(Minghui.org) El 16 de agosto de 2014, fui atropellada por un automóvil mientras circulaba en bicicleta por la carretera. Fui lanzada por más de dos metros antes de que mi cara chocara contra el suelo en medio de una intersección. Mi ropa se rasgó, y un enorme chichón se formó de repente en mi frente.
Inmediatamente después, mi mente se tornó muy clara con un solo pensamiento: 'Soy una practicante de Dafa. Estoy bajo la protección de Shifu. ¡Me mantendré firme en esta interferencia!´Continué enviando pensamientos rectos hasta que mi familia llegó al lugar del accidente. Les dije: "Estoy bien. Ayúdenme a regresar a casa y me recuperaré en unos días". Sin embargo, mi familia con gran preocupación, me llevó al hospital de la ciudad.
Solo después de que ingresara en el hospital puede percibir que mi pierna derecha estaba gravemente dañada. Esta lesión fue tan grave y el dolor tan agudo, que dificultaba mi respiración. Los doctores confirmaron que la tibia y el peroné se habían roto en pequeños fragmentos, y recomendaron operar para realinear los huesos y prevenir la necrosis de la cabeza del fémur. Sin cirugía, podría perder la capacidad de andar con las dos piernas.
Mis familiares aceptaron instantáneamente las recomendaciones de los médicos, y programaron la cirugía para la semana entrante. Era incapaz de decir nada por el dolor, pero silenciosamente me repetía una y otra vez: "Soy una practicante de Dafa bajo la protección de Shifu. Me niego a seguir los arreglos de ninguna persona”. Rechacé firmemente tomar cualquier medicamento, incluso analgésicos, a pesar de los intentos del médico y la familia de cambiar mi opinión.
Esa noche, el dolor se intensificó y se extendió por todo mi cuerpo. Incapaz de moverme e incluso respirar, sentí un sudor frío y perdí el conocimiento. Con un pensamiento muy claro, pedí a Shifu ayuda, y me recordé que debía seguir viviendo. Mi muerte desacreditaría a Dafa, y debía de completar mi misión de aclarar la verdad.
En este momento, escuché a Shifu decirme:
"Ni ustedes deben reconocerlos tampoco. Hagan las cosas bien en forma recta y digna, niéguenlos, y refuercen más sus pensamientos rectos. “Soy dizi de Li Hongzhi, no deseo otros arreglos ni los reconozco”; entonces ellos no se atreverán a hacer eso. Por lo tanto, todo puede ser resuelto. Cuando realmente pueden hacer eso, no sólo diciéndolo, sino poniéndolo en acción, Shifu definitivamente intercederá por ti" (Exponiendo el Fa durante el festival de la Linterna de 2003).
Inmediatamente, sentí una gran cantidad de energía correr por mi cuerpo, y mi mente se calmó. Reiteré mi determinación de transitar el camino arreglado por el Maestro y me negué a reconocer los arreglos de las viejas fuerzas.
Continué enviando pensamientos rectos. Casi instantáneamente, la presión constante sobre mi pecho y el dolor implacable en mi cuerpo desapareció gradualmente. En este punto, escuché la voz aterradora de mi hija: "Mamá, ¿cual es el problema?". Aunque estaba tan cansada que no pude abrir los ojos, pude tranquilizarla verbalmente: "Estaré bien. Shifu acaba de salvarme de la muerte".
Milagros extraordinarios de Dafa
Excepto por un ligero mareo, descubrí que prácticamente mi dolor había desaparecido a la mañana siguiente.
Después de consultar al médico, mi hija regresó y me preguntó: "Mamá, ¿qué deberíamos hacer? El médico dijo que tenemos que firmar un formulario si te niegas a someterte a la cirugía, absolviendo al hospital de toda responsabilidad".
