(Minghui.org) Durante el último verano una practicante de Falun Dafa y yo nos cruzamos con una budista laica que tenía un profundo entendimiento de Falun Dafa, y nos inspiró.
Cuando la conocimos en un comercio, la budista estaba leyendo las palmas de las manos de dos jóvenes mujeres. La otra practicante siguió a las dos señoras dentro del local para aclararles la verdad sobre la práctica de cultivación de Falun Dafa.
La budista había practicado el budismo Amituo durante treinta años. Tenía más de cincuenta, y su tez era rosada. Estuvo muy contenta cuando se enteró que practicábamos Falun Dafa y dijo: “¡Ustedes son tan bondadosas como una pusa! Realmente son compasivas y realizan buenas acciones”.
Mientras hablaba nos levantó el pulgar y se inclinó en un ángulo de noventa grados para mostrar su respeto. Tenía la voz sonora, sincera y honesta. Estábamos muy conmovidas.
Luego nos siguió y manifestó: “Hay muchas personas en la calle. Algunos no tendrán la oportunidad de reencarnar y dejarán de existir después de la gran eliminación. La gente que permanezca serán verdaderos humanos”.
“El corazón compasivo es engañado por los mortales pero no Dios. El mal es temido por los hombres pero no por el Cielo. El Cielo está al tanto y lleva las cuentas de las acciones humanas. El bien es recompensado y el mal es castigado es un principio celestial”.
También nos contó que un director de la oficina de seguridad pública le preguntó a una anciana que venera a Buda: “¿En qué clase de Buda cree? La gente que realmente cree en Buda practica Falun Dafa. Ellos son verdaderos cultivadores y buenas personas”.
Comentó que ella le dice a la gente que Falun Dafa es bueno. Que no tiene miedo de ser arrestada porque el Maestro es realmente extraordinario y salva a las personas.
Antes de partir, expresó: “Leí Zhuan Falun. Cuando me despierto, recito: `Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno. El Maestro Li es bueno´. Luego comienzo mi día”.
Nos levantó nuevamente el pulgar y respetuosamente se inclinó en señal de reverencia a nuestro Maestro.