(Minghui.org) Practiqué artes marciales desde que era pequeña. Cuando crecí, a menudo salía de gira para competir. Creía que te hacían saludable y fuerte, aún estando cerca de los setenta años. Pero no sería para siempre.
Hace un par de años, de repente, comencé a vomitar. Esto duró varios días. Me sentí realmente débil y apenas podía mantenerme de pie. Mi esposo e hijos me llevaron al hospital, donde me diagnosticaron gastritis aguda. Tuve suerte de haber sido tratada a tiempo. Estuve internada por más diez días. Después que salí ya no tuve la energía para practicar artes marciales.
Algún tiempo después me encontré con mi sobrina, Hui Xin. Ella es practicante de Falun Gong, y me habló sobre la práctica, sobre los crímenes que cometió a lo largo de los años el partido comunista chino (PCCh) y qué tan importante es renunciar al partido para tener un futuro brillante. Estuve de acuerdo en hacerlo. También me contó que recitar “Falun Dafa es bueno” me traería bendiciones y me ayudaría a recuperar la salud.
Recordé lo que dijo y a menudo repetí: “Falun Dafa es bueno”. Después de un tiempo, de hecho, me recuperé por completo. Estaba feliz.
En el invierno de 2016, mi esposo estaba ocupado cosechando los campos, y de repente perdió el control de su cuerpo. Cuando llegué, estaba tendido sobre el suelo y no podía moverse. Aunque tenía los ojos bien abiertos, lucía como un muerto. Me asusté.
Llamé a mis hijos para que vengan a casa y luego fuimos al hospital. Mientras íbamos en el auto, recordé las palabras mágicas “Falun Dafa es bueno” y se las mencioné a mi marido para que las diga. Mis hijos y yo las recitamos juntos. A mitad del trayecto, mi esposo de repente se sentó y nuevamente pudo moverse. Cuando se enteró que íbamos camino a un nosocomio, nos manifestó que estaba bien y que quería ir a casa. Los chicos insistieron en llegar al hospital para un chequeo, pero allí no le encontraron nada malo.
Mi familia fue testigo del poder de Dafa y estaba muy agradecida. Le conté a mi sobrina cómo experimentamos los beneficios de recitar “Falun Dafa es bueno”, y todos renunciaron al PCCh cuando ella nos visitó.
Ahora soy una nueva practicante de Falun Gong. Mi familia también se beneficia de Dafa. Mis hijos tienen buenos trabajos y mis nietos son brillantes y amables. Todos apoyan mi práctica. Somos bendecidos por Dafa.
Seré diligente en mi cultivación y haré bien las tres cosas, para poder retornar a mis orígenes con el Maestro.