(Minghui.org) Soy una médica retirada. Afortunadamente me encontré con Falun Dafa en agosto de 1994. Gracias a practicar Falun Dafa, excreté cálculos de ambos riñones y mi función hepática se normalizó. Estos hechos fueron bien conocidos por los que me rodeaban.
¿Por qué yo, una médica entrenada en medicina occidental, decidí tomar el camino de cultivación en Falun Dafa? Déjenme contarles mi experiencia personal:
En 1990, comenzaron a progresar síntomas de dolor abdominal, diarrea, distensión abdominal y pérdida de peso. El dolor y la hinchazón a veces me despertaban por la noche. Mi cuerpo estaba muy débil. Pasé por numerosas pruebas que incluían tomografías computarizadas, ecografías, radiografías, endoscopia, pruebas de función hepática, etc. Me encontraron cálculos en los riñones y transaminasas altas (un marcador del estado del hígado). Consulté a muchos especialistas en hospitales de Beijing e incluso enviaron muestras de sangre al extranjero para que fueran examinadas, pero la confirmación de un diagnóstico fracasó. Tomé diferentes tipos de medicamentos y hierbas, y me puse muchas inyecciones. Gasté mucho dinero en suplementos nutricionales y probé muchos remedios. Con todo, mi nivel de transaminasas continuó muy alto. La tortura de la enfermedad y el dolor debilitaba mi cuerpo cada día y afectaba directamente mi capacidad para trabajar. Finalmente tuve que retirarme para recibir tratamientos durante varios años. Los especialistas dijeron que no podían hacer un diagnóstico definitivo y que no tenían una manera efectiva de tratar mi condición, y que solo podían tratar algunos de mis síntomas, y sugirieron descanso y ajustes en la dieta. Estaba muy desilusionada de la medicina. Al no tener alternativa, traté de aprender algo de qigong pero no tuve ningún efecto. Me desgasté física y mentalmente y perdí la voluntad de vivir.
En 1994, escuché a un anciano decir que había practicado Falun Dafa por 3 meses y que eso no solo podía curar enfermedades y mejorar la salud, sino que también podía guiar a las personas a niveles más altos. Su rostro resplandecía de salud. Me interesé mucho y quería practicar Falun Dafa. En agosto de 1994, comencé a practicar después de leer Falun Gong (libro de introducción a los principios de Falun Dafa y de instrucción de los ejercicios).
Un día, de repente desarrollé un dolor insoportable en la zona del riñón derecho. Tuve vómitos severos y me deshidraté. Mi familia me envió al Departamento de Urología del Hospital de Beijing en emergencias. Una ecografía mostró edema en el riñón derecho con obstrucción por cálculos y fui ingresado en el hospital. Los urólogos me dijeron que la piedra (1,2 cm) era demasiado grande para ser excretada por métodos convencionales, como tomar medicamentos, y que solo podía tratarse por litotricia (trituración de la piedra mediante tratamiento con ultrasonido) o cirugía abierta. La litotricia a menudo tiene efectos secundarios graves, como pérdida de la función renal, hemorragia e infección. Recomendaron la cirugía abierta como la mejor estrategia, pero debido a mi mala salud por los trastornos del sistema digestivo y las enfermedades crónicas, no creí que fuera una opción segura. Solicité ser dada de alta del hospital.
Persistí en practicar Falun Gong mientras estaba en el hospital y después de ser dada de alta. Escuché las conferencias del Maestro Li en cintas de audio y leí Zhuan Falun [el libro principal de los principios de Falun Dafa] una y otra vez. El Maestro Li nos pide que nos consideremos practicantes, que mejoremos nuestro carácter, que renunciemos a los apegos de fama e intereses personales y que eventualmente nos asimilemos a las características del universo: Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Adquirí un nuevo entendimiento sobre el cuerpo humano y la vida, así como sobre el universo. Mi mente se había elevado y ya no estaba ansiosa por mi enfermedad. Junto con la elevación de mi mente, mi salud mejoró milagrosamente. Aproximadamente dos meses después del alta, tras orinar, despedí un cálculo renal grande, amarillo y ovalado cuando estaba haciendo la meditación sentada en casa. Fui al hospital para un seguimiento. Me dijeron que el riñón derecho no tenía cálculos ni edema, y que el tamaño del riñón estaba dentro del rango normal. Había tres cálculos pequeños en la parte inferior del riñón izquierdo. Un mes después, mi orina estaba turbia con sedimento blanco lechoso. No fue sorprendente que cuando fui a un chequeo en el hospital, la radiografía mostró que solo quedaba una pequeña piedra de forma irregular de 6 mm en la parte inferior del riñón izquierdo. El médico dijo que sería muy difícil que pasara si se lo dejaba sin atención. Continué practicando Falun Gong. Poco después, esta piedra también pasó sola mientras estaba haciendo la meditación sentada.
A través de la práctica de Falun Gong, excreté cálculos renales que de otra manera habrían tenido que ser extraídos mediante cirugía o con terapia de ultrasonido. De hecho esto fue un milagro médico. A principios de 1996, una revisión médica anual de rutina reveló que mi nivel de transaminasas había descendido a niveles normales. La función de mi sistema digestivo también se normalizó, ya que los síntomas como dolor abdominal, diarrea y distensión desaparecieron. Ahora puedo disfrutar de una dieta normal, mientras que antes no podía comer frutas ni alimentos fríos, ni aun durante el verano. En el pasado, era delgada y pálida, y no tenía fuerza. Ahora tengo un cutis sano y sonrosado, puedo caminar rápidamente y sentir que me están empujando mientras ando en bicicleta. Mi espíritu también ha mejorado mucho. Mis conocidos me dicen que me convertí en una persona diferente después de practicar Falun Dafa.
Nota del editor: Publicado en el libro: Vida y esperanza renovadas: El poder curativo de Falun Dafa Copyright (C) 2005, www.Falun Dafa.Org