dejaron nada, se llevaron todos los cerdos y los perros. Nuestro hijo fue privado de la educación dos veces y se quedó sin hogar (más tarde, fue ayudado por gente bondadosa).
El segundo de mis hermanos se convirtió en un chatarrero, buscando comida en la basura todo el día y llegó a ser conocido como el "callejero cubierto de suciedad". Durante las vacaciones, cuando cada familia se reúne y celebra, mi hijo y su tío podrían solo abrazarse y sollozar amargamente.
Cinco años más tarde, mi esposo salió de la cárcel y llegó a casa. Todo lo que encontró era desolación. La casa estaba casi colapsando, para no mencionar el establo de los cerdos. No había nada en la casa: comida, agua ni combustible. Nuestro hijo y mi hermano eran apenas reconocibles. Mi hermano era solo piel y huesos.
Mi esposo no se sintió triste, ni deprimido. Cortó tallos de maíz de las milpas, que nadie quería, recogió muebles rotos que había tirado otra gente y los usó como combustible.
Un día, encontró unos cientos de yuanes en un mueble viejo. Aunque hubieran sido muy útiles en aquel momento, los donó después de que buscó al dueño sin poder encontrarlo. Necesitábamos dinero, pero debíamos caminar nuestro sendero rectamente. Así nos había enseñado Shifu.
Mi marido limpió unos objetos de la casa y luego los intercambió por unos miles de yuanes. Los usó para comprar algo de comida y un triciclo y empezó a ganarse la vida manejando un taxi triciclo. Él era muy capaz y les cobraba menos a sus clientes, por lo que poco a poco la gente lo escogía por su credibilidad.
Trabajó muy duro. Tenía 50 años, pero podía cargar una gran losa de madera hasta el séptimo piso, y a veces trabajaba hasta la medianoche. Después de que me liberaron de la cárcel y llegué a casa, todos en nuestra familia ayudamos a mi marido a hacer su trabajo.
Dando la mejor atención en mi trabajo como cuidadora
Para hacer suficiente dinero y reconstruir nuestra casa, me convertí en una cuidadora a domicilio para una señora anciana que estaba enferma.
El hijo de la señora era el secretario del partido de una brigada de producción. Ella había sufrido hemorragia cerebral y, por lo tanto, tenía incontinencia de la vejiga y del intestino. Sus desechos podrían estar en todas partes, ya sea en la ropa, sábanas y a veces incluso en mi cara y ropa. Su nuera estaba molesta por el olor y mantenía cerrada la puerta del cuarto de su suegra, para que el olor no invadiera al resto de la casa.
Me comporté como una practicante y no me quejé, ni tampoco me molesté. Traté a la mujer como si fuera de mi familia, la limpié y la cambié en todo momento. Yo sabía que Dafa podría salvarla, por lo que le leí libros de Dafa cuando el tiempo lo permitía y le dije que recordara que "Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".
La anciana se recuperaba muy bien y llegó a ser más fácil de cuidar. Su nuera era cristiana y quería convertirme al cristianismo. No estuve de acuerdo, y se molestó mucho. Ella contrató a otra persona y me despidió sin previo aviso. Quiso pagarme 100 yuanes por haberme despedido, pero no los tomé.
Me sentí muy agraviada y la encontré muy irracional –le había ofrecido la mejor atención a la señora cuando más trabajo se necesitaba, y por eso su estado de salud había mejorado tan pronto. No esperaba su aprecio, pero no me merecía ser despedida sin previo aviso de esa manera... las lágrimas corrían por mi rostro.
Pronto, encontré otro trabajo como cuidadora de un niño. En poco tiempo, recibí una llamada telefónica del secretario del partido pidiéndome que regresara para cuidar de su madre. Dijo que su madre estaba muy molesta después de que me habían despedido y decía: "Ninguna cuidadora es tan buena como la que practica Falun Gong. ¡Quiero a la que practica Falun Gong!".
Él no tuvo otra opción más que llamarme y me ofreció un salario más alto. Le dije que hablara con mi actual empleador para ver si estaría de acuerdo. Después de que las dos familias negociaron entre ellas, volví a cuidar de la señora anciana.
