(Minghui.org) El exlíder del partido comunista chino (PCCh) Jiang Zemin afirmó que erradicaría Falun Gong (también conocido como Falun Dafa) en tan solo tres meses, después de iniciar la brutal persecución de esta práctica espiritual en julio de 1999.
Aunque la persecución ha persistido durante más de 18 años cada vez más gente, que conozco, quiere aprender la práctica.
Un señor de una zona rural quiere aprender Falun Gong
Un día, estaba hablando con alguien sobre la persecución a Falun Gong en un cruce de calles, cuando vi pasar a un hombre cargando una pesada bolsa. En cuanto acabé mi conversación, corrí a hablarle sobre Falun Gong.
Escuchó lo que le decía, puso su bolsa en el suelo y afirmó: "Quiero saber más cosas sobre Falun Dafa. Quiero leer los libros y aprender los ejercicios. ¿Podría enseñarme?”.
Le pedí sus datos de contacto, y le prometí que le enseñaría.
Fui a visitarlo con otro practicante algunos días después. No pude encontrar su domicilio y, además, había perdido su número de teléfono. El camino estaba muy oscuro.
Vimos luz en una casa a lo lejos, nos acercamos y llamamos a la puerta. Un hombre abrió la puerta. Se alegraba de prestarnos ayuda, pero no conocía a la persona que estábamos buscando.
Le hablamos al hombre sobre Falun Gong y la persecución, y le explicamos que recitar: "Falun Dafa es bueno" le traería bendiciones. Después de escucharnos comentó, con una sonrisa, que sus familiares también practicaban Falun Gong.
"¡No es nada raro que sea tan amable!", exclamé.
Finalmente encontramos al señor que quería aprender Falun Gong. Compartía la casa con más personas. Les hablamos a todos sobre Falun Gong y los crímenes cometidos por el PCCh. Todos renunciaron al partido.
El hombre se puso muy contento porque le llevamos un Zhuan Falun, y videos con las instrucciones para aprender los ejercicios. Mencionó que leería el libro y haría los ejercicios después del trabajo todos los días.
Señor de 90 años renuncia al PCCh
Un día fui a zonas rurales a repartir folletos informativos sobre Falun Gong y vi a un grupo de personas paradas en mitad de la calle. Me acerqué y les entregué los materiales. Una mujer me miró, señaló a un anciano y dijo: "Entréguele uno a él".
Cuando me volví, vi a un anciano que parecía tener al menos 90 años. Pensé que la mujer estaba bromeando conmigo. Llegué a preguntarme si aquel hombre podría oír o leer; e incluso si todavía poseía la suficiente claridad mental. Ignoré lo que dijo la mujer y continué hablando con otro hombre hasta que decidió abandonar el PCCh.
Entonces, este hombre también me señaló al anciano y aseveró: "Es un miembro del partido". Caminé hacia el anciano y le hablé sobre Falun Gong. Le conté la razón por la que el PCCh persigue a los practicantes de Falun Gong. Para mi sorpresa, el anciano escuchó con mucha atención y felizmente accedió a abandonar el PCCh.
Le di una copia de los “Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista”. Me dijo que aunque ya lo había leído lo volvería a leer con gusto.
Cuando hablo a la gente sobre Falun Gong, muchos coinciden en que es una buena práctica, y algunos incluso me animan para que siga protestando contra la persecución hasta que acabe.