(Minghui.org) Un familiar me envió una copia de Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, en 1997. Me preguntaba por qué tanta gente estaba practicando Falun Dafa. No entendí por qué, incluso aun después de leer el libro, pero sentí que el Fa era grandioso. El libro muestra cómo ser una buena persona, y después de todo, es lo que había estado buscando.
A pesar de mi falta de entendimiento y de que todavía no tenía claro lo que era la cultivación, el Maestro Li (el fundador y Maestro de Falun Dafa) sin embargo, me trató como su discípulo.
Pronto sentí mi cuerpo limpio y mis enfermedades curadas. Un día, mientras montaba en bicicleta subiendo una colina, me di cuenta de que ni siquiera estaba pedaleando, y sin embargo la bicicleta continuaba ascendiendo como si un fuerte viento la empujara.
Otro día quedé en medio de un atasco en una intersección y tuve que bajarme de la bici. Un camión pasó volando frente a mí. Los espectadores se alarmaron de ver tal acción temeraria. Miré hacía atrás para ver qué era lo que mantenía mi bicicleta frenada, pero no encontré nada. Me di cuenta de que Shifu me había protegido, liberándome del peligro.
Finalmente decidí practicar Falun Dafa, y pronto asistí a mi primera conferencia de intercambio de experiencias. Me conmovieron las historias compartidas por otros practicantes. Una practicante dijo que estaba críticamente enferma un año atrás, y sus días estaban contados. Sin embargo, allí estaba ella, con aspecto saludable hablando en la conferencia.
Otra practicante habló sobre cómo había mejorado su xinxing. No había tenido contacto con su suegra durante más de diez años. Después de practicar Falun Dafa, ella se dedicó a su suegra. Su suegra estaba agradecida y comentó que era la mejor mujer que había conocido en su vida.
Pronto establecí un grupo de estudio del Fa en mi casa. Muchos de nosotros estudiábamos el Fa juntos por la noche y hacíamos los ejercicios al amanecer. Salíamos los fines de semana para hablar a otros sobre Falun Dafa. Estábamos felices con nuestro trabajo. Poco a poco, me di cuenta de que Zhuan Falun era un libro celestial que guiaba a las personas para cultivarse en niveles altos. Conservé una copia del libro en casa y otra en el trabajo.
Después de que comenzara la persecución en 1999, fui a Beijing con otros practicantes para apelar por el derecho de practicar Falun Dafa. Teníamos grandes esperanzas de convencer a las autoridades. Sin embargo, a mi regreso, mi jefe resultó estar muy enojado conmigo.
En el trabajo, intentaron forzarme a firmar una declaración en la que debía abandonar la práctica de Falun Dafa. Aclaré la verdad sobre Falun Dafa y les dije que nada podría impedirme practicar. Luego me pidieron que prometiera no ir a apelar a Beijing, pero rechacé su petición nuevamente.
Pronto vino un supervisor más alto. Dijo que era un buen empleado y que no quería dejarme ir, pero solo tenía diez días para tomar una elección. Si me negaba a firmar una declaración, sería despedido.
"Sabe que nunca me tomé ningún día por enfermedad, y trabajé duro desde que comencé a practicar Falun Dafa", le dije. "Si todos siguiéramos los principios de 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia', nuestra sociedad mejoraría. Por favor haga llegar mis palabras a los superiores. Espero que en todos los niveles, los líderes conozcan los hechos y elijan sabiamente. Nada afectará mi determinación para practicar Falun Dafa".
Hicieron que mi madre me rogara que dejara la práctica. Enviaron a más policías para vigilarme cada día.
Fui arrestado muchas veces, recluido en campos de trabajo forzado tres veces y condenado ilegalmente una vez a diez años de prisión. Esto trajo mucho dolor a mi familia. Mi rango y título en el trabajo fueron reducidos así como mi salario. Incluso bloquearon mi pensión. Fui torturado y golpeado, electrocutado con picanas eléctricas, privado de sueño, alimentado a la fuerza, inyectado con drogas desconocidas, y más. Nada, sin embargo, pudo influir en mi voluntad de practicar Falun Dafa.
En un artículo titulado "Algunos pensamientos míos", Shifu dijo:
"Debería ser conocido, una vez que una persona aprende la verdad y el genuino significado de la existencia de la vida, no se arrepentiría de dar su vida por ello" (Escrituras esenciales para mayor avance (II)).
Seguí aclarando la verdad donde fuera que estuviera. Por ejemplo, sesenta y un presos decidieron renunciar al partido comunista chino (PCCh) y sus organizaciones afiliadas durante los primeros diez meses que estuve en un centro de detención. Ellos aseguraron que mejorarían su comportamiento en el futuro.
Ya sea que estuviera en un campo de trabajo forzado o en una prisión, no importa cómo fui perseguido, no cooperaba, y me negaba a ser transformado. En cada ocasión, pude conservar la dignidad.
A pesar de todo, sé que todavía tengo que mejorar y debo continuar siendo diligente, transitar bien mi camino, y cumplir con el título de discípulo del período de la rectificación del Fa.
¡Gracias Shifu! ¡Gracias, compañeros practicantes!