(Minghui.org) Soy una profesora jubilada. Empecé a practicar Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, en 1996. He sufrido altibajos en mi camino de cultivación. Cuando el partido comunista chino (PCCh) inició la persecución, me volví confusa y dejé de practicar. Aún así, el Maestro Li Hongzhi, fundador de Falun Gong, no me abandonó y me envió todo tipo de pistas.
Después de que retomé la cultivación, sentí verdadera fuerza y que la vida tenía significado. Desde entonces me han pasado muchas cosas inolvidables y me gustaría compartir algunas con ustedes.
El Maestro me ayudó a salir del abatimiento
Mi hijo y su esposa no se sentían cómodos que una extraña cuidara a mi nieto así que, hace seis meses, me pidieron que lo cuidara. Eso significó que tuve que hacerme cargo de todas las tareas del hogar, incluyendo las compras, cocinar, lavar la ropa y limpiar la casa. Soy una perfeccionista, así que intentaba hacer todo a la perfección.
Estaba tan ocupada que ni siquiera me tomaba un descanso para almorzar. Aunque mi nuera trajo a su madre para ayudar, las cosas empeoraron. Tiene diabetes y se lesionó la espalda cuando era joven, por lo que no puede encargarse de realizar tareas domésticas pesadas o cocinar. Se comportaba como una neurótica con respecto a la limpieza, haciéndome que limpiara el suelo y las habitaciones todo el tiempo. También tenía que cocinar la comida a su gusto. Poco a poco, empecé a desarrollar resentimiento hacia ella. Sentía que, para ellos, yo era solo una niñera bien pagada, que trabajaba duro.
Un día, mi consuegra le comentó a mi nieto que yo estaba ocupada como un robot, y el resentimiento que había crecido dentro de mí durante mucho tiempo se derramó. Le dije enojada: "¡Soy una practicante, no un robot!".
Me calmé y después reflexioné cuidadosamente. Me pregunté: "¿Soy una practicante? ¿Cómo puedo considerarme una practicante si no estudio el Fa, no hago los ejercicios y no miro hacia adentro? Las cosas no suceden por casualidad. ¿Cuál es el apego que me ha llevado a esta tensión en el seno de mi familia?”.
Gradualmente, caí en la cuenta de que tenía apego a ostentar, a validarme y a la reputación. En lo profundo de mi corazón también estaba apegada a la comodidad, a la queja, al resentimiento y a los celos. Estaba resentida por que mi hijo y su esposa no apreciaban mi duro trabajo. También me encontraba celosa de que mi consuegra disfrutara de los servicios que yo proveía.
Estas nociones humanas provenían de mi apego a la emoción que se entrelazaba con el apego a validarme. Me vi atrapada en un enorme pozo de inmundicia, donde la interferencia me estaba confundiendo. No conseguía liberarme. Me sentía impotente.
Un día, pensé de repente en algo que enseñó el Maestro:
“Pero desde la perspectiva de un cultivador, si todos te tratan tan bien, ¿cómo podrías cultivarte? ¿Cómo pueden ser expuestos tus apegos? ¿Cómo puedes mejorar? ¿Cómo puedes eliminar ye? ¿No es este el asunto? Por lo tanto, no deberías tener una mente instigadora al encontrarte con estas tribulaciones” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Nueva Zelanda).
Al iluminarme a esto, fortalecí mis pensamientos rectos y eliminé activamente las nociones humanas y la interferencia del mal. Limpié mi conciencia principal y purifiqué mi ambiente de cultivación.
Como esta era mi casa, supe que debía tomar una decisión. Le dije a mi hijo y a su esposa que contrataran a una niñera, y estuvieron de acuerdo. Una compañera practicante que conocía, estaba buscando trabajo en ese momento, y aceptó el empleo.
Ahora, tenemos un buen ambiente de cultivación. El Maestro había arreglado que encontrara a esta persona en mi camino de cultivación. ¡Agradezco mucho al Maestro que me haya rescatado del insondable pozo del sentimentalismo!
La cultivación no tiene ninguna condición
Incluso con ayuda adicional, todavía tengo que eliminar apegos y mejorar mi carácter.
Hago los ejercicios con la niñera por la mañana temprano, y estudiamos el Fa antes de dormir. Durante el día, nos hacemos cargo de mi nieto y de las tareas domésticas. Cuando me echaba a dormir la siesta con el niño después de comer, le decía a la niñera que podía descansar, también. Pero mi nuera siempre le encontraba a la niñera fallas, o le daba algunas cosas triviales que hacer. Mi nuera sabía que éramos practicantes, así que se suponía que nos debía apoyar. Esta situación me hacía sentir molesta.