Le dije al secretario del partido: "Le quiero enseñar a su madre los ejercicios de Falun Gong. Sería la mejor cura para su recuperación completa". Él dijo: "Está bien, siempre que ella quiera". Su madre empezó a practicar Falun Gong y se recuperó muy bien.
Un día, los policías vinieron a buscarme a la casa del secretario del partido, ya que no me habían encontrado en mi casa.
Antes de que entraran en la casa, el secretario del partido les dijo: "Ustedes no la pueden tocar. Ella es una buena persona. Ella está cuidando a mi madre". Los policías lo ignoraron y entraron de todos modos. La madre inmediatamente los reprimió y les dijo: "Si se la llevan, ¡serán hechos responsables si algo me pasa! Ella es una buena persona. ¿Por qué se la quieren llevar?".
Al darse cuenta que no me iban a poder llevar, los policías pidieron hablar conmigo en otra habitación. Me negué y la señora también se negó a dejar que me alejara de ella. Sabiendo que no había nada que podrían hacer, los policías quisieron que les firmara un papel. Me negué una vez más, y así lo hizo también la madre del secretario del partido.
Los policías me dijeron que el lunes llevara 1,000 yuanes a la estación de policía. La señora se puso de pie, sosteniendo su bastón: "¿Cuál dinero? ¡No tiene nada!". Los policías se tuvieron que ir con las manos vacías.
Ahora la señora está en sus 80 años y es muy saludable, con una tez rosada. Estudia el Fa y practica los ejercicios todos los días, y les dice a todos los que encuentra que Falun Dafa es bueno. Su familia atestiguó las maravillas de Dafa a través de ella y de mí, y todos apoyan a Dafa.
Seguir ayudando a los demás mientras volvimos a levantarnos
Una calle cerca de mi casa estaba llena de baches y era muy difícil caminar, sobre todo en días lluviosos o de nieve. No éramos ricos, pero siendo Dafa dizi, debíamos ser considerados con los demás, por lo que mi esposo y yo allanamos el camino con nuestros propios ahorros. Estábamos muy contentos de ver a la gente caminando sin problemas.
La calle entre nuestra casa y la de nuestros vecinos era muy estrecha. Ellos tenían un negocio de frutas y no podían ingresar su vehículo agrícola al patio debido a estas condiciones, así que tenían que aparcarlo en la entrada de la calle. Por lo tanto, les robaban las frutas a menudo. Algunas personas incluso les rompían frutas a propósito como, por ejemplo, las sandías.
Mi esposo y yo nos enteramos de esta situación y les ofrecimos mover nuestro muro más para adentro, de tal forma que el camino se volviera más ancho y su vehículo pudiera pasar para aparcarse en su patio. Los vecinos estuvieron muy agradecidos.
Nunca hubiera hecho esto si no hubiera practicado Dafa, porque nuestro patio era nuestra granja, y además cada pedazo era muy valioso en el mercado de bienes raíces.
Después de varios años de arduo trabajo, finalmente pudimos construir dos hileras de casas en nuestro patio, lo que fue muy notorio en el pueblo. Los aldeanos consideraron imposible que nuestra familia pudiera recuperarse después de haber caído en la desolación en donde nos encontrábamos. Tuvimos la suerte de quedarnos con vida. Para la sorpresa de todos, logramos nuestro bienestar otra vez y en pocos años. En sus palabras: "Aún sin tener que enfrentar todo lo que superaron ustedes, nosotros no somos capaces de construir algo tan magnífico como lo suyo. A pesar de haber sido perseguidos por el PCCh tan duramente, ¡ustedes reconstruyeron muy rápido la fortuna que habían perdido!".
Todo esto validó poderosamente la maravilla de practicar Dafa. Bajo la guía de Shifu, todos los discípulos de Dafa son buenas personas y viven sus vidas con honestidad. Las buenas personas reciben sus recompensas.
También había personas envidiosas. Estas se quejaron a las autoridades que la familia que practicaba Falun Gong había llenado su patio con edificios, lo que implicaba tener "construcciones ilegales". Los funcionarios del pueblo les respondieron: "Sería maravilloso si ustedes pudieran hacer lo que hicieron los practicantes de Falun Gong. Por lo menos, ellos son diligentes, capaces y bondadosos. ¿Qué daño les hicieron a ustedes al construir sus casas?".
