(Minghui.org) Vivo en un pueblo remoto al noreste de China. Las calles que comunican los distintos pueblos son empinadas y algunas tienen fuertes pendientes, dificultando el tránsito. Esto es especialmente problemático cuando nieva; a menudo ocurren accidentes, los autobuses dejan de funcionar, generando constantes inconvenientes para los lugareños. Esto fue un problema durante años y el gobierno no hizo nada.
Atestiguando esta situación, los practicantes de Falun Gong en mi pueblo se juntaron a compartir sobre el tema. Todos decidimos que, como practicantes que seguimos Verdad, Benevolencia, Tolerancia, necesitamos pensar en los demás primero, y debemos solucionar este problema de la inseguridad de las calles.
La persecución a Falun Gong por parte del partido comunista chino (PCCh) estaba en su pico. Algunos practicantes lugareños eran a menudo arrestados. Compartimos que, aunque nuestra seguridad esté en riesgo, deberíamos eliminar nuestro miedo y resolver el problema de una forma digna.
Actuamos cuando nevó. Los practicantes retiraron la nieve en una calle pública local en una hora acordada. Algunos palearon la nieve y otros barrieron los restos. Cuando la nieve no se retiraba a tiempo se formaba una capa de hielo en la calle porque los vehículos pasaban y comprimían la nieve. Entonces, teníamos que romper el hielo mientras cavábamos para sacar la capa de hielo pedazo por pedazo.
Nos llevaba medio día retirar la nieve de la calle. Hace mucho frío y es muy ventoso en el noreste de China en el invierno, especialmente después de que nieva. Pero no nos rendimos. Durante 17 años, desde el 2000, hemos persistido en retirar la nieve, sin importar que fuese el Año Nuevo Chino u otras fechas festivas importantes.
Durante los primeros años retirábamos la nieve de parte de las calles públicas. Luego, de seis calles cubriendo dos pueblos. A medida que la carga de trabajo aumentaba, dedicamos más tiempo a la tarea. Algunas calles no se limpiaban a tiempo. Compramos un cargamento de ceniza de carbón por uno cientos de yuanes (US$30) para esparcir por las calles y prevenir que los autos se deslicen. Si nevaba más, comprábamos más cenizas.
Los transeúntes al principio estaban curiosos cuando comenzamos a retirar la nieve y preguntaron: “¿Cuánto les pagan por día?”. Uno de nosotros les dijo: “Somos practicantes de Falun Dafa. Nos ofrecemos voluntariamente a limpiar las calles para el público”. Los lugareños ahora nos conocen como los voluntarios que hacen que las calles sean seguras.
Algunas personas que pasan conduciendo hacen sonar sus bocinas para mostrar su apreciación. Otros transeúntes nos saludan con las manos o asintiendo con la cabeza; otros suben el pulgar. Algunos conductores nos traen bebidas, frutas, o pan. No hemos aceptado esas cosas, pero los conductores las dejan allí y siguen conduciendo. El conductor del autobús local ha dicho: “No permitiré que nadie hable mal de Falun Gong”.
Muchos transeúntes hacen comentarios similares: “Ustedes son excepcionales. Sirven al público con su propio dinero. Hacer esto una o dos veces esta bien para algunas personas, pero ustedes han estado haciéndolo por tantos años. Nadie podría hacerlo así como ustedes”. Un anciano del pueblo dijo: “Si todos fuesen como ustedes no sería necesaria la policía”. Un funcionario de rentas del pueblo dijo: “Todos en nuestro pueblo saben que Falun Gong es bueno”.