(Minghui.org) Soy ejecutivo en una compañía y practico Falun Dafa desde 1998. A lo largo de mi camino de cultivación, he superado algunas pruebas y también he tropezado en otras. Sin embargo, con la protección y la ayuda misericordiosa de Shifu, logré soltar mis apegos y ajustarme a los requisitos del Fa. Permítanme compartir mis experiencias.
Para mi siempre existió un problema que consideraba imposible de resolver. Los clientes con los que tenía acuerdos comerciales me hacían regalos continuamente. Al principio, simplemente me negué a aceptarlos, lo cual les ocasionó cierta inquietud, porque en China esta es una práctica aceptada en los círculos comerciales.
Después de estudiar el Fa, comprendí que era importante explicarles que, al ser practicante de Dafa, no podía aceptar obsequios gratuitos. Cuando hice esto, el resultado fue mejor de lo que esperaba, porque pude aprovechar la oportunidad que me brindó la situación, para ayudarlos a comprender la verdad sobre Falun Dafa y sobre la persecución que padece en China. Algunos, después de escucharme, incluso retomaron la práctica.
En la actualidad, el mundo de los negocios en China, es exactamente como describe Shifu:
“Hoy en día, en China, tanto en las compañías estatales como en las demás empresas, los conflictos entre uno y otro son muy particulares. Es un fenómeno que nunca ha ocurrido en otros países o en la historia, por lo tanto, los conflictos de intereses se muestran especialmente agudos: se tejen intrigas en mutuas peleas y se compite por pequeñas ventajas, los pensamientos que se emiten y los trucos que se usan son muy viles, hasta es difícil ser una buena persona” (Cuarta lección - Zhuan Falun).
La empresa en la que trabajo pertenecía al estado. A medida que la empresa se privatizaba, algunos de los empleados intentaron, a toda costa, adquirir el mayor número posible de participaciones de la compañía. Alguno incluso intentó adueñarse de la compañía.
En un ambiente así, me resultaba difícil no caer en la tentación de luchar por ventajas y beneficios. Sin embargo, cada vez que el equipo de gestión se reunía para discutir los planes de la empresa, me recordaba que era un cultivador de Dafa; obviaba los beneficios personales y anteponía las necesidades de los demás empleados. Con mi colaboración, nuestra compañía tomó el camino correcto y nuestras ganancias comenzaron a crecer gradual e incesantemente.
El presidente de la compañía se disponía a jubilarse, así que me dejó al cargo de sus funciones y responsabilidades durante la etapa de transición. Pero, un día, sin previo aviso, anunció que uno de sus parientes, que tenía un cargo inferior al mío, me reemplazaría y se haría cargo de la dirección general de la empresa. A muchos les sorprendió tal decisión. Algunos creyeron que me habían tratado injustamente, y que yo era la persona que debía ocupar tal puesto.
A muchas personas no les resultó fácil aceptar aquella decisión, incluso hubo un momento en que llegué a sentirme molesto. Pero enseguida, entré en razón y comprendí que debía afrontar todos los conflictos desde la perspectiva del Fa.
Shifu nos dijo:
“…a veces piensas que esa cosa es tuya e incluso los demás te dicen que esta cosa es tuya, pero en realidad no es tuya. Probablemente consideres que es tuya, pero en última instancia no es tuya y, en medio de esto, se te pone a prueba para ver si puedes dejarlo o no; si no puedes dejarlo, entonces es un corazón de apego y se tiene que emplear este medio para quitarte este corazón de búsqueda de beneficios, es precisamente esta cuestión” (Séptima lección - Zhuan Falun).
Cuando algo no me pertenece, sencillamente tengo que aceptarlo. Aunque entendía completamente la situación desde la perspectiva del Fa, no podía evitar pensar en ella.
Le di muchas vueltas a cómo debería comportarme y cooperar con el nuevo presidente. Pensé que aunque cambiara mi modo de pensar y actuar, podría herirlo si no abandonaba mi mentalidad de exjefe. Así que le dije, honestamente:“He decidido, a partir de ahora, apoyar al nuevo consejo de dirección, de corazón. Colaboraré con usted, desde la administración y resolveremos los problemas como un verdadero equipo".
Mi sinceridad me ayudó a ganarme su confianza. Fui el primero en acatar las nuevas políticas y planes de la compañía. Sí, surgieron problemas, y trabajé activamente en equipo para solucionarlos. Cuando encontrábamos algún tipo de resistencia, investigaba hasta descubrir el origen del problema, lo resolvía y continuábamos avanzando. También, con bondad, señalé algunas carencias y propuse planes de mejora.
Con el paso del tiempo, fueron disolviéndose los resentimientos derivados de los conflictos y desacuerdos, entre los miembros del equipo de gestión. Todos colaborábamos, lo que propició un ambiente de trabajo positivo en toda la empresa. Descarté el apego a sentirme tratado injustamente, e incluso tomé la iniciativa de cooperar estrechamente con el nuevo consejo de dirección. Muchos de mis compañeros del equipo de gestión comenzaron a hacer lo mismo.
Todos los empleados de mi compañía sabían que yo era practicante de Dafa, y muchos mencionaron que gracias a Dafa, había conseguido tomar todo este asunto con ligereza. El nuevo jefe, también me ofreció su apoyo.
A menudo buscaba hacia dentro y descubría que todavía albergaba exultación y un fuerte apego a la comodidad. Llegué a comprender que yo todavía carecía de muchas de las cualidades de gestión necesarias para optar al cargo de presidente: una toma de decisiones sólida, espíritu de innovación, conocimientos generales de la completa gestión de la empresa, etc.
Además el nuevo presidente, reunía muchas cualidades sobresalientes, especialmente en el ámbito de la gestión empresarial. Pero sobre todo, si me hubieran nombrado presidente, me habría convertido en el foco de atención de los conflictos. Debido a mis muchos apegos, me habría sido difícil desempeñar correctamente el papel de mediador, lo cual hubiera provocado sufrimiento dentro de nuestra empresa.
Después de cultivar Dafa durante tantos años, he cambiado y he hecho algunos progresos. Sin embargo, todavía no estoy a la altura de las expectativas del Maestro.
Muchos de mis colegas aún no han entendido la verdad de los hechos de la persecución a Falun Dafa. Debo atesorarlos. y hacer el mejor uso de mi tiempo para hacer las tres cosas bien. He decidido cultivarme como al principio, para poder cumplir el voto histórico que hice ante el Maestro.
Esta es mi comprensión personal. Por favor, señalen, con bondad, todo lo que no sea apropiado.