Contesté firmemente: "Firma ese formulario. Quiero irme a casa lo antes posible". Mi hija agregó: "Papá todavía quiere que sigas el procedimiento médico". Le contesté: "No lo escuches". ¿Recuerdas el accidente automovilístico en 2011? Aunque el triciclo fue severamente dañado en la colisión, yo me recuperé por completo a los siete días. En 2004, me fracturé el pie izquierdo y la pierna derecha, y el Maestro sanó mis fracturas rápidamente. Hubiera muerto hace tiempo si no fuera por Dafa. Este hospital solo puede tratar a personas comunes. Pero yo no soy una persona común. Soy una practicante de Dafa del período de la rectificación del Fa. Si me obligas a someterme a esta cirugía, es como firmar mi sentencia de muerte. Puedes estar segura de que Shifu curará mis piernas".
Convencida, mi hija firmó el formulario del hospital. Su marido al enterarse, soltó un gritó con agitación: "¡¿Cómo pudiste firmarlo?!". Mi esposo continuó: "¿Quieres hacer que tu madre muera?".
En este momento, dos de mis compañeras practicantes llegaron al hospital. Una de ellas trató de consolar a mi hija que estaba llorando. Mi hija le confesó: "No tengo claro de estar haciendo lo correcto. El nivel de cultivación de mi madre no es alto. ¿Continuará Shifu ayudándola?". La practicante respondió: "Si ella no estuviera bajo la protección de Shifu, ya hubiera muerto. Tu madre ha contribuido mucho a Dafa. Shifu ciertamente sanará su pierna". Sus palabras tranquilizaron a mi hija.
Mientras tanto, la otra practicante le dijo a mi esposo, "Después de conocer Dafa, mis cálculos renales desaparecieron. Su esposa se ha estado cultivando más diligentemente que yo. No tiene nada de lo que preocuparse".
Mi esposo, sin embargo, no se quedó tranquilo y se acercó al director del hospital para pedir ayuda. El director vino, y me explicó las terribles consecuencias que podría tener de no someterme al procedimiento médico. Sin embargo me mantuve firme. "En el pasado, estuve tan enferma que ni siquiera los especialistas del hospital más grande de la provincia pudieron ayudarme, sin embargo, cuando comencé a practicar Falun Dafa todas mis enfermedades se fueron. Estoy segura que ocurrirá un milagro con mi pierna". El director no se quedó convencido. "Ningún fundamento científico de la medicina moderna apoyaría su teoría. La recuperación total de su pierna sin cirugía es imposible".
Mi esposo buscó los consejos de amigos y parientes también. Ellos trataron de persuadirme para que pasara por quirófano, citando las dificultades que supondría para mi familia mi discapacidad. Ocuparon toda la sala, discutiendo sin cesar sobre mi situación.
Rápidamente corté sus conversaciones y procedí a aclararles la verdad a todos los presentes. Comenzando por el extraordinario poder de Dafa y cómo se ha extendido por todo el mundo, seguido de los crímenes cometidos por el partido comunista persiguiendo a Dafa y finalizando con la explicación del por qué la gente debía renunciar al partido. Mis palabras tranquilizaron a mis amigos y familiares mucho, y pronto se fueron.
La noticia llegó hasta mi frágil suegra de 80 años, y sin hacer caso a sus limitaciones físicas, decidió desplazarse hasta el hospital para hacerme cambiar de opinión. A pesar de su afecto, hice lo posible por tranquilizarla y le conté todo el proceso. Después, mi suegra salió de mi habitación para reprender a mi esposo: "¿Por qué intentabas someterla a una operación? ¿No ves que no siente ningún dolor? Obviamente, el Maestro de Dafa está cuidándola. Llévala a su casa. Se curará después de unos días de descanso”. Mi esposo finalmente renunció a seguir persuadiéndome.
Durante mi estancia en el hospital, pasé la mayor parte de mi tiempo libre estudiando el Fa, haciendo los ejercicios de Dafa y enviando pensamientos rectos. El 26 de agosto, los médicos hicieron otra exploración y se sorprendieron al descubrir que todos los fragmentos de los huesos en mi pierna habían regresado a sus posiciones originales. Ya no necesité cirugía.
