(Minghui.org) Soy una practicante de 63 años y comencé a practicar Falun Dafa en 1999, el año en que el partido comunista chino (PCCh) inició su persecución hacia esta práctica de cultivación.
El Maestro Li Hongzhi, el Fundador de Falun Dafa, siempre me ha estado cuidando. Cuando me va bien, Shifu me anima. Cuando estoy en medio de una tribulación, el Maestro me reconforta con su compasión. Cuando estoy confundida, Shifu me despierta. El Maestro me ha ayudado a atravesar las dificultades y obstáculos y me cuida para que recorra sólidamente mi camino de cultivación durante el período de la rectificación del Fa.
Mi vida antes de comenzar la cultivación
Nací en una familia inmersa en el comunismo y viví mi infancia sin pasar por ninguna dificultad. De hecho, tuve una vida muy privilegiada. Pero no era feliz. Era introvertida, sensible y tímida. Me alejaba de cualquiera que tuviera opiniones diferentes a las mías. Como resultado, construí un muro a mi alrededor. Me aislé, estaba deprimida, tenía neurastenia, insomnio y ansiedad, al extremo de buscar suicidarme.
Mi esposo y yo perdimos nuestro trabajo a principio de la década de los ochenta. Intentamos abrir negocios pero perdimos todo nuestro dinero y también nuestra casa. Entonces sufrí un colapso mental y enfermé aún más. No podía cuidarme y, aunque busqué todo tipo de remedios, empeoraba cada vez más. Cuando mi hermana vino a cuidarme, me sentí un poco mejor, especialmente cuando estaba cerca mío; pero tan pronto como se fue, me sentí perdida y tenía mucho miedo.
Haciendo enemigos por una mesa
Alquilamos un lugar pequeño y tuvimos que guardar algunas de nuestras pertenencias con mis suegros. Un día regresamos por una mesa de madera y no la encontramos. Así que discutí con mi cuñado, no porque la hubiera agarrado, sino por haberla cambiado de lugar. Él me atacó con una pala dejando un moretón en mi cuello. Mi esposo quería golpear a su hermano, pero lo detuve porque no quería que las cosas empeoraran.
Mi hermana estaba muy molesta y llamó a mi suegra para quejarse. Ella me empujó haciendo un escándalo. Solo quería dejarlo así y le pedí que no se involucrara.
Luego escuché de alguien que mi suegra le había dicho a otros que me había caído y que mi cuñado no me había golpeado con una pala. Estaba furiosa y comencé a odiarlos.
El estudio de Falun Dafa me dio alivio y entendimiento
Una madrugada a principios de 1999 desperté con un sincero deseo de aprender Falun Dafa. Esperé hasta el amanecer, planeando encontrar un sitio de práctica de Dafa en un parque. Sin embargo, un familiar vino y me dijo que debía ir a ver las conferencias del Maestro de Falun Dafa. Esta fue una gran noticia, ya que quería aprender Falun Dafa.
Cuando escuché por primera vez la voz del Maestro, no podía creerlo. Su voz me era muy familiar y muy amable. Con palabras no puedo expresar cómo me sentía. Por primera vez en mi vida me sentía muy feliz.
Leí los libros de Falun Dafa y comencé a medirme con los estándares de Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Poco después de comenzar a practicar, mis dolencias, que eran tan caras de tratar ¡desaparecieron! Los principios de Dafa eliminaron mi resentimiento.
El Maestro dijo:
"…cuando aparece un conflicto entre uno y otro o cuando alguno le pega una patada o un puñetazo a otro, es probable que esa persona le debiera algo al otro desde antes y que ambos estén saldando la cuenta" (Zhuan Falun).
“…una es que posiblemente tú hayas maltratado a esa persona en tu vida anterior; sin embargo, tu corazón está muy desequilibrado: «¿Cómo me trata así?». Pues, ¿cómo trataste tú a esa persona antes? Dices que en aquel entonces no sabías y que en esta vida no importan los asuntos de ese otro periodo de vida; eso no va de ninguna manera” (Zhuan Falun).
Una vez que entendí cómo funciona el yeli (karma) y por qué las personas tienen dolor, sufrimiento, conflicto y problemas en la vida, mi resentimiento desapareció y me convertí en una persona muy generosa.
Mi suegra era una persona trabajadora, ahorrativa y muy buena. Siempre era muy conversadora y amable con todos. Su suegra murió pronto, así que tuvo que ayudar a criar a las dos tías de mi marido y a su tío. Tenía que ir a trabajar y cuidar a sus hijos. No fue nada fácil.