Le dije a la niñera: "Es realmente una ignorante. Debería saber que una persona que respeta a un cultivador obtendrá recompensas en el futuro. Se está creando yeli (karma) por tratarnos así".
Con este pensamiento humano en mi mente, todo mi entorno familiar cambió. Nadie parecía contento ni hablaba amablemente o escuchaba tranquilamente.
Una noche, después de estudiar el Fa, le pregunté a mi compañera practicante si pensaba que lo que yo le había dicho estaba alineado con el Fa.
Expresé: “¿Me comporté de acuerdo a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia? ¿Tengo todavía el apego al conflicto? ¿Estoy respondiendo correctamente a las críticas?".
Respondió: "Estoy aquí para trabajar. Debo cumplir todas las tareas que me asigna. Solo pienso en satisfacerla".
Me di cuenta que me había equivocado. No había entendido el Fa y no me había alineado con Él. Miraba las cosas desde un punto de vista humano, desperdiciando oportunidades para mejorar. No había eliminado totalmente mis apegos a la emoción y a validarme.
El Maestro explicó:
“El xiulian no tiene ninguna condición, si quieres el xiulian, entonces haz el xiulian” (Zhuan Falun).
Las cosas cambiaron en cuanto rectifiqué mi forma de pensar, y de enviar pensamientos rectos. Las dos tomamos las tareas extra de limpieza como una oportunidad para mejorar nuestro xinxing. No volví a quejarme de mi nuera. Desde entonces, hemos convivido felices.
Sí, la cultivación es incondicional. Se puede hacer en cualquier circunstancia.
Cultivar el habla
En otra ocasión, se manifestó mi apego al resentimiento. Un día, mi nuera le compró a su hijo un coche de policía de juguete. La niñera comentó que lo que más odian los practicantes son los coches de policía. Mi hijo replicó: "Mi mama, también".
Me preocupé de que esto diera lugar a un malentendido, y que la gente pensara que los practicantes carecían de compasión. Tal equívoco podría convertirse en un obstáculo para salvar a la gente, así que necesitaba aclararse.
Expliqué rápidamente: "Se trata solo de esos policías malvados que siguen las órdenes de Jiang Zemin y conducen coches de policía para arrestar a la gente buena".
Inmediatamente enviamos pensamientos rectos para eliminar la interferencia de las viejas fuerzas en otras dimensiones.
Nos dimos cuenta de que los practicantes no debemos irnos a los extremos y debemos prestar especial atención a lo que decimos y a las palabras que utilizamos, para no repetir los términos de la gente común que usa el partido. Debemos mirar hacia adentro acerca de todo lo que sucede y cultivar la compasión en todo momento, para que la gente pueda percibir la amplitud de nuestras mentes. Es la única manera en que podremos alcanzar el nivel que el Maestro dijo que debemos alcanzar los practicantes del período de la rectificación del Fa.
El Maestro dijo:
“La compasión puede disolver Cielo y Tierra y traer la primavera
Los pensamientos rectos pueden salvar a la gente en el mundo” (El Fa rectifica el cosmos).
El Maestro arregla todo
Las pruebas siempre se suceden. Un día del mes pasado, mi hijo me dijo preocupado: "Los directivos de mi empresa dicen que hay escasez de dinero y han pedido un recorte de 20% de empleados. Si me despidieran tendría que quedarme en casa contigo cuidando del niño".
Mi nuera se preocupó y dijo: "Tiene casi 40 años. No será demasiado fácil encontrar un buen trabajo otra vez".
Yo no me preocupé porque creo que el Maestro arregla todo. Mi hijo ya conoció y entendió la verdad sobre Falun Gong y renunció al partido comunista chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas. No debería tener problemas en su trabajo.
Le aconsejé: “El Maestro Li dice que tomemos las cosas como vienen, con naturalidad”.
El Maestro describió:
“…nosotros los cultivadores hablamos de seguir el curso natural: si algo te pertenece, no lo pierdes, y si algo no es tuyo, no lo consigues por más que luches” (Zhuan Falun).
Hace unos días, mi hijo me comentó: "Los despidos se cancelaron. No habrá ninguno en mi departamento. Llamaron a los que ya se habían ido para que regresaran".
El Maestro protegió otra vez a su discípula y a su familia. Con tranquilidad, agradezco la gran compasión dal Maestro.