(Minghui.org) Mi colega y yo somos practicantes de Falun Dafa que proyectamos un programa de actividades extraescolares. Nos dedicamos a organizar seminarios de Falun Dafa, de nueve días, durante las vacaciones de invierno y primavera. Acudieron en torno a diez niños a cada seminario. La mayoría de los niños se alojaban en mi casa porque se desplazaban desde diferentes ciudades. Estudiábamos el Fa y nos esforzábamos en mejorar, durante el tiempo que duraba el seminario.
Purificando nuestros cuerpos
Durante los dos primeros días del seminario, el Maestro purificó los cuerpos de los jóvenes discípulos.
Shifu nos enseñó:
“Vamos a purificar los cuerpos de ellos para que puedan realizar el xiulian hacia niveles altos. Durante el xiulian en el nivel más bajo existe un proceso: purificar total y completamente tu cuerpo; todas las cosas malas que existen dentro de los pensamientos, el campo de yeli que existe alrededor del cuerpo y los factores causantes de la mala salud, todo es limpiado y purgado. Si no es limpiado y purgado, acarreando así un cuerpo turbio, un cuerpo oscuro y una mente sucia, ¿cómo puedes lograr el xiulian hacia niveles altos?” (Zhuan Falun).
Al principio, los niños no podían permanecer sentados. Se movían, sentían incomodidad aquí y allá, y no conseguían concentrarse. Durante el primer seminario, estos fenómenos se reflejaron con más vehemencia. Comenzamos sentándonos en el suelo y cruzando las piernas para escuchar el Fa. Entonces, algunos de los niños se inclinaron, otros se recostaron, otros formaron grupos y algunos comenzaron a hablar. Llamé al orden a uno de los niños, levanté a otro y consolé a otro más. Tan pronto lograba calmar a un niño, otro presentaba problemas. Perdí la confianza y me pregunté: "¿Cómo puedo seguir haciendo esto durante nueve días?".
Entonces, al tercer día, de repente se calmaron. Me di cuenta de que el Maestro había estado purificando sus cuerpos los primeros dos días, así que las sustancias malas en otras dimensiones interferían para que no escucháramos el Fa.
Un niño se mostraba tenso y tenía conflictos con otros niños. Como a veces tenía una expresión feroz en su rostro, el efecto que producía se intensificaba. Algunos sonidos extraños emergían de su nariz y garganta. Sin embargo, al tercer día estaba bien. Al final del seminario de nueve días, se comportaba de un modo más amable y bondadoso. Disminuyeron notablemente los conflictos entre él y el resto de niños. Desde entonces se volvió más fácil de tratar y más callado cuando escuchaba el Fa o hacía los ejercicios. También elaboró trabajos excelentes en otras clases.
Un niño más pequeño, de tan solo de cuatro años, tenía algunos malos hábitos como usar un lenguaje soez y mal comportamiento. Cuando lo tomaba en brazos, me pateaba y me pegaba, además de tirarme del pelo. Nos propinó golpes tanto a mi compañero como a mí, los primeros días. Pero, poco después de empezar a ver las conferencias, aunque no podía quedarse quieto, dejó de molestar a los otros niños. Y aunque a veces preguntaba cuánto tiempo quedaba todavía, después de asistir a cuatro conferencias cambió completamente y se volvió alguien educado. También empezó a comer bien y a usar un lenguaje correcto.
Durante el seminario de nueve días, todos los jóvenes practicantes demostraron diferentes tipos de progresos. No podía ver directamente los cambios en otras dimensiones, pero a partir de los cambios inmediatos en los niños, fui testigo de cómo el Maestro limpiaba las sustancias malas de nuestras mentes y cuerpos. Pude sentir que los niños se habían acercado un paso más al Maestro.
Eliminando el yeli
En los dos primeros días de conferencia, los niños mostraban diferentes grados de eliminación de yeli. Durante la primera conferencia, sus síntomas eran más graves. Los síntomas más comunes eran fiebre y tos, pero algunos también padecieron dolores de estómago.
Antes de irnos a dormir, enviábamos pensamientos rectos. Después de apagar las luces, los dejábamos escuchando la música de Dafa, Pu Du o Ji Shi. Se quedaban en silencio. Se dormían rápidamente. Varias veces, algunos se despertaron con fiebre, así que les recitaba: "Falun Dafa es bueno; Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno”, o el Lunyu del Maestro. Después se iban a dormir rápidamente y, al día siguiente, se despertaban sintiéndose bien. Por la noche, reaparecían algunos síntomas de la enfermedad. Por lo general, tardaban uno o dos días en desaparecer por completo.
Mi hija solía estar constantemente enferma de estreñimiento, incapaz de ir al baño durante varios días y, en ocasiones, incluso por una semana. Un día, después de escuchar el Fa durante unos minutos, sintió la necesidad de ir al baño. Después de aquello, sus hábitos de ir al baño se volvieron normales, y mejoró su apetito.