Antes de cultivarme, no podía ver todas estas virtudes en mi suegra, ya que estaba llena de resentimiento hacia ella. Me molestaba que no cuidara a mi hijo. Ella tiene tres hijos y una hija. Todos sus nietos nacieron el mismo año, pero solo cuidó al de su hijo menor. Mi otra cuñada y yo estábamos muy resentidas por su favoritismo.
El Maestro dijo:
“Una persona malvada es dominada por el corazón de la envidia. A raíz de su egoísmo y despecho personal, se queja que no le tratan justamente.
Una persona virtuosa siempre mantiene un corazón de compasión. Sin ninguna queja ni odio, toma la dificultad como alegría.
Un ser iluminado no tiene ningún apego en el corazón. Él contempla tranquilamente a la gente mundana extraviándose en las ilusiones” (Grado de conciencia, Escrituras esenciales para mayor avance).
Cuando me medí con el Fa, me di cuenta que yo era la "malvada". Había estado muy resentida durante más de diez años. Era muy egoísta. El Maestro también dijo:
“Por supuesto, ya que hacemos el xiulian en la sociedad de la gente común, respetar a nuestros padres y educar a nuestros hijos son todos deberes; en todos los ambientes hay que ser bueno y benevolente con los demás, y más aún con tus parientes. Debemos tratar a todos por igual, ser buenos con nuestros padres e hijos y ser considerados con los demás en todos los aspectos; así, este corazón ya no es egoísta, son todos corazones de bondad y benevolencia, es misericordia” (Zhuan Falun).
Sabía que debía seguir el Fa, así que cada vez que tenía tiempo visitaba la casa de mi suegra para ayudarla en las tareas domésticas y charlar. Me ponía en sus zapatos y era amable con ella. Como resultado, ella confiaba en mí y nos llevamos muy bien.
Más tarde le diagnosticaron cáncer de pulmón y sufrió mucho. Antes de morir dijo: “Asegúrate de practicar bien Falun Dafa. No importa si eres pobre o rica, mientras tengas salud, tendrás riqueza".
Dafa me dio una vida nueva
Cuando comenzó la persecución fui a la Plaza de Tiananmen en Beijing para validar Dafa. Fui arrestada ilegalmente dos veces. En 2002, los perseguidores intentaron arrestarme otra vez pero escapé y, con la ayuda de un vecino, fui a la casa de un pariente fuera de la ciudad. Al salir de la ciudad dejé algunos materiales de Dafa en la puerta de la casa de la familia de mi cuñado para aclararles la verdad sobre Dafa.
Los Nueve comentarios sobre el Partido Comunista, publicados a fines de 2004, comenzaron el movimiento para renunciar al PCCh.
Llegué a la casa de mi cuñado, donde me recibieron con entusiasmo en un ambiente amable. Sabía que el poder de Dafa y la misericordia de Shifu arregló nuestra relación. Me escucharon atentamente y renunciaron a los jóvenes pioneros del PCCh. Les dije que memorizaran las frases "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno", y que al hacerlo así tendrían buena fortuna. Con gusto aceptaron lo que dije y se ofrecieron quedarme con ellos por la noche y hacer los ejercicios libremente. Me alegró mucho ver el cedé de esclarecimiento de la verdad sobre Dafa en su aparador. Pude ver que apreciaban a Dafa. Al ver esto, sentí cuán grandes son las responsabilidades de los practicantes de Dafa.
Al año siguiente decidieron iniciar un negocio en el sur. No querían alquilar su casa recién construida a otras personas, por lo que nos invitaron a quedarnos allí de forma gratuita. Pensé que esto debía haber sido arreglado por el Maestro para poder salvar a las personas predestinadas en mi ciudad natal.
Con la protección misericordiosa del Maestro, y la ayuda de practicantes de otras áreas, pude establecer el primer sitio de producción de materiales administrado por una familia y convertirme en la coordinadora local. Cooperé con otros practicantes para aclarar la verdad a las personas de la zona y ayudar a salvarlas de una manera más efectiva.
Dafa ha cambiado mi vida y me ha dado una vida nueva y una familia feliz. Me mudé a un apartamento y tengo una nieta sana y encantadora. Mi nuera trabaja fuera de la ciudad, así que cuido a mi nieta. Ahora tiene siete años y sigue los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Toda la familia vive en armonía.