(Minghui.org) Considero que fortalecer mis pensamientos rectos es el proceso de cultivación más importante en mis 20 años de práctica de Falun Dafa. Durante ese proceso, experimenté muchas tribulaciones. Hice un gran avance con la ayuda del Maestro. También he dado un paso adelante para aclarar los hechos a las personas cara a cara después de eliminar mi miedo.
Después de que un día llegué a casa del trabajo, varios policías aparecieron y me arrestaron. Saquearon mi casa, tomaron fotos, confiscaron mis pertenencias y me llevaron a un centro de detención.
Primer interrogatorio
Estaba aturdido. Los dos primeros días de detención, el tiempo parecía pasar muy lentamente y yo estaba muy triste. Pero, afortunadamente, tenía el Fa en mi corazón y para ocupar mi mente recitaba Hong Yin II y Lunyu. Poco a poco me fui calmando.
Me interrogaron cuatro veces y comprendí que, como practicante, uno no necesita responder preguntas ni firmar ningún documento. Sin embargo, no estaba muy seguro.
Durante el primer interrogatorio, estaba temblando de miedo y no podía quedarme quieto. Pero mi mente era muy clara y respondía bien a todas las preguntas.
También pude consultar artículos del sitio web de Minghui. Cuando mencionaron el artículo 300 del código penal, dije que la libertad de creencia estaba garantizada en la Constitución. A pesar de lo que dijeron, simplemente seguí aclarando los hechos sobre Dafa.
Un joven policía con videocámara lo grababa todo. Más tarde descubrí que, debido a que me negué a dar una confesión o firmar algo, intentaron usar el video como prueba.
Después de regresar a mi celda, traté de recordar lo que había dicho y si había dicho algo inapropiado que pudiera usarse en mi contra.
Después de mirar dentro, encontré mi apego: tenía miedo de ser sentenciado. Si yo fuera condenado, me di cuenta de que todos los involucrados habrían cometido un pecado contra Dafa. Debía negar completamente el arreglo de las viejas fuerzas por el bien de los seres conscientes.
También me di cuenta de que estaba rencoroso con la policía. Seguí recitando el Fa, miré hacia adentro y envié pensamientos rectos para eliminar a los seres malvados, así como los factores detrás de los que estaban involucrados en perseguirme.
Segundo interrogatorio
Cuando iba a ser interrogado por segunda vez, le pedí ayuda a Shifu. Le dije: “Maestro, debo hacerlo bien y no permitir que estos seres cometan crímenes contra Dafa. Por favor, fortaléceme".
Era el mismo policía que me había interrogado la primera vez. Estaba muy sereno y no tan asustado como la primera vez. Después de que salió de la habitación por un momento, pensé que estos oficiales de policía realmente eran dignos de lástima, estaban haciendo el mal y no lo sabían.
A su regreso, el oficial me preguntó qué estaba pensando. Dije que estaba pensando en él y sus colegas. Dije que Falun Dafa sería absuelto y me preguntaba qué harían él y sus compañeros en ese momento.
Entró la persona que había saqueado mi casa. Le dijo al otro oficial que no había confesado ni firmado ninguno de sus documentos. Luego agitó un documento frente a mí, diciendo que era una lista de los delitos que había cometido. No lo miré ni mi corazón se conmovió.
Durante este interrogatorio, me informaron que habían hablado con funcionarios y personas en mi lugar de trabajo. La respuesta fue positiva.
Cuando regresé a mi celda, otro recluso me dio una bolsa de manzanas. Pensé que era el Maestro recompensándome.
Tercer interrogatorio
El tercer interrogatorio se realizó en la fiscalía. Hablé sobre la libertad de creencia y la libertad de expresión. Mientras me interrogaban, uno de los funcionarios hojeaba un extenso documento con fotos de mi casa saqueada.
Después de volver a mi celda, me sentí un poco incómodo. El documento era muy extenso y contenía tanta evidencia que me incriminaba. Inmediatamente me puse alerta y pensé que no debía reconocer nada de eso, todo eran ilusiones. Con el Maestro a cargo, nadie me podía tocar.
Cuarto interrogatorio
La cuarta vez que me interrogaron, me pusieron en una silla de tortura hecha a la medida, pero no pudieron atar las correas. Dijeron todo lo que se les ocurrió para amenazarme y obtener pruebas para incriminarme. Hablé sobre la libertad de creencia y expresión.
Al final, los funcionarios de la fiscalía decidieron no procesarme debido a la falta de pruebas. Me liberaron después de 39 días de detención, dos días después de mi cuarto interrogatorio.
Mientras estaba siendo perseguido, permanecí recto y firme en mi cultivación. Pude eliminar muchos apegos y, en consecuencia, fortalecer mis pensamientos rectos.
El Maestro dijo:
"A pesar de las tribulaciones demoníacas experimentadas por los dizi,
la voluntad no se quiebra bajo las pesadas presiones
No se habla sobre qing entre el Shifu y los dizi,
la bondad del Fo crea de nuevo Cielo y Tierra
Con los dizi repletos de pensamientos rectos,
el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo".
(Bondades entre el Shifu y los dizi, Hong Yin (II))