(Minghui.org) Seguí los pasos de mi madre para practicar Falun Dafa en 1998. Sin embargo, dejé de practicar a comienzos del 2000 debido a la persecución que lanzó el partido comunista chino.
Afortunadamente, retomé 10 años después y me convertí en una joven practicante.
Retomé mi práctica en Falun Dafa el año en que me preparaba para tomar mi primer examen de ingreso universitario.
En la secundaria había sido la líder del aula durante tres años, en los resultados de mi examen cumplí con los requisitos para una buena universidad. Pero reprobé el examen de ingreso a la universidad la primera vez que lo tomé.
No quería ir a un instituto profesional, así que elegí intentar tomar nuevamente el examen universitario al año siguiente. Puse esfuerzos, pero aun no obtuve un puntaje ideal. Solo un instituto inferior estaba dispuesto a aceptarme.
A fines de mi tercer año, no tenía certeza alguna de jamás encontrar un trabajo, con lo cual decidí obtener un título avanzado. Luego comencé a prepararme para los exámenes de ingreso para estudio de posgrado.
Los exámenes incluían política, inglés, y conocimiento de mi asignatura principal. No le di valor al examen de política porque estaba lleno de la cultura del partido dirigida a engañar a la gente.
El tiempo que le dediqué a mi estudio fue especialmente sobre mi asignatura principal. Tres meses después, tomé la primer ronda de exámenes.
A muchos estudiantes que tomaron el examen no les fue bien, y algunos reprobaron la primer parte. Sorprendentemente, yo era una de las dos en mi clase que aprobaron el primer examen de ingreso.
El conocimiento sobre mi asignatura principal era cercano al 100%, pero casi ni aprobé la sección de política. Estaba entre los siete mejores que tomaron la primer ronda de exámenes.
Pasé un mes preparándome para el segundo examen, que incluía un examen escrito, uno oral, y uno físico. Llevaba tres días completarlo.
No me preocupé por la nota de mi examen escrito, pero no sabía hablar bien inglés para el oral. Así que envié pensamientos rectos y le pedí al Maestro Li, el fundador de Falun Gong, que me fortaleciera.
En esa época me apareció vitíligo alrededor de los ojos; la mitad de mi ceja izquierda era negra y la otra mitad blanca. En el examen físico para el ingreso, un médico me tocó la frente y me preguntó qué estaba pasando.Le dije que era por el sol. El médico le pidió a su colega que tome nota del asunto.
Me di cuenta que se trataba de una interferencia, porque si no me consideraban saludable no me permitirían aprobar los exámenes. Lo rechacé en mi mente inmediatamente, y le pedí a Shifu que me ayudase. El colega entonces le dijo que no era gran cosa y que no había necesidad de escribirlo. Vi que anotó en la planilla que yo estaba “saludable”.
Los resultados llegaron, ¡y aprobé! Estuve entre las tres mejores y me otorgaron una beca de posgrado en una universidad clave. Supe que se trataba de una bendición del Maestro.
Mi profesora me habló de escribir mi tesis apenas comencé el posgrado. Así que durante todo el año siguiente me la pasé tratando de que se me ocurriese un tema adecuado.
El primer tema que elegí fue rechazado por varios profesores; dijeron que la definición era demasiado amplia y que podría llevar a que la gente la criticase con puntos de vistas contrarios.
Aun no había decidido sobre un tema hasta el segundo semestre de mi tercer año, y el borrador de la tesis debía ser entregado al cabo de un mes.
Pensé que me sería imposible terminar el borrador a tiempo, así que pensé en retrasar mi fecha de graduación.
Mi madre me animó a considerar esto como una interferencia y a negarlo. Con el apoyo de mi madre, estudié el Fa más y envié pensamientos rectos.
El tema de mi tesis fue establecido al cabo de una semana de hablar con mi profesor.
Estuve cuatro días buscando material relacionado para redactar un esbozo. Luego de estudiar el Fa todos los días, me vino todo en una semana.
Fue extraño, porque había estado todo un año pensando sobre un tema, sin resultados. Pero cuando reforcé mi voluntad y estudié el Fa más diligentemente, pude encontrar un tema muy rápidamente.
Escribí 10.000 palabras en cuatro días. Pero lloré cada vez que me senté frente a la computadora porque parecía ser una tarea imposible escribir otras 40.000 palabras.
Mi madre me dijo que mi pensamiento era incorrecto, y que necesitaba enviar pensamientos rectos para eliminarlo.
Comí algo, envié pensamientos rectos, y luego me sentí clara mentalmente para escribir nuevamente. Aquellos pensamientos negativos desaparecieron.
Estudié el Fa todas las mañanas y esperé hasta que mis pensamientos se volviesen claros. Luego, terminé de escribir mi tesis.
¡Escribí 57.000 palabras en 14 días!
Atesoro la protección del Maestro y su ayuda, aun cuando yo no era ni buena ni diligente. Me cultivaré diligentemente y lo haré mejor en el futuro. ¡Gracias, Maestro!