(Minghui.org) En repetidas ocasiones, a lo largo de los años, he padecido yeli de enfermedad, arrestos y acosos por mantenerme firme en mi creencia en Falun Dafa. Sin embargo, hay una practicante de Falun Dafa a la que nunca han acosado, ni ha experimentado yeli de enfermedad. Su nombre es Mei.
A través de mis experiencias aprendí que debía ser diligente en mi cultivación, y mirar hacia dentro hasta encontrar y eliminar mis nociones humanas. Mei, por el contrario, se ha visto cada vez más involucrada en sus asuntos familiares, hasta el punto de dejar de asistir al estudio del Fa grupal.
He participado en algunos proyectos que generan conciencia sobre la persecución contra Falun Dafa, pero mi contribución siempre ha sido limitada e incluso no parece que mi aportación sea valiosa. Sin embargo, Mei, era una protagonista destacada en los proyectos, parecía irreemplazable.
Después de observar a Mei durante un tiempo, protesté, le conté a la practicante Bai (alias) que no era diligente en absoluto, y que pasó todo el año enfocándose únicamente en ganar dinero. Que incluso había escuchado que se había embarcado en algún tipo de plan comercial que le había hecho perder mucho dinero.
Bai supuso que debía hallarse en la pobreza y que necesitaría dinero, así que compartió toda esta información con los practicantes de otras regiones. Todos los que escuchaban la situación de Mei querían prestarle su ayuda.
No me mostré de acuerdo con la forma de actuar de Bai, y quería hacerle saber a los practicantes que apoyarla económicamente quizás le haría la vida más fácil, pero no garantizaría que se volviera más diligente. Aún así, en el último momento, decidí no involucrarme.
Pero cuando algunos practicantes empezaron a preguntar si podían ayudarla con algún dinero, pensé que era demasiado y compartí mi preocupación con Bai. Cuando le pedí que trasladara mi opinión a los demás, se negó.
Al día siguiente, me sentía molesta mientras estudiábamos el Fa en grupo. Cuando compartimos, discutí la situación de Mei con los practicantes allí reunidos. Describí que su problema radicaba en la cultivación, no en el dinero. El dinero no resolvería nada. Sin embargo, Bai argumentó que teníamos que ayudarla y se dispuso a hablar con ella.
Discrepé, diciendo que ya había hablado con Mei, durante más de diez años, sobre los problemas de su cultivación y que no se mostraba receptiva. Solo quería trabajar en los proyectos de Dafa, en lugar de cultivar su xinxing.
Mirando hacia dentro
Me sentí enojada y molesta mientras estudiaba el Fa en grupo. Cuando regresé a casa, miré hacia dentro y me pregunté si no sentía envidia. En apariencia, aunque me cultivaba diligentemente, me habían acosado y detenido. En cambio, a Mei, a pesar de no ser diligente nunca la habían perseguido. Lo encontré injusto.
Justo en aquel momento comprendí que nuestros senderos de cultivación eran diferentes. La persecución que padecí, arrestos, acosos y yeli de enfermedad, era patente y todos pudieron presenciarlo.
En cambio, Mei tenía muchos problemas familiares. La gente lidia con esos asuntos familiares a diario. No acerté a comprender que estas dificultades eran también un tipo de persecución preparada por las viejas fuerzas.
He estado usando mi contribución a los proyectos, y que me habían arrestado y acosado, para medirme y compararme con Mei. Pero no había prestado nunca atención a que también la perseguían.
El Maestro dijo:
“Ustedes son cultivadores, estas palabras no se refieren a tu pasado, a lo que has hecho o a tu comportamiento, estas palabras se refieren a tu esencia, al significado de tu vida, a la responsabilidad que cargas, a tu misión histórica, solamente así eres un Dafa dizi verdadero” Qué es un Dafa dizi.
Los practicantes de Falun Dafa deben ser diligentes. Algo que nos lo impide, y forma parte de nuestra naturaleza humana, es perseguir. Aunque lo que persigamos aparente ser una cosa trivial. Por lo tanto, si no llegamos a reconocer la importancia de este asunto, no podremos avanzar en nuestra cultivación.
Este entendimiento me hizo darme cuenta de que mi odio hacia Mei provenía de la envidia. También, descubrí que ayudar a mis compañeros practicantes es una manera de negar los arreglos de las viejas fuerzas.
Ningún compañero practicante tiene que atravesar la misma persecución que yo. Transitamos caminos diferentes que conducen al mismo destino.