(Minghui.org) Dos mujeres de la provincia de Sichuan murieron, en dos cárceles distintas con nueve días de diferencia. En ambos casos, cremaron sus cuerpos inmediatamente. Después, informaron a sus familiares de que había llegado el momento de ir por sus cenizas.
Las Sras. Yan Hongmei y Hu Xia permanecían encarceladas por el mismo motivo. Ambas se negaron a renunciar a su creencia en Falun Dafa, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino.
Arrestaron a la Sra. Yan el 4 de agosto de 2014, y le impusieron una condena de 4 años en la cárcel de mujeres de Chengdu. Aunque le diagnosticaron cáncer le denegaron la asistencia médica. Murió en el hospital de la prisión el 28 de diciembre de 2017. Las autoridades de la institución penitenciaria habían declarado anteriormente que si moría mientras permanecía detenida cremarían su cadáver rápidamente. Aquella amenaza se convirtió en realidad a su muerte.
Arrestaron a la Sra. Hu el 18 de julio de 2015 y la condenaron a cumplir en la prisión de Longquan un tiempo de condena que aún se está investigando. Después de ser torturada salvajemente, y posiblemente drogada, murió en el hospital de dicha penitenciaría el 19 de diciembre de 2017.
4 días antes del Año Nuevo deniegan la asistencia médica a una profesora enferma de cáncer
Arrestaron a la Sra. Yan, profesora de Arte de la escuela primaria de Tianshui, de la ciudad de Chengdu, el 4 de agosto de 2014, tras ser denunciada porque les hablaba a sus alumnos sobre Falun Dafa. Compareció ante el tribunal el 7 de marzo de 2015 y, cuatro días después, la condenaron a 4 años de cárcel. El tribunal de apelaciones local rechazó inmediatamente su recurso sin celebrar audiencia alguna o consultar a su abogado como ordena la ley.
La salud de la maestra se deterioró mucho durante su encarcelamiento en la cárcel de mujeres de Longquan. Aunque le diagnosticaron cáncer no le proporcionaron ningún cuidado. Como su estado empeoraba cada vez más, las guardias, acabaron trasladándola al hospital de la prisión el 2 de septiembre de 2017.
Su familia solicitó una y otra vez que la liberaran bajo fianza por motivos médicos. No se la concedieron. También les dijeron que no tendrían derecho a reclamar su cuerpo si moría mientras se encontraba detenida.
Falleció cuatro días antes del Año Nuevo de 2018. Su familia recibió una notificación por la cual se les citaba en la funeraria para que se hicieran cargo de sus cenizas. En ningún momento les pidieron su consentimiento para cremar el cadáver.
Empresaria sucumbe ante las vejaciones recibidas en la cárcel y muere 13 días antes del Año Nuevo
La Sra. Hu, cuya edad rondaba los 55 años, era empresaria en la ciudad de Chohgzhou. El 18 de julio de 2015, mientras atendía su negocio la policía irrumpió en él, y la arrestó. Compareció ante el tribunal el 21 de marzo de 2016, y poco después fue encontrada culpable.
La transfirieron a la prisión de Longquan en mayo de 2016. Aunque las guardias la sometieron a diferentes métodos de tortura, siempre mantuvo una fe inquebrantable en Falun Dafa.
Un grupo de reclusas le metió la cabeza en un cubo de agua. Después la condujeron hasta uno de los lavabos, donde la golpearon con saña por turnos hasta que no pudo levantarse. Le rompieron uno de sus dientes al meterle, a la fuerza, ropa interior sucia en la boca. También, en invierno, la mojaban con agua fría, una y otra vez.
El 10 de febrero de 2017 se negó a asistir a la sesión de lavado de cerebro. La esposaron al marco de una ventana y después la electrificaron con picanas. Aquella noche, la trasladaron a una celda diferente, donde se vio obligada a dormir sobre el suelo de cemento.
Cuando la trasladaban a otro pabellón, una testigo pudo verla de cerca y notó que el cuello y la parte delantera de su suéter estaban cubiertos de manchas de sangre, y que además mostraba muchas marcas y arañazos en sus manos y antebrazos. Como las guardias siempre estaban amenazando a las practicantes de Falun Dafa con que les iban a inyectar drogas extrañas, la testigo que observó a la Sra. Hu, sospechó que las marcas de pinchazos podían deberse a tales inyecciones.
La última vez que se vio a la Sra. Hu fue en una cama del hospital. Tenía un parche en uno de sus ojos. Murió 13 días antes del Año Nuevo de 2018. Su hija se enteró de su fallecimiento cuando recibió una llamada desde la prisión, en la que le pedían que fuera a por las cenizas de su madre.
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