(Minghui.org) El concepto de educación infantil o guardería no ha existido hasta hace 100 años. Las escuelas por supuesto existían, incluso en la antigua civilización como la griega, pero los niños no fueron educados colectivamente en guarderías. Madres y otros familiares, como abuelas y tías (o cuidadoras en familias acomodadas) eran las responsables de educar a los jóvenes.
El motivo de escribir este articulo es para animar a los practicantes, ambos padres y abuelos, a no temer al modelo de familia tradicional y a la manera tradicional de educar a los niños. Teniendo cuidado de que los niños y nietos no nos impidan hacer bien las tres cosas.
He leído algunos artículos en el sitio web de Minghui que hablan sobre cómo practicantes ancianos dejar sus apegos al sentimentalismo por sus nietos y deciden no ser los cuidadores de los niños, para hacer mejor las tres cosas. En nuestra sociedad actual, cuando las madres tienen que volver al trabajo, la tarea de educar a los hijos recae sobre los abuelos. Es admirable cuando los practicantes abandonan sus apegos al sentimentalismo y se entregan hacer las tres cosas. Sin embargo, en mi entendimiento, como practicantes, pasamos por alto a veces la importancia de educar a nuestros propios hijos, prefiriendo que los eduquen otros.
Creo que es una idea equivocada que tener niños o cuidar de los niños nos pueda impedir hacer bien las tres cosas. Hay muchos artículos que hablan sobre practicantes que tienen a sus bebes y niños pequeños con ellos mientras aclaran la verdad.
Los niños pueden ayudarnos en nuestra cultivación
Yo mismo, después de tener mi bebé, me di cuenta que realmente tenía menos tiempo para estudiar el Fa, pero solía pasar más tiempo escuchando el Fa. Cuando paseaba o hacía otras cosas, escuchábamos el Fa juntos. Cuando lo acunaba para dormirlo, le recitaba Hong Yin de memoria. Cuando jugaba con sus juguetes, me sentaba a su lado y hacía flores de loto. Cuando hacía los ejercicios, me miraba. Incluso cuando jugábamos juntos, escuchábamos “Pudu” y “Jishi”. También intentaba aprovechar el tiempo cuando se echaba la siesta para hacer los ejercicios u otras actividades relacionadas con la cultivación. En general si administraba bien nuestro tiempo, descubría que el bebé me ayudaba con mi cultivación.
Cuando aclaraba la verdad cara a cara, la gente era más cercana, abierta, y relajada cuando veían al bebé. Mi marido y yo también imprimimos y plastificamos los poemas de Hong Yin con ilustraciones, para que cuando los niños tocaran las páginas, pudiéramos limpiarlas si era necesario. También pensábamos imprimir, pintar, plastificar y hacer juguetes representando diferentes figuras históricas mencionadas en la cultura tradicional china, para quizás jugar con ellas.
En mi entendimiento, revivir las tradiciones también incluye la manera en que miramos a los niños y la manera de educarlos. Cuando la mujer está en casa y cuida de los niños, el padre normalmente no tiene que hacer las tareas domésticas. Cada uno hace una parte del trabajo y hay harmonía en la familia.
La madre no está tan cansada como si tuviera que ir a trabajar, cuidar de los niños y hacer las tareas. Esto a veces agota la las mujeres modernas, porque tienen que asumir todas esas responsabilidades.
Los beneficios de educar a nuestros propios hijos
En las guarderías, los niños escuchan música de gente común, ven dibujos animados, y juegan con juguetes que a veces no son buenos. Pierden el tiempo en compañía de muchos otros niños, y están expuestos inevitablemente a ruidos y gritos. A veces están hiperactivos y es difícil calmarlos. Se les regaña y aprenden a pelear por los juguetes.
Si los practicantes nos ocupamos de nuestros hijos, podemos ser los guardianes y vigilantes de lo que entra en sus mentes, para que nuestros hijos reciban las cosas buenas principalmente de las enseñanzas de Dafa y su campo de energía.