Algunos niños de la gente común también vinieron al campamento. Nos sorprendió que se mantuvieran callados y no se portaran mal. Incluso podían cruzar las piernas durante mucho tiempo. También padecieron síntomas de eliminación del yeli de enfermedad, pero se recuperaron en uno o dos días. Una niña se sintió débil, tuvo un resfriado, dolor de estómago, algo de dolor en los ojos y alergias. Cuando manifestaba tales síntomas, recitábamos juntos: "Falun Dafa es bueno; Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno". Después se repuso completamente. Una vez más fuimos testigos del poder que contienen estas nueve palabras verdaderas.
Obteniendo sabiduría
Los niños eran muy inteligentes, y dominaban las cosas muy rápidamente. Especialmente con la caligrafía, la mayoría podían hacerlo bien desde el principio, sosteniendo sus plumas con firmeza y escribiendo correctamente. Nos sorprendió lo rápido que aprendieron caligrafía.
Les enseñé a tocar el piano y algunos días les encargué tareas. Tocábamos el piano como si se tratara de un juego y aprendieron rápidamente. Si le enseñaba a alguno una hermosa canción, descubría días después que otros también la habían aprendido. Fuimos testigos de cómo Dafa nos brinda sabiduría.
Una niña autista mejora
Al principio, la niña de seis años con autismo no parecía tan inteligente como cualquier otra niña sana de tres o cuatro años. También, debido a las dificultades que tenía para hablar no podía comunicarse bien con los demás. A menudo, insistía en hacer las cosas a su manera y se enfadaba fácilmente.
Vio que cuando otros niños estaban tristes o molestos, el profesor les recitaba: "Falun Dafa es bueno; Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno", así que también empezó a recitar esas palabras. Cuando los pequeños escuchaban el Fa, también se apresuraba a cruzar las piernas y escuchar. Siempre terminaba de escuchar las conferencias del Maestro.
Sorprendentemente, por lo general no podía terminar una clase normal e incluso a menudo molestaba a los demás, pero ahora permanecía muy callada cuando escuchaba el Fa. También recuperó rápidamente su capacidad para hablar. Ahora apenas tiene problemas para comunicarse con su maestra u otros niños. También, con frecuencia, le lleva a su maestra golosinas y té. Otros niños también se han hecho amigos de ella poco a poco.
El Maestro siempre está a nuestro lado
Queríamos escuchar el Fa temprano y luego impartir clases normales; ese era nuestro deseo. Pero como no organizamos bien nuestro tiempo, acabábamos estudiando por la tarde. Hasta en dos ocasiones nos encontramos con problemas de equipamiento y no pudimos escuchar el Fa. La primera vez fue porque nos olvidamos de apagar el interruptor del teclado, así que la batería se quedó sin energía.
En ese momento yo era el único maestro allí. Avisé, pero nadie podía salir a comprar una batería nueva. No tuve más remedio que decirles a los niños que le pidiéramos a Shifu que nos diera energía para la batería. Luego, cuando no estaba prestando atención, un joven practicante tocó el teclado y de repente aparecieron unos pocos símbolos de estrellas en el área de contraseñas. La computadora nos brindaba algo de energía así que logramos arrancarla. Le agradecí a Shifu.
La segunda vez que llegamos tarde a escuchar el Fa, hubo otro problema. El proyector no mostraba ninguna imagen. Intenté apagarlo y encenderlo un par de veces, pero no hubo diferencia. Algunos profesores y jóvenes discípulos comenzaron a enviar pensamientos rectos y a pedir ayuda a Shifu. También miré hacia adentro porque no había seguido mi horario. Aunque deseaba escuchar una conferencia cada día, otra vez había llegado demasiado tarde.
Me iluminé a que Dafa posee compasión y dignidad. Hacer un plan y no seguirlo, es algo erróneo. Cuando nos rectificamos, el Maestro nos ayuda. Aprendí la lección.
Mirando hacia adentro y enviando pensamientos rectos
Me ocupaba de los jóvenes practicantes las 24 horas del día durante el seminario, por lo que a menudo no tenía suficiente tiempo para dormir o comer lo suficiente en base a los estándares humanos. Pese a encontrarme sobrecargado, mi espíritu era bueno y no me sentía cansado. Así que a veces, una pequeña siesta me refrescaba.
Teníamos muchas cosas que hacer todos los días, pero priorizábamos estudiar el Fa y hacer los ejercicios. Sentimos como si estuviéramos fundiéndonos en el Fa. Conocía mi responsabilidad, así que intenté ser un buen ejemplo. No importaba lo que pasara, miraba hacia adentro y enviaba pensamientos rectos.
Cuando acabaron los seminarios, no conseguía adaptarme a la vida normal, pese a que pasaron muchos días. Mi apego a la comodidad me impidió disponer del tiempo suficiente para hacer los ejercicios y estudiar el Fa. Cuando surgía el pensamiento de mi corazón humano con las palabras "debo descansar", en realidad, llegaba a sentirme muy cansado. Descubrí que los resultados varían ostensiblemente si tenemos una mente humana o una mente divina.