(Minghui.org) Cientos de miles de personas se han beneficiado de practicar Falun Dafa (también conocido como Falun Gong) desde que el Señor Li Hongzhi, el Fundador de Falun Dafa, la presentó al público en 1992. Los practicantes de Falun Dafa saben que la disciplina tiene efectos milagrosos en curar enfermedades, y hasta la gente que simplemente cree y sinceramente recita “Falun Dafa es bueno”, ha recibido asombrosos beneficios.
Compartiré una historia real de la cual fui testigo en persona.
Una vida miserable
Un día, un anciano con bastón vino a mi clínica cuando le estaba tomando la presión arterial a un paciente. Parecía tener más de 70 años, y caminaba muy lento. Por mi experiencia, parecía tener un problema de atrofia de cerebelo.
Él ya había estado antes aquí, pero esta vez se lo veía peor. Su casa estaba solo a unos pocos cientos de metros, pero le llevó un gran esfuerzo regresar a su hogar. Después que tomó la medicina y que estuviera a punto de partir, decidí ir con él, ya que estaba preocupado de que algo le ocurra en el camino.
Mientras caminamos juntos, me contó que tenía tres hijos, y que todos eran exitosos. Pero que ninguno quería cuidar de él.
Cuando llegamos a su vivienda, vi un montón de cajas de galletas sobre la cama. Me explicó que sus hijos no le permitían usar el horno a gas, por el caso que se olvide de apagarlo. Y que la gente de la oficina residencial local, regularmente también pasaba para recordarle que no lo usara por la seguridad de sus vecinos.
Estaba muy triste de haber escuchado eso. Pensé que su situación podía cambiar solo si recibía bendiciones del cielo. Le pedí que recite: “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. Le conté que en tanto él crea y sinceramente repita estas palabras, sería bendecido.
Ordené comida para llevar antes de irme, y quedó muy conmovido.
Pasó a ser otra persona en 20 días
Alrededor de 20 días después, un hombre entró en nuestra clínica. Se sentó frente a mi silla y dijo: “¿Aún me recuerda?”. Lo miré por un momento antes de darme cuenta de que era la persona que había escoltado hasta su casa.
Lucía 10 años más joven y su cara era sonrosada. Estaba muy feliz de verlo. Me paré y le estreché la mano. Mi colega me preguntó: ¿Es el hombre que vino hace algunas semanas? No parece el mismo. Luce mucho más joven. Pasó a ser otra persona”.
El señor mayor no paraba de agradecerme. Y le dije: “No me agradezca. Es mi Maestro, el Señor Li Hongzhi que le salvó la vida. Debe agradecerle a Él”. Entonces lo hizo.
Y continuó: “He recitado `Falun Dafa es bueno´ cada día desde que usted se fue. Cuanto más recitaba las palabras, más fuerte me sentía. Ahora estoy mejorando mucho”.
También le conté que renunciar al partido comunista chino (PCCh) le daría un futuro brillante. Él dijo: “Lo escucharé. ¡A lo que sea que usted quiera que renuncie, lo haré!”.
Luego renunció al PCCh.
Estoy muy feliz de que el hombre mayor haya elegido un futuro brillante.