(Minghui.org) Desde mediados y hasta finales de la década de los ochenta, a medida que el qigong se popularizaba, parecía como si tuviera algún tipo de relación predestinada con el qigong. Cuando alguna nueva práctica se hacía pública, asistía a los seminarios o la aprendía solo. Para estar enterado de las últimas noticias, llegué a estar suscrito a tres revistas de Qigong.
Mirando en retrospectiva, debido a las diversas interferencias, tardé bastante en comenzar a practicar Falun Dafa. Pasaron dos años desde que se difundió públicamente hasta que lo conocí, en 1994.
Uno de mis colegas se presentó con algunos materiales informativos de Falun Dafa en mi oficina.
"¿No le gusta practicar Qigong?", me preguntó. "¿Por qué no está practicando Falun Dafa? Ha practicado varios qigong de niveles inferiores pero ninguno es gran cosa. Falun Dafa es una práctica que le enseñará a alcanzar los niveles más altos. ¿Por qué no prueba Falun Dafa?”.
No comprendí bien lo que me decía, así que le pregunté: "¿Cómo puede fomentar su práctica y menospreciar las mías?. No entiendo bien de lo que habla, y menos aún voy a prestar atención a sus sugerencias".
Había estado leyendo propaganda, que difamaba a Falun Dafa, en los medios del partido comunista chino (PCCh) y esto me impedía escuchar.
La esposa de mi colega me preguntó, en 1998: "¿Quiere echarle un vistazo a este libro de Falun Dafa? Es realmente bueno y le muestra a la gente cómo ser una buena persona".
Cuando vi a mi esposa leyendo Zhuan Falun, decidí leerlo yo también. Era la primera vez que la veía leer un libro sobre qigong.
Antes de terminar el libro, sentí que se trataba de algo maravilloso, porque enseñaba a las personas a ser buenas y a transitar un camino recto. También pude sentir los profundos significados internos que transmite. Además, respondió a preguntas que tenía desde hacía mucho tiempo. Sentí que mi visión del mundo había cambiado completamente, después de leer Zhuan Falun.
Sin embargo, no volví a tocar Zhuan Falun durante los 14 años siguientes; aunque leía los artículos que publicaba el Maestro Li (el fundador), cada vez que mi esposa lo hacía.
Antes lo ignoraba, pero después de comenzar a practicar Falun Dafa, comprendí que el Maestro Li nunca había renunciado a mí.
Mi esposa salió a contarle a la gente los verdaderos hechos sobre Dafa, en la primavera de 2012, y fue arrestada. Los oficiales de policía del departamento de seguridad doméstica saquearon mi casa y confiscaron nuestra computadora portátil y un gran número de materiales de Dafa.
Me quedé estupefacto. Entendía que los agentes de policía arrestaran a las personas malas, pero ¿por qué se enfocaban en nosotros?
El tiempo que mi esposa permaneció detenida en un centro de lavado de cerebro, no le permitieron salir de su habitación, darse una ducha o hacer llamadas telefónicas. Sus colegas la presionaron para hacerla abandonar la cultivación.
Los agentes del departamento de seguridad nacional la amenazaron: "Si no te ‘transformas’, tu hijo no podrá viajar al extranjero, ni enrolarse en el ejército o en el partido". Pero, en todo momento, conservó a Falun Dafa en su corazón y no cedió.
Sabía que el PCCh era malo, pero nunca esperé que lo fuera tanto. Probé a llamar a mis contactos para intentar sacarla del centro de lavado de cerebro, pero la gente se quedaba petrificada en cuanto les comentaba que era un asunto relacionado con Falun Dafa.
Falun Dafa me enseñó que: “El mal sacará provecho si uno tiene miedo”. Como estaba apegado a mi hijo, lo usaron para amenazarme. Una política que aplica el PCCh, es que si los padres practican Dafa, sus hijos perderán la oportunidad de alistarse en el ejército o de ser ascendidos.
Me preocupaba que mi esposa permaneciera detenida durante mucho tiempo, así que recurrí a personas comunes y corrientes en busca de ayuda, pero todo esfuerzo fue en vano. Esta situación me llevó al borde de una crisis mental.
Mientras estaba detenida, llegué a comprender realmente que debido a las malas acciones y mentiras esparcidas por la propaganda del PCCh, las personas habían sido profundamente envenenadas y engañadas; y se sentían amenazadas.
En cambio, me sentí feliz cuando vi los corazones firmes de los practicantes, su creencia en Dafa y los esfuerzos que hacían para ayudar a las personas a que entendieran la verdad. Esta comprensión me llevó al estado de motivación idóneo para comenzar a practicar Falun Dafa.
Después de que mi esposa fuera liberada del centro de lavado de cerebro, sentí tanta pena y dolor, que desperté realmente. Fue entonces cuando decidí embarcarme en un viaje lleno de esperanza y elegir practicar Falun Dafa durante el resto de mi vida.