(Minghui.org) No soy un practicante de Falun Dafa. Sin embargo, me he beneficiado de los principios de Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
Tengo 34 años y soy de la provincia de Hebei. Debido a que mi madre es una practicante de Dafa, llegué a conocerlo en mi adolescencia. La salud de mi madre era pobre antes de practicar. Tenía la enfermedad de Menier, que frecuentemente impide trabajar. Mi madre comenzó a practicar Falun Dafa en el verano de 1997, y su enfermedad pronto desapareció.
Ella no ha experimentado ningún otro tipo de enfermedad en los últimos veinte años y probablemente haya ahorrado cientos de miles de yuanes en gastos médicos al gobierno.
Me pedía que escuchara los seminarios del Fa del Maestro Li y me enseñó a practicar los ejercicios. Aunque no continué por mi ocupación universitaria, supe que debía seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia para ser una buena persona.
Después de ir a un internado, mi madre fue arrestada y detenida en un centro de detención cuando fue a Beijing para apelar por el derecho de practicar Falun Dafa. Nunca antes había estado separado de mi madre, así que me sentí especialmente perdido. Cuando comencé a estudiar, me preocupé mucho por mi madre y falté a la universidad para ir a visitarla al centro de detención. Durante horas, rogué a los guardias que me permitieran verla, pero se negaron.
Un mes después, mi madre fue liberada. Le conté que había intentado contactarme con ella pero los guardias no me dejaron entrar. Ella me dijo que estaba madurando y convirtiéndome en un hombre.
Mi madre ha sufrido mucho durante los 18 años transcurridos desde que el partido comunista chino comenzó a perseguir a Falun Dafa en 1999, sin embargo, ambos hemos seguido apoyando a Falun Dafa todo el tiempo.
Después de graduarme de la universidad, comencé un pequeño negocio en Beijing con la ayuda de algunos amigos. Vendía un tipo de piedra en un mercado al aire libre. Pasaba mucho calor en los veranos y frío en los inviernos. El trabajo era difícil y no ganaba mucho dinero. Como era nuevo en el negocio, mis piedras a menudo se perdían o las robaban. Un invierno, no vendí ni una sola piedra en días. También recibí billetes de 100 yuanes falsificados y en una ocasión hasta llegué a recibir tres billetes falsos de 100 yuanes. No solo perdí mis piedras sino que también perdí el cambio que di a los cliente por los billetes falsos. Me sentí muy triste porque 300 yuanes suponía normalmente la ganancia de todo un mes.
Sin embargo, sabía por las conferencias del Fa del Maestro Li sobre "pérdida y ganancia" que debía tratar las pérdidas con una mente tranquila. Aunque me dieron billetes falsos, nunca hice lo mismo con los demás. Sin ninguna queja, lo tomé ligeramente. Si nunca hubiera escuchado las enseñanzas de Falun Dafa, hubiera sido como la mayoría de las personas que hubieran tratado de colocar los billetes falsos.
Después de algunos años, regresé a mi ciudad natal y me casé. Como no era fácil encontrar trabajo, pedí prestado dinero a mis padres y me asocié con un amigo para abrir una tienda y vender las piedras. Como él no sabía nada sobre las piedras, yo proporcioné las piedras y mi experiencia, y él contribuyó con fondos para comenzar el negocio. Mi madre no estuvo de acuerdo con mi apertura de la tienda, pero no tenía opciones mejores.
Nuestro negocio finalmente se abrió, y los primeros meses trabajamos diligentemente todos los días. Mi amigo aprendió la mayoría de mis habilidades. Más adelante dejó de preocuparse por el negocio y comenzó a juntarse con malas influencias. Se divorció de su esposa para luego volverse a casar con otra mujer.
Mi socio se escondía y desconfiaba de mí en aquel entonces. Mi madre me recordó una vez más su desacuerdo con este negocio. Para entonces, el negocio estaba valorado en más de 100 000 yuanes, incluido el efectivo y nuestro inventario, pero el ingreso mensual de la empresa apenas cubría las necesidades de subsistencia. Lo pensé durante unos días y decidí disolver la sociedad.
Cuando mi amigo escuchó mi propuesta, inmediatamente se opuso a cerrar. Sin embargo, en lugar de comprarme las piedras, no me quiso dar ni un centavo por ellas y finalmente, tampoco permitió que me las llevara.
Mi esposa estaba muy enojada y quiso ir a hablar con él. Yo también sentí que era injusto; sin embargo, recordé las enseñanzas de Dafa. Convencí a mi esposa de alejarnos del problema.
De no haber sabido sobre los principios de Falun Dafa, nunca hubiera considerado a los demás primero ni hubiera tratado a mi compañero como lo hice. No lo odié e incluso lo saludé años después cuando me lo encontré en la calle.
Aunque perdí todo, no me sentí decepcionado. De nuevo consideré alquilar un puesto en el mercado para vender artículos y pedí dinero prestado a mis parientes y amigos. Traté a los clientes con integridad y honestidad. Mi negocio fue bien. Pagué todas las deudas y compré un automóvil. Realmente aprecio mucho los principios de Dafa, los cuales me trajeron buena suerte.
En la sociedad materialista de China, me resisto a seguir su corriente descendente, y no me confundo ni me dejo llevar por los intereses y ganancias personales. Estoy feliz, alegre y tranquilo todo el tiempo, y valoro mi salud física y mental.
No es mi intención, con esto, dar a entender que soy alguien especial. Solo quiero compartir con todos que si queremos vivir una vida feliz y alegre, debemos seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Si todos pudieran seguir estos principios y pensar en los demás primero, no habría crímenes y todo tipo de cosas perversas y perjudiciales para todos. Falun Dafa verdaderamente hace un gran servicio a nuestro país y a nuestra sociedad, y no causa ningún daño a nadie. Si todos pudieran beneficiarse de los principios de Dafa, ¡la felicidad no nos abandonaría!
¡Aprecio mucho las innumerables bendiciones y fortuna que Dafa me trajo!