(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en enero de 1998. He sido testigo de muchos incidentes increíbles en estos 20 años.
Mi familia administra un hotel. Un agricultor se registró una noche de marzo de este año. No podía caminar así que hubo que transportarlo. Padecía tal dolor abdominal que le impedía subir las escaleras hacia su habitación. Nosotros tenemos camas de ladrillo con calefacción en el primer piso, por lo que le preparé una.
Mientras se la preparaba, él descansaba cerca de la cama, así que le clarifiqué la verdad acerca de Falun Dafa. Le expliqué las muchas maneras en que me he beneficiado tanto física como mentalmente de la práctica y le mencioné cómo Dafa se ha expandido por todo el mundo. Escuchó en silencio con mucha atención, asintiendo de vez en cuando.
Luego le di un amuleto que decía: “Falun Dafa es bueno”, y le pedí que repitiera las palabras frecuentemente. El campesino pareció entender lo que le conté acerca de Falun Dafa e incluso estuvo de acuerdo en renunciar al partido comunista chino (PCCh).
A la mañana siguiente lo vi sentado en el borde de la cama, dudando de si sería capaz de ponerse en pie. Le dije: “Creo que podrá levantarse, e incluso dar algunos pasos”.
Respondió: “No, no, no puedo. He sufrido esta dolencia por más de seis meses, he estado ingresado en el hospital y ni siquiera el médico pudo diagnosticar mi enfermedad”.
Afirmé: “Dafa es asombroso. Quizá hoy lo comprobará usted mismo”.
Me miró y sin pensarlo se levantó, dio algunos pasos cortos y exclamó: “¡El dolor se ha ido!”.
Caminó en círculos cada vez con más rapidez y confianza. Lleno de alegría, me dijo: “Usted es una persona bondadosa, ha sido muy bueno conmigo -es como si fuera de mi familia. Nunca había conocido a alguien así antes”.
Comprendí que aquella persona había ansiado conocer la verdad y los beneficios de Dafa. Me dio las gracias. Le dije: “No me lo agradezca a mí, agradézcaselo a mi Maestro, el Maestro Li Hongzhi”.
Un vehículo llegó para trasladarlo. Cuando mi hermana y yo quisimos ayudarlo, insistió en que no necesitaba ayuda. Lo observamos cuando se alejó en dirección al automóvil.