El hermano mayor de mi esposo era profesor en una escuela secundaria. Antes de que mi esposo y yo empezáramos a practicar Falun Gong, nuestras familias tenían muchos conflictos. Mientras fuimos condenados ilegalmente a prisión y hasta ser liberados años más tarde, sus familiares no sabían la verdad sobre Falun Gong, y se mostraron fríos e indiferentes con nosotros.
Después de que construimos aquellas casas, ocurrió que necesitaban espacio de almacenamiento para sus negocios. Les ofrecí nuestras casas como almacenamiento de forma gratuita, ayudándolos a ahorrar mucho dinero. Poco a poco, cambiaron su actitud hacia Dafa, y el hermano dijo sinceramente: «Falun Gong es muy bueno. Si yo fuera el líder del condado, animaría a todos en el país a practicar Falun Gong y convertirse en buenas personas".
Mi segundo hermano mayor también se volvió más inteligente. Empezó a ser muy hábil, me ayudaba mucho. Cambió mucho y, poco a poco, dejó ir su odio hacia nuestro hermano mayor.
Un día, nuestro hermano mayor se enfermó, y mi segundo hermano se puso muy ansioso, murmurando constantemente: "¡Que te mejores, hermano!". Además, se lleva bien con toda la familia. Ya no es "el hombre callejero cubierto en suciedad", ahora luce joven y saludable. Tiene 60 años, pero todo el mundo dice que parece de 40 años.
Validando Dafa en las cosas pequeñas
Después de practicar la cultivación durante muchos años, Dafa se ha vuelto parte de mi vida, y la compasión que fue cultivada a través de Dafa se muestra en todos los aspectos de mi vida. Si mi esposo y yo nos damos cuenta que los proveedores nos dieron cambio que sobra, nunca nos lo quedamos y les devolvemos cada centavo tan pronto como sea posible.
Un día, un proveedor me dio un cambio extra de 400 yuanes, pero no me di cuenta hasta que llegué a mi casa. Inmediatamente lo llamé, le expliqué la situación y le devolví el dinero tan pronto como pude. El proveedor se conmovió mucho y dijo: "He trabajado en negocios durante tantos años, pero esta es la primera vez que alguien me regresa el cambio que sobró. Las personas como usted son muy difícil de encontrar hoy en día".
Un día, mi marido vio una bolsa de plástico en un patio. La abrió y encontró adentro 7,000 yuanes. Gritó en el patio: "¿Quién perdió dinero?" y encontró el propietario. Él le dio las gracias varias veces y le dijo que el dinero era para comprar mercancías. Si lo hubiera perdido, no solo no iba a poder comprar las mercancías, sino que también habría tenido que trabajar durante mucho tiempo para recuperar el dinero.
En cada ocasión como esta, les hablamos sobre Falun Dafa.
Hace unos días, mi esposo y yo íbamos en nuestras motos para resolver un negocio. A lo lejos, vimos a una señora joven, parada al lado de un coche en medio del camino, y parecía ansiosa. Muchas personas, incluyendo un policía, se detuvieron y le hicieron preguntas, pero después todas se iban.
Al acercarnos, nos rogó: "Por favor, ayúdenme con algo de combustible. No presté atención y ahora me quedé sin gasolina". Mi marido checó nuestras motos y notó que no quedaba mucha. Él dijo: "Señorita, no se preocupe. Voy a conseguir algo de gasolina. Espere aquí, regreso en un momento".
Mi esposo fue a una gasolinera cercana y le trajo algo de gasolina. La joven estaba muy agradecida y quiso pagarle a mi marido algo extra.
Aproveché la oportunidad para aclararle los hechos sobre Falun Gong y le dije que recordara: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!". Ella asintió con la cabeza y estuvo de acuerdo.
Algunas personas nos admiran mucho. Les digo: "¿Saben cuál es la fuerza que nos mantiene por encima de la depresión y nos ayuda a atravesar las tribulaciones? Es Falun Dafa. Dafa, está profundamente arraigado en nuestros corazones y nos ha ayudado a entender el significado de la vida -volver a nuestro ser verdadero-".
(Presentado para “Celebrar el Día Mundial de Falun Dafa” 2018 en el sitio web de Minghui)