Mi familia quedó conmovida al escuchar las buenas noticias, mientras mis amigos y familiares estallaban en elogios. El director del departamento de ortopedia no daba crédito. "Nuestro departamento entero está hablando de su caso. Muchos están sorprendidos al comprobar que no tiene dolores. ¡Ciertamente tiene nervios de acero!". Contesté: "Por supuesto que no. Todo ha sucedido es porque soy practicante de Falun Dafa".
Consecuencia de este milagro, dos enfermeras vinieron a verme para que les hablara de Falun Gong, y todos mis amigos que vinieron a visitarme, además del personal del hospital, renunciaron al partido comunista.
Mejorando después de mirar hacia adentro
Después de mi regreso del hospital, varios practicantes me visitaron. Una me preguntó: "¿Podrás caminar?". Respondí: "Ya recuperé la capacidad de caminar". Y respondió con escepticismo: "Ya veremos". Otro practicante comentó: "Tu pierna probablemente requiera otros dos o tres años para recuperarse". Examinaron mi pierna un par de veces para verificar si tenía sensibilidad, y me pidieron que caminara. Me forzaron a caminar, solo para cuestionarme: "¿Por qué sigues cojeando?". Se sorprendieron de que mi pierna no estuviera hinchada y podía caminar bastante bien.
Permanecí en silencio, atónita por las reacciones. Aún bastante después de que se hubieran marchado, sus palabras y acciones todavía resonaban en mi mente. Sus comportamientos fueron tan dañinos que comencé a culparlos por ponerse del lado del mal. Mis pensamientos rectos comenzaron a fallar, y comencé a cuestionarme si ciertamente Shifu aún me consideraba su discípula. En el hospital, mi fe nunca había fallado, incluso bajo la presión de tanta gente. En contraste, ahora me encontraba perdida. Desesperada, me arrodillé y lloré ante la imagen de Shifu.
En esta coyuntura, escuché una voz: "Toma esta señal para buscar dentro de ti". Me di cuenta que Shifu había dispuesto que ocurriera para poder descubrir mis defectos escondidos. Aunque reflexioné durante un período de tiempo, no pude llegar a ninguna conclusión.
Más tarde me encontré con lo siguiente mientras leía Zhuan Falun:
"... porque esta práctica cultiva tu propio yo. Debes progresar con una mente consciente".
Las palabras penetraron en mi mente, despejaron mi confusión y dieron luz a mi problema: no había usado Dafa para cultivarme. En cambio, lo estaba usando para cultivar a otros.
En el pasado, cuando los compañeros practicantes me hablaban de sus problemas, nunca miré dentro de mí, y utilizaba las enseñanzas de Shifu reprendiéndolos con dureza.
Yo diría: "¿Has aprendido las enseñanzas de Shifu correctamente? En Zhuan Falun, Shifu dijo, '... siendo una persona que refina gong, hay que llegar a no devolver el golpe ni los insultos, ...' Esta persona no te golpeó ni regañó. Si no puedes aceptar las críticas, ¿cómo puedes decir que eres un practicante? Han Xin pudo soportar la vergüenza de gatear entre las piernas de un matón. ¿Te pidió esta persona que te arrastrases entre sus piernas? ¿No te da vergüenza ser peor que una persona común?".
Cada vez que un practicante en particular se enojaba, utilizaba las enseñanzas de Shifu para reprenderlo en lugar de reflexionar y buscar dentro de mí sobre mis defectos.
Siempre que los compañeros practicantes me enojaban, me callaba. Sin embargo, los despreciaría y pensaría que su mal temperamento no era digno de un practicante de Dafa. Entonces me enorgullecería por mi habilidad de abstenerme.
Descubrí una serie de apegos ocultos, incluida mi tendencia de acusar a otros, presumir, albergar quejas y tratar a los demás con desprecio. Estos apegos se habían convertido en una segunda naturaleza, y me había vuelto incapaz de descubrir su existencia. La eliminación de estas faltas impulsó en gran medida mi reino de conciencia y aceleró la recuperación de mi pierna fracturada.
Mi experiencia está más allá del entendimiento de la ciencia moderna. Su pronóstico dista mucho de aquel de la gente común. Espero que pueda impactar en aquellos que aún no han aceptado las verdades más elevadas de Dafa y les permita obtener la salvación.